SERIES › THE MUSKETEERS, UNA NUEVA VERSIóN DEL CLáSICO DE ALEJANDRO DUMAS
El proyecto, original de la BBC que acaba de estrenar Netflix, apuesta al mismo tiempo al clasicismo y a la novedad. El actor chileno Santiago Cabrera, el encargado de componer a Aramis, sostiene que “la lealtad, la aventura, el amor, son temas que nunca pasan de moda”.
› Por Federico Lisica
Adrian Hodges, el creador de The Musketeers (serie original de la BBC que Netflix estrenó el pasado martes), confesó que tuvo dos grandes miedos al enfrentarse a la obra de Alejandro Dumas. La “anacronía grandilocuente” o caer en el clisé del “pastiche y la sátira”. “Quería hacer algo que no esté agotado ni sea cínico, que se sienta apropiado, pero a la vez moderno, excitante, que respete las convenciones del género de espadachines. Después de todo, ¿qué son los mosqueteros sino diversión, romance y acción, aventura y drama?” Hasta ahora, mal no le ha ido. En el Reino Unido, la serie (de diez episodios de una hora) logró una audiencia de más de 6 millones de espectadores y la renovación para una segunda temporada.
Los recaudos de Hodges eran comprensibles. Hay más de 30 versiones fílmicas de esta historia (incluyendo una en la que actuó Armando Bo, de 1946, y hasta una muy menor de 2011 en 3D) y sin contar las televisivas. A esta producción se la podría vincular con una película, bastante digna, de 1993, de la Disney (con Charlie Sheen y Kiefer Sutherland en los protagónicos) por su espíritu clasicista y libre. En una y otra están los elementos más conocidos pero en función de una metamorfosis. El contexto es la París de 1630. Hay un rey, pero el que gobierna tras las sombras es el malvado cardenal Richelieu. Allí llega el joven D’Artagnan, que quiere vengar el asesinato de su padre y se suma al grupo del protector Athos, del excéntrico Porthos, y del aguerrido jesuita Aramis. Casi como unos fab four de la literatura seriada del siglo XIX, es imposible elegir a uno por sobre el resto. “Cuando leí el guión lo primero que me atrajo fue que se captaba el espíritu del libro y a la vez estaba muy presente la idea de hacer algo nuevo”, dice Santiago Cabrera, el encargado de componer a Aramis. Página/12 participó de una teleconferencia para medios latinos con el actor chileno.
–¿Hubo algo más que lo sedujo de esta producción, teniendo en cuenta que había más por perder que por ganar?
–En el primer episodio está muy lograda la presentación de cada personaje por separado. Sobre todo D’Artagnan, eso está en el libro original y aquí hay una reinvención. Siempre el libro y el guión son lo más importante.
–¿Cómo es su Aramis? ¿Tuvo que prepararse de alguna manera en especial para el papel?
–Es un guerrero y un hombre de fe. Tiene sus contrastes. Le encanta pelear, las mujeres y Dios. Hay algunas contradicciones y falencias. Todos ellos son héroes imperfectos y se cubren. Y el training fue muy intenso. Seis días en un castillo en la República Checa. Prácticamente era despertarse a la madrugada para limpiar el establo, andar a caballo, luego al combate, parar para almorzar y luego al combate de nuevo. Eso también sirvió para unirnos los cuatro actores. Había que forzar el vínculo, lograr la misma comunión que los personajes.
–Su papel lo han interpretado desde Charlie Sheen hasta Jeremy Irons. ¿Vio alguna de estas versiones?
–Vi la de Richard Lester de los ’70. Richard Chamberlain hace de Aramis. Es mi favorita, pero lo hice para tomar distancia. Y leí el libro. El drama, el romance y el sentido del humor son destacables. Lo hice como para que el cuadro no sea algo estático.
–Sherlock Holmes, por mencionar un caso, es otro clásico de la literatura de entretenimiento que tiene éxito como serie de tevé en la actualidad. ¿A qué se deben estos éxitos?
–A que tratan temas que no pasan de moda. La lealtad, la aventura, el amor dan para muchas relaciones y visiones. Y a mí me gusta el personaje del héroe. Porque en el fondo es alguien muy solitario. Tiene un don, una misión, y no puede llevar una vida normal, todo lo hacen al extremo. Por eso es atractivo para los televidentes.
Además de Aramis, Santiago Cabrera ha interpretado a otros héroes. El más conocido de ellos fue el de Isaac Méndez, el malogrado y heroinómano pintor que podía predecir el futuro en Héroes. Pero también hizo otros personajes célebres como Vronsky en Anna Karenina (miniserie de 2013 por la RAI) y Sir Lancelot para la serie Merlín (BBC). “Me gusta lo que perdura en el tiempo. Son producciones basadas en textos que llegan a la esencia de lo que somos como humanos. Aunque más que buscarlos, creo que me llegan. Lo que me gusta es que tengan una cuota de actualidad”, dice el actor que también se dio el espacio y el tiempo para participar en producciones de su país (La vida de los peces).
–Hoy se habla de un renacimiento del cine chileno. ¿Se siente partícipe de ese movimiento?
–Absolutamente. Hay gente muy talentosa. Matías Bize o Pablo Larraín, por nombrar dos. Lo sigo con mucho detenimiento y orgullo. Trato de apoyarlo desde mi lugar.
–Ricardo Darín fue muy crítico de los estereotipos que se manejan desde la industria hollywoodense para los actores latinos. ¿Qué opina sobre el tema? ¿Cómo encontró papeles más atractivos en ese mercado?
–Estoy totalmente de acuerdo. La decisión de volver a mis raíces tiene que ver con que uno a veces no ve muchos horizontes con los papeles que te ofrecen. En mi caso, decidí ubicarme en Inglaterra, un cambio de rumbo importante. Siempre es atractivo Hollywood, aunque también es muy fácil caer en el encasillamiento. Soy muy afortunado de poder probar por otras vías, sea en Inglaterra o Chile. Me gusta lo universal, o lo global, mejor dicho, más que encerrarme en lo global impartido por Hollywood, que habitualmente no se lleva muy bien con la imaginación.
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