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Lunes, 26 de septiembre de 2005

UNA MUESTRA DE CARTELES REPUBLICANOS DE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA

A la vanguardia política y artística

La exposición incluye una selección de afiches encargados por el partido republicano y otras expresiones de izquierda. Uno de los objetivos era concientizar al pueblo contra el fascismo.

 Por Oscar Ranzani

La primera sensación al entrar al Museo Nacional de Bellas Artes es de asombro y sorpresa ante la muestra Carteles de la Guerra 1936-1939, que está presentando la Fundación Pablo Iglesias a través del Centro Cultural de España en Buenos Aires. Asombro y sorpresa porque resulta increíble que esos 118 carteles republicanos originales (y muchos más que forman parte de la colección de la fundación) hayan sobrevivido en algunos recovecos a los intensos bombardeos, los impresionantes derrumbes, las huidas masivas y las mudanzas obligadas que generó la Guerra Civil Española, además –por supuesto– de las pérdidas humanas. La lista de consecuencias se le impone al visitante desde el aspecto visual, claro. Porque desde un análisis estructural –se sabe– la Guerra Civil Española produjo efectos sociales, políticos y culturales difíciles de erradicar, después de la derrota del gobierno republicano frente al general Franco.
Lo que no causa asombro ni sorpresa es que estos carteles hayan sobrevivido gracias a la memoria de los miembros de la Fundación Pablo Iglesias, que lleva el nombre del maestro tipógrafo fundador del Partido Socialista Obrero Español. Parte de esta colección tiene su origen “en la Agrupación Socialista Madrileña –explica el historiador del arte Manuel García en el exquisito catálogo–, luego deviene botín de guerra documental (carteles, documentos, fotografías, folletos, libros, etc.) que el gobierno franquista deposita, en 1939, en el Servicio Histórico Militar ubicado en Madrid y en 1987 la Fundación Pablo Iglesias lo recupera tras requerimiento al Ministerio de Defensa del gobierno español. Desde el 8 de febrero de 2002 este legado se haya depositado en el archivo de la Fundación Pablo Iglesias sito en Alcalá de Henares”.
El actual presidente de esta fundación es Alfonso Guerra, que historiza sobre la diversidad artística de la cartelería republicana en la presentación de los textos del catálogo: “El cartel del bando republicano responde a un auténtico arte de vanguardia. Es para muchos un caso excepcional de fusión entre vanguardia política y vanguardia artística. La historia nos muestra que, en general, el poder político descansa sobre un arte consolidado, tradicional y que los movimientos vanguardistas se abren paso a contrasentido del poder. En la guerra española el poder, al encomendar tan plenamente la propaganda a los mejores cartelistas de la época, se puso en manos de un movimiento de vanguardia rupturista”. Para Guerra la explicación de esta “excepción” histórica puede encontrarse “en que la defensa de la legalidad del poder constituido enlazaba con la batalla por detener el movimiento fascista que se avistaba ya en Europa. Así, los creadores pudieron trabajar con entera libertad al servicio de la causa republicana, produciendo una extraordinaria obra artística de la que hoy presentamos una selección preponderada y equilibrada”.
Esa selección está compuesta por afiches con mensajes políticos tanto del bando republicano como de agrupaciones de izquierda que, si bien tenían diferencias ideológicas con los republicanos, apoyaban al gobierno ante la avanzada de un enemigo internacional en común: el fascismo. Así pueden verse carteles de la Subsecretaría de Propaganda, Comisariado General de Guerra, Unión General de los Trabajadores, Alianza Intelectuales Antifascistas, Frente Popular, Partido Socialista Obrero Español, Partido Comunista de España, Izquierda Republicana, Partido Sindicalista y de la Junta de Defensa de Madrid, entre otros. En su mayoría aluden a la defensa de la república en medio de la guerra.
Uno de los más impactantes tiene el dibujo de un obrero atado de pies y manos y en el medio de una morsa con la forma de la cruz esvástica que amenaza con estrujarlo: “¡Obreros! Este es vuestro porvenir si triunfa el fascismo”, alerta. Data de 1937 y pertenece al Partido Sindicalista. Otro titulado “El generalísimo” refiere a la figura de Franco, representado conuna calavera vestida con una especie de armadura que lleva la esvástica en el pecho y un casco alemán en el cráneo. “La cultura es un arma para combatir el fascismo”, se exhorta desde un cartel que tiene a un soldado empuñando un arma y otro sosteniendo un libro. Algunos carteles hacen foco en la educación: “¡Guerra al implacable analfabetismo! se lee en uno de ellos que tiene el dibujo de un dedo estampando su huella dactilar en una lista llena de firmas. “El analfabetismo ciega el espíritu: Soldado instrúyete”, recomienda otro cartel republicano con la figura de un soldado con los ojos vendados que sostiene un libro en sus manos. Hay carteles que aluden a la salud (sobre el cuidado de enfermedades venéreas, por ejemplo) y al cuidado de los niños (como el que informa sobre los alimentos que se podían conseguir en las colonias del Ministerio de Instrucción Pública). Estos carteles no solo muestran la propaganda política de la época sino que también se refieren a la importancia de la educación, la salud, la alimentación y la niñez en tiempos de guerra, palabras que quedaron bajo la alfombra de Francisco Franco, cuyo régimen se basó en la represión. Muchos años después, la historia volvió a tomar de la mano a la democracia en España.

* La muestra puede visitarse de martes a viernes de 12.30 a 19.30 y los sábados y domingos de 9.30 a 19.30, hasta el 16 de octubre.

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Carteles de la Guerra, en el Museo Nacional de Bellas Artes.
 
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