Hoy se estrena la segunda temporada de Broadchurch (va por la señal 201 de DirecTV), multipremiado proyecto de Chris Chibnall en los Bafta. Desde su aparición en 2013, la producción británica fue comparada con The Killing por razones obvias. El asesinato de un niño cambiaba para siempre a un pueblo, mientras una pareja de policías intentaba resolver un caso de los difíciles. La locación costera, por otra parte, funcionaba como otro personaje más y le otorgaba un tipo de opresión diferente a los bosques de Seattle en el policial que aquí emitía AXN. El siempre efectivo “whodunit” disparaba un drama de interiores acompañado de manera magistral tanto por la música (a cargo del compositor islandés Olafur Arnalds) como por su fotografía amplia, clara y dolorosa.

En esta segunda parte (de ocho capítulos), la ciudad ficcional de Broadchurch, en la región de Dorset, se estremecerá con el juicio por el homicidio de Danny Latimer. Es en ese punto exacto entre tragedia y el suspenso que la serie golpea fuerte y asfixia. El suceso de la ficción llevó a que en Estados Unidos se hiciera una remake (inédita en nuestro país) llamada Gracepoint también protagonizada por David Tennant. En Francia harán su propia versión bajo el título de Malaterra. Y en estos casos, obviamente, las comparaciones ya no serán con The Killing.