“EL CUERPO DISEÑADO”, EN EL CENTRO CULTURAL RECOLETA
La muestra tiene un carácter interdisciplinario, que permite unir el diseño de indumentaria con el arte. Y plantea preguntas: ¿de dónde surgen las nociones de belleza, seducción y sexualidad?
El cuerpo es tomado socialmente como identidad y reflejo de la cultura. Ha ocupado diferentes lugares y tenido distinto tipo de protagonismo en la historia, desde el ocultamiento hasta su papel de objeto de adoración y repulsión. Investigadores, filósofos y diseñadores han tratado de dar una explicación acerca de las diferentes corrientes en las cuales se ha envuelto el ser humano –o mejor dicho su exterior visible– con el correr del tiempo. Los cambios han sido muchos, desde los aros y tatuajes de los aborígenes, pasando por los corsets de la Edad Media o las prótesis dentarias y ortodoncias actuales. En el Centro Cultural Recoleta (Junín 1930) se inauguró el martes la exposición El cuerpo diseñado, con la curaduría de Andrea Saltzman.
La muestra tiene un carácter interdisciplinario, que une el diseño de indumentaria con el arte. Los artistas invitados para la exhibición han buscado en sus trabajos analizar la percepción del cuerpo contemporáneo, viéndolo como una construcción cultural que pone de manifiesto la vida y la percepción de los individuos. Silvia Rivas, Carolina Antoniadis, Fabiana Barreda, Pablo Reinoso, Martín de Girolamo, Mariano Toledo, Martín Churba, Vero Ivaldi y Delia Cancela son algunos de los artistas y diseñadores que participan en esta exposición, que permanecerá abierta de martes a domingo hasta el 25 de febrero de 2007.
El cuerpo ha sido desde el principio de los tiempos un espacio intervenido y ha sido utilizado como un campo de manifestación artística a través de su decoración y ritualización. A partir del siglo XIV, con las reformas religiosas, la figura del cuerpo se fue sacralizando, pasando de ser un lugar de goce y regocijo a convertirse en algo que debe ser tapado y castigado. Los cambios en la forma de tratar el cuerpo se ven reflejados en las modificaciones o las evoluciones en el diseño de indumentaria y distintos utensilios para el trato del mismo. “La concepción del cuerpo social es la del cuerpo vestido, y a través del vestido uno condiciona un montón de cosas del vivir que a veces parecen inconscientes pero que marcan la forma de existir. Reconocer esos aspectos sirve para reconocernos a nosotros mismos. En la muestra no hay una diferencia de categorización entre el artista y el diseñado, todos trataron de desnudar el cuerpo reconociendo en sus obras los estereotipos y personajes que se relacionan con la temática”, explica la curadora de la muestra.
En el siglo XXI el cuerpo ha dejado de ser un lugar sagrado que tiene que ver con la integridad de cada individuo para transformarse en un mero envase que puede ser modificado a gusto de acuerdo con las nuevas tendencias. Así, a medida que pasa el tiempo el cuerpo es objeto de numerosas intervenciones y modificaciones, principalmente a través de las cirugías plásticas, mediante las cuales es posible llegar a tener, en caso de que ése sea el nuevo ideal de belleza, una cara cubista muy parecida a las que realizaba Pablo Picasso para sus obras de arte.
La pintura y la escultura, los álbumes fotográficos, la publicidad y las revistas de moda registran los modos de representación del cuerpo de acuerdo con los cánones sociales y culturales de cada época. El estado de la cultura se corresponde con un modo de ser del cuerpo en ese contexto.
El cuerpo no es más esa entidad que debe ser aceptada tal cual es, sino que se puede modificar a gusto. Los cambios culturales se muestran en todos los aspectos de la imagen individual: en la vestimenta, los accesorios, el peinado, el maquillaje, los tatuajes o la ornamentación, pero también en las proporciones del cuerpo real, ya que éstas dependen de los hábitos, las costumbres y el modelo ideal de cada época o región. Más allá de la vestimenta, las culturas intervienen morfológicamente sobre los cuerpos, y en la exposición del Recoleta se encuentran numerosos testimonios que dan cuenta de esta intervención.
Los artistas convocados no sólo muestran cómo ha sido visto y utilizado el cuerpo en el pasado y en la actualidad, sino que además tratan a través de sus obras de responder a los interrogantes que han aquejado al hombre desde su surgimiento. Saltzman sostiene: “En la muestra se revaloriza el cuerpo que siente y que se vive desde adentro. La conclusión podría ser: o vivís y gozás el cuerpo o te la perdés”. Las propuestas y las preguntas quedan flotando en el espacio frente a las obras, para que las responda el espectador: ¿quién es el hombre?, ¿cómo forma sus valores, su propia identidad?, ¿hasta dónde llega la libertad individual con respecto al manejo sobre nuestro propio cuerpo?, ¿de dónde surge la noción de belleza, seducción y sexualidad?
Informe: Suyay Benedetti.
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