SERIES › MAñANA ESTRENA EMPIRE, POR FOX LIFE
El último fenómeno de rating en Estados Unidos es tan ambicioso como shakespeareano. Al dueño de una discográfica le diagnostican una enfermedad incurable y debe decidir cuál de sus hijos se encargará del negocio. Buena música y rica pesquisa sobre la cultura afro.
› Por Federico Lisica
Si no hubiese existido el dorado, Lee Daniels, creador de Empire (estrena mañana a las 22 por FOX Life), habría estado en serios problemas. Esa pátina visual abarca desde el decorado hasta los atuendos, representa el status alcanzado por los protagonistas y es parte central de su narrativa. Es cierto que la estética del “bling bling” es algo ajena para el espectador loca,l pero funciona de maravillas en este auténtico culebrón afroamericano. Se trata, por otro lado, del gran fenómeno de rating de la tevé estadounidense: el final de su primera temporada fue visto por más de 17 millones de personas.
La historia se centra en Lucious Lyon (Terrence Howard), el dueño de la discográfica que le da nombre a la serie. Ex vendedor de drogas que se hizo de un lugar privilegiado en la industria de la música, ha dominado la escena durante tres lustros, está al tope de su juego, y a poco de anunciar que su compañía cotizará en Wall Street, le diagnostican esclerosis múltiple. A Lyon le darán tres años de esperanza de vida en los que se ocupará de ordenar su legado.
Danny Strong, uno de los productores de la ficción, confesó que este rey Midas del Hip-Hop es una mezcla de Kanye West, Jay-Z y P. Diddy. Strong también declaró que hay otro rey que tiene bastante que ver con el entramado del guión y es nada menos que el Rey Lear de William Shakespeare. En este caso, Lyon debe decidir cuál de sus tres hijos heredará el negocio. Andre, Jamal y Hakeem no podrían ser más distintos. El mayor es el cerebro comercial pero sin talento para componer. El del medio es un prodigio en lo mismo que su padre pero “le salió gay” (quizás una de las mayores vergüenzas en el mundo que se representa en la serie). El más chico es su favorito, posee destreza para la música pero anda de fiesta y tal como le dice el dueño del trono, “nunca trabajó en su vida”.
El éxito de Empire, sin embargo, se explica por el papel de Taraji P. Henson. Cookie es la antigua mujer del hacedor de hits y madre de sus hijos. Estuvo en prisión durante diecisiete años por vender estupefacientes y ahora viene a reclamar lo que considera suyo lanzando frases gancho una tras otra. “Las calles no son para todos, por eso inventaron las aceras”, dice en algún momento. “Cookie es mi nombre, probá un pedacito”, desenfunda en otro. Matrona despechada, sexual, sagaz y que funciona por su ambivalencia. Está la mochila de su pasado, su look digno de vedette de avenida Corrientes y despierta carcajadas en medio de tanto llanto y cultura macho. Como si Moria Casán encarara una tragedia griega. Así es Cookie. “Está llena de vida, dice lo que quiere, insulta, es una mujer sin sentido de la ubicación, es mi heroína”, señaló la actriz de El curioso caso de Benjamin Button.
Otro atractivo son las figuras invitadas. Hay participaciones de Naomi Campbell, Cuba Gooding Jr. y Courtney Love, junto a cameos de Mary J. Blige, Snoop Dogg, Estelle y Patti LaBelle. Para la segunda temporada se rumorea que Spike Lee y Oprah Winfrey serían parte de este seleccionado de celebridades.
Alguien que no está contento con este suceso es el rapero 50 Cent, creador y protagonista de Power, producción que toca algunas teclas similares a las de Empire. “Esto es como Glee pero con un poco de Hip-Hop”, acusó. Daniels aclaró que en Empire es la historia la que guía a la música –tal como sucedía en el drama Nashville– y no al revés. En realidad, la factura se aleja del género musical y eso se debe a que su responsable es Timbaland. Un mago de la producción (al que recurrieron Justin Timberlake, Björk y Beck) que deja su marca con melodías esmeriladas y ritmos llenos de quiebres.
Empire, en definitiva, es otra pesquisa sobre los modos, tipologías y talentos propios de la cultura negra estadounidense y de sus obsesiones con la opulencia. Se aleja –al menos por el momento– de los conflictos y protestas producidas en varias ciudades de ese país. Su realizador no es un amateur en estos asuntos y le puso la firma a películas como Precious y El Mayordomo. De hecho confesó que siente que la historia de Empire es la suya. Con un dejo flaubertiano declaró: “Soy Lucious, soy Jamal, soy todos los personajes. Eso sí, Cookie tiene bastante de mi hermana y mis primas”.
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