“Nadie aquí está pidiendo una pensión para Paulo Coelho”, dijo Noé Jitrik ante los diputados de la Comisión de Cultura de la Legislatura de la ciudad. El escritor, junto con Osvaldo Bayer, José Luis Mangieri y directivos de la Sociedad Argentina de Escritoras y Escritores de la Argentina (SEA), encabezó la delegación que el martes pasado defendió el proyecto de ley –presentado por Elvio Vitali (Frente para la victoria)– que creará el Régimen de Reconocimiento a la Actividad Literaria. Los beneficiarios recibirán un subsidio mensual vitalicio, equivalente a dos veces y media el monto que corresponda a una jubilación mínima.

“Hasta finales del siglo XIX, el escritor constituía una personalidad social insertada en la política o en alguna institución de donde provenían sus ingresos –señaló Jitrik–; pero luego, la profesionalización del escritor, dedicado en exclusiva a su obra literaria, requirió de la batalla por la ley de derecho de autor y el surgimiento de entidades como la SADE, y hoy también la SEA, que defienden sus intereses.” Ante los legisladores de la Comisión de Cultura –Miguel Talento, Ana María Suppa, Silvia La Ruffa, Ivana Centanaro, Beatriz Baltroc y Helio Rebot–, la delegación entregó una carta con más de 200 adhesiones, entre las que se destacan las de Beatriz Sarlo, David Viñas, Griselda Gambaro, Juan Gelman, Diana Bellessi, León Rozitchner, Abelardo Castillo, Luisa Valenzuela, Horacio González, Luis Gusmán, Martín Caparrós, Juan Sasturain, Alberto Laiseca, Elsa Drucaroff, Tununa Mercado, Mauricio Kartun, Mempo Giardinelli, Arturo Carrera, Sylvia Iparraguirre y Angélica Gorodischer. Graciela Aráoz, presidenta de la SEA, junto con Eduardo Mileo y Víctor Redondo, informó acerca de la delicada situación socioeconómica que padece la mayoría de quienes durante décadas se han dedicado a la tarea literaria y recordó a la principal impulsora del proyecto de subsidio, la poeta, ensayista y cuentista Ruth Fernández, que murió el 30 de agosto pasado en el marco de un “estado económico deplorable”.

Entre los requisitos que establece el proyecto de ley, los beneficiarios deberán ser naturales o tener residencia en la ciudad de Buenos Aires inmediata y no inferior a quince años. Para las mujeres, la edad mínima es de sesenta años; para los hombres, sesenta y cinco. También es necesario acreditar una trayectoria pública constante en la creación literaria no inferior a diez años o haber publicado como mínimo cinco libros debidamente registrados, en los géneros de literatura, poesía, ensayo o teatro, escritos en lengua castellana o cualquiera de las lenguas originarias, incluyendo también las ediciones bilingües. El subsidio se extenderá a quienes, cumpliendo con los requisitos mencionados y cualquiera fuera su edad, se encuentren afectados por incapacidad física o mental permanente o irreversible.

Osvaldo Bayer solicitó la inclusión de un artículo para el amparo de escritores cuyas obras fueron desaparecidas o quemadas, vivieron en el exilio y luego regresaron al país. “En Alemania conocí escritores en esa situación que, tras la caída del nazismo, fueron reinsertados en las instituciones para ejercer la docencia u otras actividades culturales, además de que el nuevo Estado alemán incentivó la reedición de sus obras”, aseguró el escritor. “Si Buenos Aires quiere ser capital cultural de América latina, no puede tener escritores en estado paupérrimo”, advirtió el poeta y editor José Luis Mangieri, a la vez que alertó acerca de la incógnita planteada para la cultura de la ciudad por el inminente cambio de gobierno. El diputado Héctor Bidonde (Bloque del Sur) manifestó su apoyo a la iniciativa, sin dejar de recordar las dificultades económicas que atraviesan los actores y demás trabajadores culturales, para los cuales “habría que pensar respaldos similares, acordes con las características de cada especialización”.

Vitali prometió que se tomarán en cuenta los aportes planteados por la delegación. “El proyecto ha procurado encontrar una fórmula que garantice la justicia y delimite cualquier abuso. Habrá una prueba objetiva del antecedente de cada escritor, reflejada en los libros publicados, y habrá una prueba subjetiva, para casos dudosos, cuya definición dependerá del comité de evaluación.” Este comité ad honorem, que se creará a partir de la ley, estará integrado por un titular de la cátedra de la carrera de letras de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, un representante de la SEA, uno de la fundación El Libro, uno del Ministerio de Cultura de la Ciudad y un miembro designado por la Legislatura porteña, que deberá ser un escritor o escritora con reconocida trayectoria en el ámbito de la literatura argentina.