SERIES › ENTREVISTA A KRISTEN BELL, COPROTAGONISTA DE HOUSE OF LIES
En esta comedia cáustica y bastante retorcida acerca del mundo de los negocios, la actriz interpreta a Jeannie Van Der Hooven, ejecutiva de una consultora de empresas. En la quinta temporada, que puede verse por HBO, acaba de ser madre y cambia de trabajo.
En el capítulo piloto de House of Lies, Marty Kaan (Don Cheadle) le asegura a Jeannie Van Der Hooven (Kristen Bell) que existe un 87 por ciento de posibilidades de que ellos terminen juntos en la cama. Compañeros de trabajo en la consultora Galweather & Stearn, Kaan y Van Der Hooven están sentados esperando entrar a una reunión en la que se decidirá si cierran o no un importante negocio. “Nunca tendré sexo con vos”, clausura la blonda ejecutiva. Le habla casi con desprecio, con sorna y con una seguridad en sí misma que se traduce en la mirada y en los gestos. “Eso no ocurrirá”, sentencia. Y da la charla por terminada.
La cuarta temporada de la serie termina con Jeannie dando a luz el bebé de Marty, minutos después de anunciarle que deja el puesto en su consultora –Kaan & Asociados– para irse a trabajar como CFO de una poderosa farmacéutica.
Basada en el libro House of Lies: How Management Consultants Steal Your Watch and Then Tell You the Time, de Martin Kihn, House of Lies muestra desde adentro el trabajo de las consultoras de empresas. Es una comedia rítmica, cáustica y bastante retorcida acerca del mundo de los negocios, en la que se revela el detrás de escena de negociados y chanchullos de la vida empresarial, encarnados en el personaje de Cheadle y sus tres mosqueteros, quienes se sumergen en el barro y chapotean si eso es necesario para ganar un nuevo cliente. “La consultoría de empresas es como depreciar a una chica bonita para que te quiera más”, explica Kaan en ese capítulo germinal. De eso se trata cada entrega. Y, en paralelo, de contar las agitadas vidas privadas de estos personajes.
“Yo siempre esperé que ellos pudieran resolver sus temas. Tienen esta inmensa atracción pero están los dos tan perjudicados emocionalmente y son tan infantiles… Cada temporada, vuelvo a tener esa esperanza. Ellos vivieron su historia de amor siempre a contramano, como si las estrellas estuvieran cruzadas e impidieran que se normalizara”, explica Bell, en comunicación telefónica con Página/12, a propósito del desarrollo de la relación de los protagonistas durante la quinta temporada de la serie, que se emite los viernes a las 15 por HBO. “Todavía queda mucha historia para contar. Particularmente, porque Jeannie y Marty fueron papás. Y, como todos sabemos, tener hijos te embarca en un viaje completamente diferente en la vida. Es un momento en el que tus intereses personales y profesionales chocan, y tenés que tomar muchas decisiones muy difíciles, acerca de quién querés ser”.
La actriz, conocida por su papel en la serie y la película Veronica Mars y por ser la voz de la Princesa Anna en la película Frozen, habla desde su experiencia personal: madre de dos niñas (de 3 años y 17 meses, respectivamente), ambos embarazos coincidieron con momentos de rodaje. Durante el primero, la producción de la serie optó por ocultarlo, pero el segundo fue incorporado al guión. Y, finalmente, Jeannie fue mamá.
–¿Cuáles fueron los cambios fundamentales que experimentó su personaje en estas cinco temporadas?
–Todo palidece en comparación con un embarazo, pero si tuviera que identificar otro cambio importante, creo que sería cuando comenzó su relación sentimental con Marty. Antes de eso, eran compañeros de trabajo con mucha tensión sexual, pero elegir cruzar esa línea y finalmente acostarse con el jefe significa mucho, y lo cambia todo: la vida personal y la profesional.
–¿Se siente identificada en algo con Jeannie?
–Creo que no me identifico tanto. Más bien, siento pena por ella. Entiendo que no tuvo las epifanías emocionales que debería haber tenido en su juventud. En general, ella es muy cauta, muy cerrada frente a las relaciones por el daño emocional que vivió en la vida, y está haciendo lo mejor que puede con las herramientas que tiene. La aterroriza sentirse vulnerable; la paraliza. Por eso, como ultimo recurso, reacciona impulsivamente, actúa sin pensar, con egoísmo y codicia. Veo a Jeannie como a una amiga torturada, una buena amiga que está obsesionada con el trabajo y que quizás es demasiado ambiciosa. Siento compasión por ella, porque está dañada. Y sé de dónde viene todo su dolor. Sólo espero que finalmente encuentre algo de paz. Sobre todo, ahora que es mamá: que encuentre un pedacito de felicidad fuera del trabajo.
–Jeannie es una mujer en un mundo de hombres y eso parecería suceder con toda naturalidad.
–Interpretar a Jeannie me enseñó que, particularmente en el mundo de los negocios, no existe una línea divisoria entre los géneros. Ella es tan ambiciosa, codiciosa, talentosa e inteligente como cualquiera de sus compañeros varones. No hay diferencias de género en Kaan & Asociados, y valoro eso porque hay veces en que Jeannie accede a su femineidad, pero la mayor parte del tiempo es absolutamente una más de los muchachos. Ese es uno de los aspectos que más me gustan del programa: que ella pueda mantenerse firme, defenderse sola en un ambiente predominantemente masculino. No es para nada poco realista. Creo que prueba que las mujeres podemos hacer los mismos trabajos que hacen los hombres. Y, muchas veces, mejor.
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