MUSICA › LOS PERICOS, MáS DE VEINTE AñOS EN LA RUTA DEL REGGAE
Lejos ya del trauma que supuso la ida de Bahiano, la banda da cuenta de un espíritu renovado, que se refleja en Pura vida, su flamante CD. Los Pericos hablan de su vigencia y del regreso a la naturalidad a la hora de grabar y salir de gira.
› Por Daniel Jimenez
En 1986, a tres años de la reapertura democrática, algunas radios de frecuencia modulada –especialmente la Rock & Pop– comenzaban a entender que el rock argentino podría llevarse de maravillas con el flamante universo de expansión hi-fi. La obra de diversos artistas que hacían sus cosas bajo el gran paraguas del rock –Virus, Soda Stereo, GIT, Andrés Calamaro, Los Fabulosos Cadillacs, Los Twist, Sumo, etc.– salía de las cañerías para llegar a rincones que nadie jamás había imaginado. Incluso para un movimiento que, con un par de décadas encima, empezaba a mirar hacia la masividad. Ese mismo año un “grupo de amigos que se juntaba para tocar la música que les gustaba”, como cuenta su web oficial, se convertiría casi sin proponérselo en la primera banda masiva de reggae de la Argentina y en menos de veinticuatro meses alcanzarían el triple platino por su debut.
Veintidós años, doce discos y casi dos mil shows después de aquel suceso, Juanchi Baleirón, Ariel “Topo” Raiman, Willy Valentinis, Gastón Moreira, Horacio Avendaño y los hermanos Diego y Marcelo Blanco siguen haciendo planes, trabajando horas extra en el estudio y entrándole con ganas a una picada con vino tinto en las frías noches de gira. Consolidados como una de las bandas más longevas del género en actividad en Latinoamérica junto a Cultura Profética (Puerto Rico), Gondwana (Chile) y sus amigos de Los Cafres, Los Pericos no descansan nunca. Si bien la partida de El Bahiano en 2004 supuso un reordenamiento interno de las piezas, el septeto se acomodó y superó los desafíos: se repuso de la pérdida de un frontman carismático, fortaleció la figura de Juanchi como voz líder y mantuvo vivo el vínculo con sus fans. El flamante CD Pura vida, con temas producidos por la banda, Cachorro López y Pablo Romero (“el arengador”, como lo define Juanchi), evidencia el cambio de sangre necesario para no perder vigencia en una escena que todos los días recibe a nuevos seguidores de Bob Marley. Sentados en mesa redonda en su casa-estudio-bunker de la calle Besares, Los Pericos reflexionan sobre los tiempos modernos mientras se preparan, una vez más, para hacer lo que más les gusta: salir de gira.
–La tapa de Pura vida guarda muchas referencias a los comienzos de la banda, todos aseguran que se divirtieron en la grabación y el primer corte del disco habla de un “lindo día para estar armando”. ¿Hicieron un cambio de sangre?
Juanchi: –¡Lo necesitábamos! La verdad es que nos salió espontáneo, no fue premeditado. Empezamos componiendo cada uno en su casa y nos juntábamos a tocar, era lo que nos surgía naturalmente. Después, cuando comenzamos a trabajar con los productores, todo se dio en un gran clima y con mucha frescura. Nuestra relación con la música fresca es directa y simple, y nos dimos cuenta además de que el título del disco, que es una frase muy común en Costa Rica, rondaba alrededor de esa idea.
Willy: –Viendo que hay tantos productores y tanto todo, lo primero que puede pensarse es que la música va a estar sobreproducida, sobrearreglada, y sin embargo todos coincidíamos en que debíamos hacer el disco más fresco y simple posible. Lo grabamos y mezclamos acá, en nuestro estudio, y el ingeniero de sonido fue Diego (Blanco). Y esa simpleza nos llevó a tratar de hacer canciones más simples.
–¿Pero esa búsqueda no está implícita en todos los discos?
Willy: –No, muchas veces uno elige temas que piden arreglos o un aggiornamiento, porque rinden así. Estos temas no, porque nosotros no llegamos con estos quince temas, llegamos con cincuenta. Y a la hora de elegir las canciones, a todos nos gustaba más lo simple.
Juanchi: –Es raro, porque en esta formación hay algo de madurez que nos lleva a hacer una música más fresca. Puede sonar contradictorio, pero la madurez en esta formación y la mecánica de trabajo dio eso como resultado. Creo que tiene que ver con que llevamos más camino recorrido, pero al mismo tiempo tomamos impulso directo con la música. El disco anterior tenía la carga obvia de todo lo que pasaba alrededor.
–¿En 7, el primer disco post-Bahiano, sintieron una presión extra del fanático de Los Pericos?
Juanchi: –En el momento de hacerlo no pensábamos en cómo iba a tomarlo la gente. Creo que nos dimos el lujo de hacerlo como sentíamos que tenía salir, como también en éste, pero quizás en ese momento mucha gente lo tomó de manera diferente.
Willy: –Quizás, comparado con Pura vida, el anterior sea un disco más oscuro, pero porque también estábamos en un momento en el cual la inspiración venía dada por muchas cosas que nos pasaban. Este disco marca una etapa hacia fuera y 7 era hacia adentro, porque precisábamos estar unidos y poder salir de un momento difícil. Los discos siempre son el reflejo de los momentos, como fotos, pero también muestran emociones, cosas que están atrás. Todo el mundo nos escucha ahora y dice “ah, frescura, parece una banda nueva”, y entonces el objetivo está logrado. Queremos que la gente encuentre una banda nueva, aunque no lo somos.
–Pero, entonces, ¿Pura vida es el comienzo de otro ciclo?
Willy: –Sí. Estamos en un disfrute muy grosso de las giras, de tocar en vivo, y de que Juanchi esté muy suelto arriba del escenario. Todos los temas son para tocar en vivo.
Juanchi: –Nos dimos el gusto de trabajar con gente que queríamos como Cachorro López o Pablo Romero. Y ellos vieron lo mismo que nosotros: elegían los temas que iban hacia arriba. A Pablo lo gastábamos porque nos decía “che, este acorde es menor”, como si eso fuera malo.
Willy: –Al mismo tiempo, hay una etapa diferente en este disco, que tiene que ver con llegar de casa con una letra y que todo el mundo colabore, o que nos sentemos todos a escribir “Lindo día” o “Pinta el amor”, que hicimos alrededor de una mesa, divirtiéndonos, tirando ideas.
–¿Nunca habían trabajado así?
Willy: –No, es la primera vez que lo hacemos, por lo menos de divertirnos todos escribiendo juntos. Nunca nos había pasado de hacerlo tan grupal, de forma tan colectiva. Y las canciones salieron en guitarra criolla.
Juanchi: –Esa idea fue de Pablo. El dijo: “Bueno, ¿le damos una onda a esto?”. Dio el puntapié y empezamos a conectar la inspiración. La visión de los productores también hacía que uno no se fuera por las ramas, porque nos gusta mucho meter mano. A veces nos pasa que perdemos el norte general del disco y está bueno que los productores te digan que no, que busques por otro lado y que no te enrosques tanto.
–Pericos es una de las bandas de reggae más importantes de Latinoamérica. ¿Se consideran referentes en Argentina?
Juanchi: –Sí, al menos como banda de reggae integral. Los Abuelos de la Nada hacían reggae en su repertorio y Sumo también, por supuesto, pero nosotros salimos como una cosa global. En las letras hacíamos referencias a muchas cosas que tienen que ver con la estética, con una línea de lo que era el reggae para nosotros. Siento que fuimos la primera banda de reggae que trascendió en Argentina, la que hizo que la gente aprendiera a pronunciar la palabra reggae y que fuera normal ver una banda de muchos músicos tocando más por afinidad que por virtuosismo: nos unían las ganas de tocar reggae. Y con el tiempo nos damos cuenta de que logramos un estilo personal y no una réplica de lo que es la música de Jamaica. Nunca quisimos ser una banda de reggae puro y siempre estuvimos orgullosos de nuestra realidad musical porque no estamos mirando el espejo jamaiquino.
–¿Son conscientes de que son una de las bandas en actividad más viejas del rock argentino?
Juanchi: –Sí, pero lo que tiene Pericos es que fue una banda muy conocida desde el comienzo. Nuestro primer disco salió en 1988 y fue un boom con “El ritual de la banana”, mientras que bandas que ya existían, como Los Decadentes, se hicieron conocidos recién en el ‘92 o por ahí. A nosotros la gente nos conoce desde 1987, tenemos 21 años de popularidad.
Willy: –A nosotros nos gusta muchísimo tocar en vivo y las ganas de movernos ya están, eso hace que la máquina no pare nunca, porque se disfruta. Irnos de viaje no es un laburo, es irnos de viaje con amigos.
Gastón: –Por ejemplo, cuando empezamos esta temporada vinimos de vacaciones y nuestro primer show fue en Catamarca. Nos encontramos en el micro y compramos vino, una picada y nos colgamos a ver a Olmedo. Necesitábamos eso y no importaba que fuéramos a Catamarca o donde sea.
Juanchi: –Hay muchas bandas que tienen un fracaso, como nos pasó con el tercer disco, y se separan. Pero nosotros siempre fuimos perseverantes, siempre nos gustó trabajar. Esa es la única fórmula: ir para adelante.
–Después de tanto tiempo, ¿aún siguen buscando el hit?
Juanchi: –A lo largo de nuestra carrera aprendimos que el hit no se busca. Es imposible e inhallable. Cuando uno piensa “con esto la parto”, nunca sale bien.
Willy: –Hay canciones como “Waiting”, que ni pensábamos grabar, siquiera. Esa no iba a entrar en Big yuyo porque el corte era “Mi resistencia”.
Horacio: –O “Home sweet home”, uno de esos temas que por ahí pensás “ni loco grabo esto”, pero después la gente lo lleva para otros lados y tal vez se transforme en un hit. Es muy loco.
Juanchi: –Pero ojo que no lo pensás como un lado B y te sale un hit. Siempre decís “bueno, puede ser que esté por acá”, pero la gente finalmente es la que decide.
Willy: –Quizás hay temas que la compañía cree que van a ser corte de difusión pero aparecen otros que terminaron siendo hits, como “Runnaway”, por ejemplo.
Juanchi: –Una cosa es un corte de difusión y otra cosa es un hit, aunque muchas veces coinciden. El corte lo puede poner la compañía, pero el hit lo hace la gente. Al corte le podés poner encima setecientos mil dólares y una megacampaña de difusión, pero si al público no le gusta, se acabó. Por suerte tuvimos la libertad de elegir la canción que quisimos, porque una cosa es el tema de difusión como un hit potencial y otra lo que uno quiere mostrar del disco. Por ejemplo, en Mystic love, que es un disco más oscuro, quisimos mostrar “Sin cadenas” y “Pupilas lejanas”, aunque podríamos haber salido con “Monkey man”, que es un tema más up, y dijimos que no. Queríamos mostrar la madurez.
Gastón: –En Puerto Rico, por ejemplo, la gente nos conoce por “Monkey man”.
Juanchi: –En el caso de Pura vida teníamos que elegir un tema que tuviera esa picardía, esa frescura; que fuera la introducción de lo nuevo de Pericos. No sabemos si “Lindo día” será un hit, pero sí que tiene el espíritu de esta etapa y era una buena forma de comenzarla.
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