Jue 24.09.2015
espectaculos

MARTíN KOHAN INAUGURó LA SéPTIMA EDICIóN DEL FILBA

Mecanismos de la distorsión

El autor abrió el fuego del Festival Internacional de Literatura con una conferencia titulada “Desfiguraciones”, una brillante reflexión que metió el dedo en llagas poco frecuentadas.

› Por Silvina Friera

Los tiempos cambian. Del “pintoresquismo” de antaño a las nuevas tecnologías, los modos de figurar se han transformado. Los escritores ya no son convocados, como Manuel Mujica Lainez en los años 70, a integrar las fotos colectivas de las tapas de la revista Gente que consagraban –y lo siguen haciendo– a las personalidades del año. Ahora tienen que mostrarse, hablar, leer y presentarse por aquí o por allá en festivales del país o del mundo. Martín Kohan inauguró anoche el VII Festival Internacional de Literatura Filba con una conferencia titulada “Desfiguraciones”, una brillante reflexión que mete el dedo en una llaga poco frecuentada: los mecanismos de intervención de los escritores tanto en la esfera pública –“la política de la pose”, expresión de Sylvia Molloy, quien abrió el Filba en 2013– como en la manera de construir narrativas que sobredimensionan la primera persona. “Los realismos y los yoes se expanden en inesperada alianza; se exhibe lo que se vive, se exhibe lo que se es; el que escribe y lo que se escribe son una y la misma cosa”, cuestionó el autor de Bahía Blanca en el auditorio del Malba, una de las tres sedes junto con La Abadía y La Oreja Negra.

Bajo el lema “Mitos del futuro próximo”, el programa del Filba –que cuenta con la dirección de Gabriela Adamo y se desarrollará simultáneamente en Buenos Aires, Montevideo y Santiago de Chile– ofrecerá diálogos, lecturas, debates, talleres y performances con entrada libre y gratuita. El Premio Nobel de Literatura, el sudafricano John Maxwell Coetzee, participará del panel “Tan lejos, tan cerca: el futuro del sur”, junto a los escritores sudafricanos Ivan Vladislavic y Zoë Wicomb, hoy a las 18, en el auditorio del Malba. Después, en el mismo lugar, la francesa Catherine Millet, la autora que revolucionó al mundo artístico con sus memorias sexuales, hablará de sus deseos y obsesiones. “No es sencillo hacer que ceda la exigencia de autenticidad planteada a los escritores”, admitió Kohan durante la apertura y subrayó que la verdad del escritor “no está en otra parte que en su escritura”. Que el público acuda a ver a los escritores, a escucharlos o fotografiarlos incluso, como sucederá en esta edición con Coetzee, Millet, el francés David Foenkinos o la danesa Sissel–Jo Gazan, entre otros invitados internacionales, no garantiza la inmediata lectura de sus libros, como sucedía con Jorge Luis Borges. “La admiración venerativa de su figura superaba con creces la disposición concreta a leer sus textos”, recordó Kohan. “Venerarlo y no leerlo, o venerarlo para eximirse de leerlo, llegó a ser un implícito literario.”

El escritor planteó que existe en la literatura argentina la desfiguración, “una apuesta a la distorsión para poner a funcionar los perturbadores dispositivos de la deformación y la extrañeza”. Destacó Romance de la negra Rubia de Gabriela Cabezón Cámara, “novela que desfigura la realidad social para contarla como exceso y en desborde”; La construcción de Carlos Godoy, que desconfigura y reconfigura las islas Malvinas, y “hace más extraña la historia al narrarla desde un encuadre chino, a la manera de Bertolt Brecht, que apostaba al efecto distanciador de mostrar lo más cercano como si fuera lo más remoto”, explicó el escritor y agregó que hay desfiguración en “la neutralidad de apariencia científica” de Roque Larraquy en Informe sobre ectoplasma animal. Elogió Diario de viaje de Fernando Murat, un poeta que “entona epopeyas, las de quien surca mares desde un mundo hasta otro, pero en escalas de modesto cabotaje o en mapas reducidos de un traspaso apenas barrial” y ponderó la novela Qué hacer de Pablo Katchadjian, que “narra la vida como si fuera una repetición y desvío, recurrencia delirante y fuga hacia no se sabe qué”.

Kohan volvió sobre Mujica Lainez y una carta que le escribió a Oscar Monesterolo, un amigo personal, a fines de 1977, para interrogar la escena de la figuración del escritor en la tapa de Gente. “En eso entró Joe, el ministro, y lo aplaudimos. Se colocó junto a Amalia Fortabat”, contó Manucho. Le dice “Joe” a José Martínez de Hoz, “el responsable de las políticas criminales que llevó a cabo la dictadura militar también en materia económica”, aclaró el autor de Ciencias morales. “No es mi cuestión apuntar con el dedo. Solamente destacar que, en las políticas de la pose, a veces se cuela la política sin más, y que conviene estar prevenidos”, concluyó el escritor.

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