Considerada por muchos amantes de historietas como la revista que marcó el pulso del retorno de la democracia a través del dibujo, Fierro volvió renovada desde el año pasado cuando el timón comandado por Juan Sasturain –primer jefe de Redacción de la primera etapa– comenzó a maniobrar nuevamente para producir, una vez más, un viraje en la manera de hacer historieta en la Argentina. Y regresó a los kioscos para el gusto de los viejos seguidores, así como para el conocimiento de las nuevas generaciones de lectores. Al igual que todos los segundos sábados de cada mes, Página/12 presentará mañana como compra opcional la edición número once de esta publicación, que viene con importantes novedades.

En principio, éste es el segundo mes de la convocatoria del Concurso “Hora Fierro”, con un desafío para dibujantes argentinos: que redibujen una historieta del recordado Héctor Germán Oesterheld. Desde que se lanzó el certamen, se han recibido numerosas consultas acerca de la cantidad de páginas que debe tener el trabajo, sobre la validez de la modificación del guión original, o bien, si se pueden dibujar relatos de Oesterheld que no han sido dibujados. Vale recordar, entonces, que la propuesta no limita la cantidad de páginas, que se puede redibujar un fragmento (siempre que se comprenda la lectura) y que se pueden dibujar relatos de Oesterheld que no hayan sido dibujados. El concurso, cuyas presentaciones pueden hacerse hasta el 22 de octubre, está teniendo una gran aceptación y ya han comenzado a llegar los primeros trabajos. El reglamento indica que el premio consistirá en la publicación de los mejores trabajos y el correspondiente pago, según los valores que rijan a la fecha del cierre. “Hora fierro” se pensó como parte de los recuerdos hacia la figura de Oesterheld, a treinta años de su desaparición y a cincuenta de la salida de la mítica revista Hora cero.

Una de las novedades del número 11 de Fierro es el suplemento “Picado fino”, pensado como un espacio humorístico de ocho páginas a color y destinado a darles visibilidad a los autores que no han publicado en la revista y que poseen anclaje en el humor y en el absurdo. “Picado fino” es de similares características al viejo “Oxido” que se publicaba en la primera etapa de Fierro, donde los más novatos tenían su espacio. En “Picado Fino” podrán apreciarse trabajos de Cos-thanzo, El Bruno, Ariel V López, Exes y Salerno, entre otros. La tapa pertenece a Ed Carosia y tiene una tira al pie realizada especialmente por Diego Parés, que establece una mirada ácida sobre el mundo de los dibujantes argentinos.

La nueva edición de Fierro contiene también el segundo capítulo de “El síndrome Guastavino”, una historieta con guión de Carlos Trillo y dibujos de Lucas Varela, que tiene como protagonista a Elvio Guastavino, hijo del capitán Aarón Guastavino, un personaje siniestro y miserable por su condición de torturador durante la última dictadura militar. Elvio es empleado administrativo y está enamorado de una muñeca austríaca del siglo XIX. Para hacer realidad la obsesión que lo carcome, Elvio, que se viste con ropa de la década del ’50, buscará ahorrar dinero a cualquier precio hasta el punto de matar de hambre a su madre anciana y enferma.

Otra de las novedades es que la pluma de Daniel Paz quedará estampada en los dibujos de “Bergaman”: El dibujante y humorista de Página/12 publica por primera vez en Fierro dos páginas imperdibles. Por su parte, Patricia Breccia vuelve a publicar “Museo”. Se trata de una idea que nació en la primera etapa de Fierro: a partir de un cuadro de un pintor (en este caso Xul Solar), se desarrolla la historia, hasta concluir en otro cuadro del mismo artista. Este número también ofrece la última entrega de “Fantagás”, historieta de Carlos Nine publicada en Francia y que, por primera vez, se edita en Argentina. Otros infaltables son Copi, que vuelve con “Hotel de citas”, El Tomi con “El desmitificador argentino”, Lucas Nine con “Té de nuez” y Pablo Tunica con “Roma y Lynch”. La impactante tapa es del Niño Rodríguez, que además publica cuatro páginas de “La familia bolchevique”.