Dom 01.10.2006
espectaculos

¿DEMOCRACIA DE LOS CONTENIDOS O AMENAZA A LA FIGURA DEL AUTOR?

Ultimo grito mediático: el espectador al poder

El público decide finales de películas, incide en la programación televisiva, compite desde sus blogs aportando contenidos y modifica el panorama del cine, la TV y la música. Especialistas analizan el fenómeno.

› Por Julián Gorodischer

Hay una premisa posible: espectadores más activos estarían cambiando el panorama de la creación..., o tal vez sea sólo el de la industria... El caso Terror a bordo (Snakes on a plane, de David R. Ellis) es sólo un disparador para ponerse a debatir el avance de la audiencia sobre los contenidos, aunque uno de los invitados, el crítico Diego Curubeto, se encargará de cuestionarlo como un fraude publicitario. Al menos el relato promocional dice que fue la gente la que decidió mantener el título explícito en inglés de esa película de Ellis, y que reclamó exitosamente más sexo, y también remató escenas con frases como la de Samuel Jackson al grito de “Estoy podrido de estas putas serpientes en este puto avión”. Entre el escepticismo tendiente a historizar que interpreta “lo nuevo” como una versión actualizada de lo que ya pasó (como las cartas de lectores o las sneak preview que organizaban los estudios para testear sus producciones) y el entusiasmo del crítico que no desprecia a la industria o del experto en blogs, la charla empieza con la pregunta: ¿Avanza el público?

Para muestra bastaría darse un paseo por la página www.youtube.com donde los videos amateurs y el material subido por usuarios comunes le compiten el reinado a MTV. O tal vez debería hacerse foco en la tele dominada por el mensaje de texto desde el celular que decide expulsiones de concursos como Bailando por un sueño, o en la publicidad bloggera/ que –en el caso del boom de las pastillas Menthos como hacedoras de géiseres en vasos de Coca light– es más efectiva, por estos días, que el comercial catódico. Invitados a discutir, el crítico de El Acomodador Sebastián Tabany, el crítico e historiador del cine Diego Curubeto, el profesor de Letras y Comunicación Pablo Alabarces, el director creativo/interactivo Fernando Barbella (Ogilvy) y el fundador de la red de blogs periodísticos 3.0 Leandro Zanoni recorren mitologías y evidencias. “Me imagino a Internet como un reality que abre efectos, y Hollywood se caracterizó siempre por ser bastante cerrado –abre el juego/fuego Tabany... Siempre es bueno que alguien de afuera diga su opinión.”

–¿Fue Internet la que permitió el avance del público sobre la obra?

Fernando Barbella: –Hay un caso interesante que acaba de pasar con las pastillas Menthos: a un freak se le ocurrió vaciar un paquete en una gaseosa hasta armar un geiser. Están impulsando la venta del producto no para que la gente las coma sino para que haga géiseres. Los jóvenes ya no están en la TV, están en Internet, matando personas en juegos de shooters, armando su blog.

Pablo Alabarces: –Pueden participar de magníficas técnicas publicitarias, pero en términos de la relación con la audiencia no se innova. Migré iba cambiando los libretos a partir de las cartas del público.

Diego Curubeto: –En el caso de Terror a bordo se dice que la gente participa en dónde y cómo se va a mover la bicha pero el objetivo es quela gente vea la película. No hay evidencia de la participación, es un truco muy bueno.

–¿Por qué un espectador creería que es estimulante ver una película que ha sido modificada por otros?

D. C.: –El truco publicitario tiende a querer vender algo de modo novedoso. Aun mintiendo sobre la participación, se tiende a hacer películas que a vos te gustaría ver porque otros como vos lo habrían decidido....

P. A.: –Hay ciertos avances tecnológicos, pero los públicos no inciden sobre el texto. El gesto de incorporar a la audiencia es una puesta en escena que puede llegar a aparecer como pulsión democratizadora. Pero luego los consumidores reproducen los mismos tipos de elecciones.

D. C.: –El truco de Terror a bordo es darle la ilusión a la gente de que en realidad participó. No hay evidencia porque el final en donde el tipo moría jamás nadie lo vio.

F. B.: –Definamos ilusión. Si vos opinás en un blog, nadie podrá sacarte tu opinión.

–Llevada la participación a otro plano, en la TV las decisiones a través de mensajes de texto son un alto porcentaje de la programación...

Leandro Zanoni: –Tiene que ver con el impacto económico que producen; las cifras de los medios tradicionales bajan año tras año. En el caso de las revistas no pueden sustentarse si no ponen a una mina en bolas.

P. A.: –Yo creo que es un gesto populista que finge una relación, pero no innova sobre lo que existió siempre. La puesta en escena incluye la apelación en términos de “la gente”. Pero es generar la ilusión democrática más allá de que no se produzca. Y es falaz: la participación puede no producirse. ¿Alguien vio los miles de mensajes de texto que dice Tinelli que le mandaron en Bailando por un sueño?

–Hasta desapareció la figura del escribano...

P. A.: –El escribano le acercó el sobre, pero tenía tanta pinta de escribano como yo de soviético. Si existieron o no, no interesa. Propone una reacción de supuesta autenticidad frente a una especie de caretismo. Está presente en la puesta en escena del público, los personajes comunes en avisos publicitarios o la figura de Tinelli como conductor que podría ser cualquiera de nosotros... ¿Qué es lo auténtico según esta construcción? La gente.

–Tomando el caso de Bailando..., la voz “de la gente” anula la del jurado...

L. Z.: –La crisis arrasó no sólo con los ahorros sino con la figura de autoridad. En lo de Tinelli vemos un jurado votar y aun así gana otro tipo.

P. A.: –Habría un respeto si el jurado fuera legítimo, pero son cuatro atorrantes que entienden tanto como yo de lo que están juzgando. La crisis arrasó también con los ahorros simbólicos.

–Otra manifestación del poder podría ser no la del que incide sobre obras existentes sino la del espectador que produce contenidos competitivos...

F. B.: –Yo veo muchos casos en los que los espectadores/consumidores intervienen, como en el caso de jabones Dove. Durante más de 50 años tuvo un argumento de venta como el del cuarto de crema. El concepto de belleza real (que si tenés un granito, o curvas tal vez estés bien) nació en un foro de la marca, donde las minas van y hablan entre ellas. En ese sitio surgió la idea de que cambió la necesidad.

L. Z.: –El avance de la tecnología a gran velocidad hace que puedan hablar diez mil minas, o votar cinco mil tipos en diez minutos, por una cuestión meramente tecnológica.

D. C.: –En 1920 o 1940 cualquier persona hacía su película casera. Y nadie revolucionó la estética del cine.

–¿El blog (página personal en Internet) es la herramienta más eficaz para producir que tiene un espectador?

Barbella: –Hace cinco años, si yo hubiese comprado un candado defectuoso, alguien hubiera dicho qué mierda y asunto terminado. Pero en noviembre de 2004, alguien en Estados Unidos compró un candado “indestructible” de la marca Kriptonite y filmó que podía desarmarlo con una Bic y lo posteó en su blog. Tres días después tomó nota The Wall Street Journal. Kriptonite tuvo que reemplazar un lote gigante; un montón de gente dijo que esos candados eran una mierda.

P. A.: –La diferencia es que si el tipo, hace tres décadas, le mandaba una carta al diario, el diario hacía un bollito y la tiraba.

L. Z.: –Por ahora, para lograr un efecto, cualquier blog tiene que estar respaldado por un medio tradicional. Y para que un medio lo levante no tiene que ir en contra de sus intereses.

–Hay que ver en qué punto de la cadena lo toma el diario: antes o después de resonar...

D. C.: –Yo creo que la gente se adapta a los medios que hay disponibles para hacer las mismas cosas. Conociendo la idiosincrasia norteamericana, debieron existir boicots a productos defectuosos con otras tecnologías. El mundo virtual es sólo un reflejo del mundo real.

F. B.: –Pero las nuevas tecnologías se encargan de borrar las barreras del tiempo y la geografía, con las cuales antes no era posible luchar. Antes para el producto defectuoso probablemente tenías que hacer cartas, tomarte un tiempo absurdo para hacer masivo el reclamo, y seguirías limitado.

–La hegemonía del amateurismo y la elección de protagonistas no actores en cine, ¿es la expresión estética del avance del espectador?

F. B.: –Hoy escribir con faltas de ortografía está OK. Cuando yo fui educado, si lo hacías eras el diablo.

P. A.: –A mí, disculpame, como profesor de literatura me pone loco.

D. C.: –De golpe llega el porno amateur por Internet, que si no es amateur lo simula y recupera esa cosa de cuando era marginal, ilegal.

F. B.: –Creo que es una cuestión de moda. No quiero jugar de gurú, pero hay gente que tiene miedo...

D. C.: –Bueno che, no te pongas paranoico. Acordate de que está el neorrealismo italiano, está Pier Paolo Pasolini. Es la novedad de lo antiguo...


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