Vie 28.09.2007
espectaculos

EL FESTIVAL ONEDOTZERO

“La gente quiere ver arte digital”

Mientras algunos ven al arte digital como una realidad, otros lo consideran como una semilla que apenas está empezando a germinar. A partir de hoy y hasta el domingo podrá visitarse en el Centro Cultural Recoleta (Junín 1930) la segunda edición de Onedotzero_buenosaires, un festival internacional que promete muchas obras de vanguardia. Con excepción de los músicos internacionales, todo el evento será con entrada gratuita. Shane Walter es el nombre del creador de este festival que ya se presentó en 60 ciudades de todo el mundo y fue despegando a medida que las herramientas informáticas se abarataron. De visita en Buenos Aires para presidir el evento, se entregó a una charla con Página/12 sobre arte digital y los tres días que se vienen en el Recoleta.

–¿Cómo ve la escena del arte digital en el mundo?

–Hace algunos años era muy despareja. Algunos países eran la vanguardia y otros recién empezaban. Pero se está emparejando a medida que la gente va tomando conciencia del lugar del arte digital y que crece el acceso a las tecnologías. Muchos tienen acceso a las herramientas para crear. Además, la gente está viajando más, no sólo físicamente, también con sus mentes.

–Aquí el arte digital no es común. ¿Qué lugar ocupa la Argentina?

–Hay una escena musical, de diseño gráfico y demás realmente sorprendente. Es un lugar muy vibrante, tanto como Londres o Nueva York. Yo no creo que esté por detrás. Incluso es bueno estar un poco aislado, porque permite volverse más original. En Europa, todos los trabajos parecen similares y notas que han visto las mismas cosas. Pero en Buenos Aires se encuentra material muy diferente y disfruto de esa distinción.

–¿Qué criterio se siguió para elegir las obras de la muestra?

–Desde nuestra segunda edición le pedimos a la gente que nos envíe sus trabajos a modo de concurso, y desde entonces recibimos mucho material interesante. Pero ahora también encargamos obras específicas, para asegurarnos de que cada festival tenga un buen porcentaje de piezas hechas específicamente para esa ocasión. Siempre buscamos obras nuevas.

Además, cada noche la terraza del Centro Cultural Recoleta se convertirá en pista de baile para los amantes de la electrónica: esta noche D-Fuse, mañana el colectivo Tosca y el domingo Andy Fletcher (de Depeche Mode). También habrá muchas bandas y DJs locales para amenizar la espera.

–¿Y la música?

–Siempre fue parte de esto. Cuando comenzamos, la música electrónica iba de la mano con el arte digital, aunque ahora ha despegado muchísimo y ya parecen espacios separados.

–Cuando se visitan eventos relacionados con el arte digital da la sensación de que no siempre se aprovecha, que quizás a los responsables de montarlas les falta capacitación en el área. ¿Sucede igual en el resto del mundo?

–Claro. En Occidente, el arte digital se está volviendo más popular, la gente quiere verlo. Pero también he notado que la gente a cargo de la cultura y el arte no siempre comprende el arte digital. Aunque saben que deben aprender. Pero es cuestión de tiempo. Por otro lado, todavía no hay un buen criterio sobre qué es una buena obra de arte digital y quizás en una buena exposición se encuentra una gran pieza junto a una mala.

–¿Y qué les recomendaría a curadores y directores de museo?

–¡Que vengan a Onedotzero! (risas). Creo que es más una cosa generacional, ya que la mayoría de la gente interesada en el arte digital o los nuevos medios es joven y no han tenido oportunidad de curar una exhibición o tener apoyo oficial. Esto va a cambiar, pero es importante que la gente en posiciones de decisión colabore con las nuevas generaciones.

–¿Algún ejemplo?

–Bueno, el año pasado hicimos una exposición en el Victoria and Albert Museum, que lleva 300 años dedicado al diseño y el arte. Allí hicimos una muestra nocturna donde instalamos 20 obras digitales junto a las piezas tradicionales y eso creó un contraste muy interesante. Pero fue muy valiente de su parte darnos las llaves del museo, fue nuestra exposición más satisfactoria. Claro, esto que debería ser la norma, es la excepción.

–¿Cómo definiría el arte digital?

–Es bueno que siga sin ser definido. Cuando uno define algo, deja de moverse y, al contrario, este movimiento está cambiando y avanzando. En cierto modo, se lo puede ver desde su identidad híbrida: puede ser una película, una pieza interactiva, alguna otra cosa... o todo junto.

Entre las obras que podrán disfrutarse está la extraña mesa-instrumento Reactable, que la islandesa Björk utilizó para la grabación de su último álbum. De este objeto hay sólo seis copias en todo el mundo.

–Con tan pocas copias, el Reactable parece contradecir la declaración de que las herramientas del arte digital están disponibles a todo el mundo. Uno lo ve y parece salido de una serie de ciencia ficción.

–Creo que tiene más que ver con el ritmo de desarrollo. Eventualmente llegará el momento en que será suficientemente barato como para producirlo a gran escala y será factible tener uno en casa. Lo que tiene de encantador el Reactable es que parece mostrar el futuro. Pone a pensar en que es lo siguiente que van a desarrollar.

–Entonces, el Reactable, ¿sería una suerte de símbolo de lo que se viene?

–Seguro. Puede llevar a pensar en Babylon 5, pero en diez años quizá no se tengan parámetros para imaginar lo que aparezca en arte digital.

–¿Y cómo encaja Onedotzero en este escenario?

–Es que no es sólo lo que nosotros mostramos, sino también lo que la gente hará inspirada por lo que vea en Onedotzero. Eso es lo que más me entusiasma. El público de hoy será el que mañana nos envíe sus obras.

Informe: Andrés Valenzuela.

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