Según consta en informes oficiales, hacia mediados de los 70, ABBA era la corporación más redituable de Suecia. ¿La explicación? El mundo se había enamorado del pop confeccionado por allí. Hoy sucede algo similar con todas las series, libros y películas englobadas bajo el mote de noir nórdico o thriller escandinavo. La contracara estética de la felicidad que impulsaban los de Estocolmo pero con la reconocible identidad de fábrica a la hora de moldear productos. Tellus, que ayer tuvo su estreno por Film&Arts (va los domingos a las 22), comparte y aprovecha muchos de los elementos de este movimiento. En sus seis episodios se sigue la actividad clandestina de un grupo ecologista en la mira de las fuerzas de seguridad por sus sabotajes contra empresas. En este sentido, la producción finesa presenta un caso policial acorde a las reglas del género para que la dirección, actuaciones y diálogos funcionen como un escalpelo. Con cierto distanciamiento del canon hollywoodense pero habiendo aprendido su método. “El punto de partida fue imaginar a un grupo de jóvenes muy decididos en su cruzada contra el calentamiento global, hay grupos que realizan este tipo de actividades alrededor del mundo, también en Finlandia aunque no con la gravedad que se ve en la serie”, le dice a Página/12 Jukka-Pekka Siili.

Tellus (que en latín significa “tierra” y era una figura mitológica romana que representaba la productividad de la naturaleza) tiene como protagonista a Eevi. Una estudiante de medicina que se replantea su ecoactivismo cuando muere un trabajador de una fábrica contaminante por sus protestas. También está la posibilidad de romper su ostracismo y tener una relación con Alex, otro militante. “Me parecía atractivo que quien guiara la historia fuese una mujer, en cierto sentido lo hace más suave, ético y también sorpresivo. Por otro lado, que sea una mujer le da una profundidad que no podría lograrse con un personaje masculino”, apunta Siili.

–¿Qué le interesa de la cruzada ambiental como temática?

–Era un tema a abordar desde mi perspectiva como guionista pero también como observador de lo que pasa en el mundo. Es un tema interesante que ha estado en agenda y lo estará en el futuro. A ello le quise añadir el componente criminal por el ecoterrorismo, junto a la historia de amor y la historia detectivesca. Los tres géneros están combinados.

–El aislamiento es uno de los subtextos de Tellus. ¿Tiene algo que ver con el contexto particular de Finlandia?

–Uno podría tener esa imagen de Finlandia como una especie de isla alejada, rara y solitaria. Pero en esta historia se desprende de lo que hacen los protagonistas. Especialmente Eevi. Ella ha elegido seguir este camino para salvar el planeta. Y en su vida pública no se puede relacionar con la gente. Enamorarse es casi imposible para ella.

Por temática, personajes, tono moderno –algo efectista con sus explosiones– y reflexiones existenciales, Tellus bien podría ser una reversión ambiental de Los Edukadores (Hans Weingartner, 2005). A Eevi y su tropa clandestina los sigue el inspector Taneli, uno de los personajes más atractivos en la propuesta. Se trata de un oficial cansado y algo burócrata pero como todo inspector es curioso y “usará a Tellus para verse él mismo en el espejo”, dice Siili. Otro de los logros de la entrega (que tiene asegurada una segunda temporada) es su apuesta estética. El entorno de fábricas y la belleza natural son aprovechadas con luminosidad impresionista. “Lo visual tiene que servir para contar la historia”, aclara su creador.

–Hoy en día, noir nórdico y thriller escandinavo funcionan como etiquetas con aspectos positivos y también clisés. ¿Cuál es el aporte de Tellus?

–Es escandinavo, así que eso es totalmente cierto. Pero el noir nórdico se basa en un caso policial en el que no todo sale como se esperaba. Aquí, en cambio, la mirada no surge de los policías. Y el tópico también es muy diferente. No es un simple asesinato a resolver.

–Algunas series del mismo origen como Forbrydelsen, Broen, Wallander y Borgen se empeñan en mostrar el lado B de países que desde aquí se asocia con el Estado de bienestar, tal vez sea para contrarrestar la idea de que siempre está todo bien en esa parte de Europa. ¿Incluiría a Tellus en esa línea?

–Tellus parte de una problemática global, no es algo exclusivo de Finlandia. Obviamente, que el background y el marco es nórdico y para el público latinoamericano puede ser algo que nunca haya visto. Comparativamente Noruega, Dinamarca y Suecia son muy diferentes. Sin embargo, es sugerente que todas estas producciones ofrecen como un juego de reconocimiento, y en mi caso, sirve para mostrar este lugar tan nevado, pequeño y algo oscuro llamado Finlandia.