Lun 08.08.2016
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SERIES › LAS CRóNICAS DE FRANKENSTEIN, POR A&E

Barro y tinieblas en Londres

Oscuro drama policial, toma el contexto que dio lugar a la obra de Mary Shelley. Una serie de asesinatos y desapariciones sacuden a una capital inglesa áspera, grisácea y con fuertes contrastes sociales. La lucha entre la fe y la razón también está presente.

› Por Federico Lisica

Una buena para Sean Bean, protagonista absoluto de Las Crónicas de Frankenstein (el próximo domingo a las 22 comenzará a emitirse por A&E). Al final de los primeros episodios de este drama policial con tintes de misterio sigue con vida. Es que el británico ha fallecido en un tercio de las producciones audiovisuales de las que ha participado. Quizá no parezca un promedio tan alto pero entre sus agonías hubo desmembramientos, disparos, entierros, fue aniquilado por James Bond y hasta arrollado por vacas para luego caer en un precipicio. Y claro, fue Ned Stark, el monarca decapitado en Game of Thrones. Aquí encarna a John Marlott, un policía que lleva a delante una investigación sobre cruentos asesinatos y desapariciones de niños en una Londres decimonónica. Este drama original de la señal ITV consta de seis episodios y ya tiene confirmada una segunda temporada.

Marlott, algo así como un agente de prefectura, descubre a las orillas del Támesis el cadáver de un pequeño lleno de suturas. En realidad, está conformado por restos de ocho niños y su mano ¿mágicamente? aún responde con movimientos reflejo. Trampolín para que el protagonista ate cabos entre este experimentos con la novela de Mary Shelley sobre el doctor Víctor Frankenstein. Dado el título, se podría imaginar que la serie se arrima al terror, incluso con metalenguaje y bajo una aproximación posmoderna a clásicos del género como sucede en la tevé reciente (Dracula, Penny Dreadful). La intertextualidad está presente pero de manera peculiar. En esta historia serán centrales los personajes de la propia Shelley, otro pope del gótico como William Blake, incluso Charles Dickens con la referencia directa de Oliver Twist. Todo para supurar el espíritu negro de la capital del Imperio Británico en 1832. No por nada el río que cruza la ciudad asoma como otro protagonista siniestro con sus cerdos flotantes y putrefacciones varias. Son los años previos a la gloria Victoriana y la ficción se despacha con un corte estético de tinieblas, humedad y barro.

Es un período en el que la ciencia comienza a competirle fuerte a Dios y sus seguidores querrán marcarle el terreno a otras creencias, aunque eso implique jugar sucio. El meollo de la historia tiene que ver con esos niños pobres que aparecen en mesas de disección para ser sometidos a shocks eléctricos. A un subestimado como Marlott –que puede moverse bien entre bajofondos y la clase alta– parecen haberlo escogido para que su pesquisa quede en la nada. De hecho el único compañero que lo asiste en la fuerza es un huérfano negro (Richie Cambell). Para ambos este caso implica una redención personal.

Uno de los puntos más remanidos de Las Crónicas de Frankenstein es el trasfondo melancólico del protagonista. Mediante flashbacks se sabrá que Marlott ha perdido a su hija y esposa por culpa de su sífilis y su fantasma lo acosa flotando en el Támesis (¿dónde si no?). Este veterano de la batalla de Waterloo se verá arrastrado a un mundo sórdido con profanadores de tumbas, prostitución infantil, carniceros filosos, científicos diabólicos y demás bandas criminales. Que lance frases como “sé lo que es estar afligido”, “mis días están consumidos por el sufrimiento”, y se acepte la apuesta, deriva de la actuación de un alguien como Bean, experto en ponerse en la piel de almas torturadas y en poder transmitir su congoja. “Es todo un viaje y a él lo lanzan directamente al caos. Marlott está por su cuenta porque en realidad nadie lo ayuda; todo depende de lo que otras personas quieren ocultar o echar luz. Con el tiempo Marlott comienza a sospechar que hay muchas más cosas detrás de este crimen que apenas un par de sujetos; que todo orienta hacia instancias más elevadas del establishment, algo que no deja de tener actualidad”, dijo Bean. Habrá que ver si al final, su Marlott acaba –o no– en la lista de videos virales en la que se compilan todas las defunciones interpretadas por el oriundo de Sheffield.

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