Los significados no musicales de la música. Y la musicalidad de la palabra. Los ritmos y las alturas del lenguaje hablado y, también, sus posibilidades combinatorias. Sentido y abstracción. Entre esos dos polos, y entre los mitos que las culturas del arte han creado a su alrededor, se mueve Fabián Panisello, uno de los creadores argentinos de mayor presencia en el mundo de la música actual. Fundador y director del PluralEnsemble en Madrid, donde reside desde 1994, del Instituto Internacional de Música de Cámara de esa ciudad y de la Escuela Superior de Música Reina Sofía, sus obras han sido tocadas por intérpretes de la magnitud del Cuarteto Arditti, el Ensemble Intercontemporain o la Orquesta del Mozarteum de Salzburgo.

El año pasado condujo en Buenos Aires, en la cúpula del Centro Cultural Kirchner, su Oficina de la resurrección –junto a la irónica Oda a Napoleón de Schönberg–. Y mañana estrenará en el Centro de Experimentación del Teatro Colón (CETC) El malentendido, una nueva ópera encargada por esa sala y basada en el texto de Albert Camus que se presentará en coproducción con el Festival de Otoño de Varsovia, la Opera de Cámara de esa ciudad, la Nueva Opera de Viena, el Centro de Nacional de Creación Musical de Niza y el Teatro Real de Madrid. Con libreto de Juan Lucas, dirección musical de Walter Kobéra, dirección de escena de Mariano Tenconi Blanco, concepto de escenografía y vestuario de Oria Puppo, iluminación de Alejandro Le Roux, coreografía de Josefina Gorostiza y videoarte de Joaquín Aras, la obra, que fue creada gracias al Programa de Ayudas Fundación BBVA a Investigadores y Creadores Culturales 2015, contará además con la participación de Alexis Baskind como ingeniero de sonido.

“La ópera genera, y me genera, bastantes antipatías a priori. Por muchas razones. Porque socialmente se acotó a un cierto tipo de gente, un poco snob, poco conocedora de música. Porque muchas veces sus intérpretes responden a clichés. Pero, al mismo tiempo, hay una fuerza en el género, y una posibilidad de experimentación muy grande”, dice Panisello. El malentendido está concebida para cuatro cantantes, un actor, base electrónica y orquesta de cámara, y plantea uso innovador de la relación entre el texto –que respeta el francés original–, la electrónica, la amplificación y la instrumentación. La creación electroacústica es resultado, por su parte, del trabajo realizado en el Centro Nacional de Creación Musical de Niza. Con funciones, además de la del estreno, el viernes 8, sábado 9, domingo 10 y martes 12 (siempre a las 20 salvo la del domingo, que será a las 17) la ópera tiene como intérpretes a las sopranos Piia Komsi y Natalia Salardino, la mezzosoprano Alejandra Malvino, el barítono Leonardo Estévez, el actor Horacio Marassi y un ensamble conformado por Patricia Da Dalt en flauta, Federico Landaburu en clarinete, Daniel Crespo en trompeta, Pablo Ahumada en corno, Heini Schneebeli en trombón, Néstor Estorello en saxofón, Martín Centeno en violín, Mariano Malamud en viola, Martín Devoto en violoncello, Facundo Ordóñez en contrabajo, Silvia Dabul en teclado, Lucas Urdampilleta en piano y teclado y Bruno Lo Bianco y Oscar Albrieu Roca en percusión.

Para el compositor, “más que el encargo lo que primó en este proyecto fue el deseo de hacerlo”. Cuenta que “cuando empezamos a hablar con Miguel Galperín (director del CETC) la idea de texto era otra. Finalmente me fui entusiasmando con El malentendido de Camus, con esa especie de historia de familia, con un título, hasta con una palabra, que tiene algo de humor, una cierta idea de comedia de enredos, esa suerte de tono de policial. Pero, sobre todo, llego a la ópera desde mi relación con los textos y con la música vocal, que es algo que viene interesándome mucho. Estoy sumamente interesado en la música de Africa Central, en la superposición de patrones rítmicos mínimos, pero también en esos lenguajes en que la altura es la que da el significado”.