El irlandés Garth Knox es uno de los mejores violistas del mundo y se especializa en música de los siglos XX y XXI. Ya estuvo en Buenos Aires en dos oportunidades y ahora participará de dos conciertos con un repertorio tan inusual como interesante desde el punto de vista musical. Mañana tocará a las 21, en la Fundación Proa (avenida Pedro de Mendoza 1929), para el ciclo de música contemporánea del Complejo Teatral de Buenos Aires que viene desarrollándose desde principios de mes. Y el miércoles de la semana próxima lo hará en el Centro de Experimentación del Teatro Colón (CETC), como parte de la programación estructurada a partir de la reapertura de ese teatro.
En el primero de los conciertos, Knox interpretará parte de la Sonata (movimientos I y VI) de Görgy Ligeti, Embellie de Iannis Xenakis, Elegía de Igor Stravinsky, Viola Spaces del mismo Garth Knox –junto al cellista argentino Martín Devoto–, Le Bois de la Goinfre, para viola y sonidos electrónicos, de Alain Savourey, Tres nocturnos brillantes de Salvatore Sciarrino y Prólogo de Gérard Grisey. En el CETC, Knox tocará viola d’amore (un instrumento que tiene cuerdas de resonancia, que no se tocan pero vibran por simpatía) y actuará junto al contratenor suizo Daniel Gloger, que, en ese sala, fue parte de la obra sobre Gombrowitz presentada por Oscar Strasnoy y que participará de la nueva obra de este autor, que también se presentará en el ciclo del Complejo Teatral. Ambos interpretarán La torre de Babel, del argentino radicado en Köln Mauricio Kagel, considerado por los alemanes como el más importante de sus compositores y casi sistemáticamente olvidado por los programadores locales.
Hoy, por otra parte, reanudará su accidentada temporada la Filarmónica de Buenos Aires, con la dirección de su titular, el mexicano Arturo Diemecke. El concierto, a las 20.30 y en la sala principal del Colón, incluirá, de Gioacchino Rossini, la Obertura de Semiramide, las Tres variaciones de barrio para quinteto de vientos y orquesta de cuerdas de José Carli (con la actuación solista del Quinteto Filarmónico la Sinfonía Nº 4 en La Mayor, Op. 90 “Italiana”, de Félix Mendelssohn, y La Valse de Maurice Ravel. El ciclo de ópera continuará el próximo viernes 2 de diciembre con Capriccio, de Richard Strauss, con dirección musical de Stefan Lano y régie de Wolfgang Weber (en reposición de Florencia Sanguinetti). Se trata del estreno sudamericano de la última obra de la producción operística de Richard Strauss. Ambientada en las afueras de París en el siglo XVIII, la obra trata de la disyuntiva, dentro del drama musical, entre la superioridad de la palabra y de la música, personificada en el dilema amoroso que tiene la Condesa Madeleine entre sus cortejantes, el poeta Olivier o el músico Flamand.
Lano, que fue nombrado director musical del Colón en septiembre de este año, ya dirigió en esta sala óperas de Berg, Prokofiev, Korngold y Ginastera, entre otros, y en 1999 condujo Salomé, también de Richard Strauss. Esta presentación escénica contará con escenografía y vestuario de Marcelo Salvioli, iluminación de Rubén Conde y coreografía de Yamil Ostrovsky. El regisseur alemán Wolfgang Weber realizó más de 200 producciones de ópera y opereta en la Volksoper y la Opera de Viena, la Metropolitan Opera House, el Teatro San Carlo de Nápoles, el Liceu de Barcelona, entre otros teatros, además de los festivales de Hellbrunn, Bregenz y Salzburgo. El elenco estará encabezado por la notable mezzosoprano argentina Virginia Correa Dupuy y junto a ella estarán Luciano Garay, Gabriel Renaud y Hernán Iturralde. Capriccio fue completada por Richard Strauss a los 77 años, ya muy lejos del vanguardismo de sus juveniles Salomé (1905) y Elektra (1909), verdaderos escándalos para la época. La obra, estrenada en Munich el 28 de octubre de 1942, forma parte de su período neoclásico, iniciado con Der Rosenkavalier (1911). Además de la del estreno, habrá funciones el domingo 4 a las 17 y el martes 6 y viernes 9 a las 20.30.