Tal vez Clint Eastwood haya visto de reojo algún capítulo de la primera temporada de Burn Notice (de lunes a viernes a las 12 por FX) para decidirse y darle un papel a Jeffrey Donovan en Changeling. En aquella película, interpretaba a un policía con dos caras que engatusaba a Angelina Jolie y la obligaba a quedarse con un hijo que no era el suyo. Era un crápula, un villano terrible, pero que nunca perdía ni la media sonrisa ni el estilo. Parte de ese encanto dual está presente en la serie emitida por primera vez en el 2007 y que se ha mantenido con buen timing hasta el día de hoy. Aquí encarna al más bonachón Michael Westen. Sujeto que de un día para el otro se quedaba sin trabajo, sin dinero y prácticamente sin vida. Como un Jason Bourne con buena memoria, el protagonista indagaba cómo y por qué lo habían hecho a un costado. Cada capítulo tira un poco más de ese ovillo, mientras se presentan nuevas problemáticas con incógnitas, juego de máscaras y dobles traiciones al caer. Lo ayudan los personajes de Bruce Campbell (el actor secundario por antonomasia) y Gabrielle Anwar. La trama de este año sigue a Westen, localizado en Miami, en busca de un enemigo con habilidades tan buenas como las de él. Esta séptima temporada será la última de todas sus desventuras.