Eduardo Ferro, considerado el decano absoluto del humor gráfico, es el ganador del Premio Quevedos a la historieta. El galardón es una especie de “Oscar” iberoamericano al humor gráfico, en donde la Universidad de Alcalá de Henares y el Ministerio de Cultura de España reconocen la trayectoria de grandes artistas del género. Patrocinado por el Museo de la Caricatura Severo Vaccaro, Ferro resultó ganador de la quinta edición. El premio tiene como objeto distinguir la trayectoria profesional de aquellos humoristas gráficos españoles y latinoamericanos cuya obra haya tenido una especial significación social y artística, contribuyendo de esta manera a la difusión y reconocimiento de este campo de la cultura. El argentino Eduardo Ferro, de 89 años, debutó a los 16 en la revista El Purrete, del periódico Buenos Aires Herald. Luego comenzó a colaborar en la revista La Cancha, donde nació su personaje Don Pitazo. Más tarde participó en Patoruzito Semanal, Libro de Oro de Patoruzú y Patoruzito, donde nacieron muchos de sus mejores personajes, como “Langostino”, “Bolido”, “Tara Service”, “Pandora”, “Pampa Bárbara”, entre otros. En toda su obra –desde el chiste gráfico de una sola viñeta hasta la historieta humorística más sofisticada–, Eduardo Ferro pone de manifiesto las virtudes y defectos del ser humano en particular y de la sociedad en general.