El último director hizo su salida con un paso de comedia, enviando una renuncia por carta que nunca llegó a destino, con un Ejecutivo porteño declarándose “absolutamente sorprendido” por su decisión, cuando ya todos los medios la habían anunciado. Difícil tarea la de director del Colón, un teatro cerrado desde hace años, blanco de críticas por izquierda y por derecha. Ayer se supo el nombre de quien reemplazará al renunciado Horacio Sanguinetti: el músico, compositor, director de escena y productor artístico Pedro Pablo García Caffi, ex director del Teatro Argentino de La Plata y de la Filarmónica, fundador del Cuarteto Zupay y director de la Camerata Bariloche, entre otros antecedentes de su currículum.

El jefe de Gobierno, Mauricio Macri, y el ministro de Cultura, Hernán Lombardi, se apuraron a llevar adelante una ronda de consultas con una serie de hombres de la cultura para buscar al hombre indicado. Hoy se ufanan de haber resuelto el caso en 30 días, “mucho menos de los 90 días que prevé la ley”, según marca Lombardi a Página/12. “Tuvimos cuidado en que la ronda fuese lo más amplia posible, para poder ser muy abiertos en las consultas y que no implicara un manoseo, manteniendo a los consultados indemnes”, indica.

Lombardi explica que, más allá de sus amplios antecedentes, el nuevo director del Colón reúne las dos condiciones esenciales para el cargo: excelencia artística y capacidad de gestión. Y sintetiza su declaración de principios: “García Caffi tiene todo el apoyo del gobierno de la ciudad, tanto en lo presupuestario como en el respeto a ley: el teatro es autárquico, y el gobierno no interfiere en sus decisiones”. Para con el saliente director, como es lógico, el ministro guarda la corrección de las palabras públicas: “Creemos que actuó con gran nivel de buena intención, agradecemos el esfuerzo que hizo este año, y entendemos que la dirección de un teatro como el Colón está inevitablemente llena de tensiones”.

A pocas horas de haberse enterado de su designación, García Caffi dice sentirse tan honrado por el ofrecimiento como interesado en marcar que intentará imprimir a su gestión un espíritu de continuidad, en un mensaje que seguramente va dirigido tanto al afuera como al interior del teatro: “Lo primero que voy a hacer es juntarme con el equipo de gente que ha estado trabajando desde hace más de un año, y que ha llegado a decisiones que considero importantes”, es lo primero que advierte en diálogo telefónico. “Acepté el ofrecimiento que me hizo el jefe de Gobierno porque me siento con toda la capacidad, la voluntad, las ganas y los ideales para llevar adelante la tarea y, sobre todo, porque me encuentro totalmente apoyado por el jefe de Gobierno.”

–Se lo escucha interesado en marcar la continuidad más que los cambios a implementar. ¿Es un mensaje interno?

–Es simplemente una observación de la realidad: hay mucha gente que ha trabajado en el Colón, y no siempre todos estuvieron equivocados. Hay mucho trabajo hecho, y muy bien hecho. Hay un equipo de trabajo que respeto, y un proyecto en marcha que me pondré a estudiar mañana mismo.

–¿De qué hablaron en la reunión que tuvo con Macri?

–Macri y el ministro de Cultura me hicieron algunas consultas, y me dijeron que estaban haciendo lo mismo con una serie de personas ligadas al mundo de la cultura. Fue una charla importante, donde me encontré con que el jefe de Gobierno tenía formada una idea muy clara de las cosas que son necesarias e importantes para el Colón, y que compartíamos no sólo esas ideas, sino los aspectos básicos para llegar a concretarlas. Por eso estoy totalmente convencido de que se puede dar un mensaje de optimismo. Al margen de que sea yo en este momento el elegido, me importan las decisiones que se van a tomar para avanzar hacia el objetivo máximo: en 2010 el teatro va a estar abierto, y este año ya va a estar trabajando al nivel de lo que recordamos que fue el Colón alguna vez.

–Un teatro cerrado y cuestionado, un director anterior que no renuncia de la mejor manera... ¿Lo toma como un desafío?

–Obviamente, cuando tomo la decisión sé lo que tengo enfrente mío, trabajo hace años directa o indirectamente con el Colón, tengo amigos en todos sus puestos artísticos. Repito, acepto porque sé que tengo las ganas, la voluntad, los ideales intactos y la energía para llevar adelante la tarea. Vamos a intentar mirarnos hacia adentro y hacernos una autocrítica: han pasado muchos intendentes, muchos jefes de Gobierno y muchos directores del Teatro Colón, y no pueden haber estado todos siempre equivocados. Seguramente estaremos un poco equivocados nosotros también.

–¿A quién incluye en el “nosotros”?

–A todos. Estoy haciendo giras nacionales e internacionales con la Camerata Bariloche, y compruebo que los argentinos estamos siempre buscando un culpable afuera, la culpa nunca es nuestra. Pienso tomarme esto con gran humildad. Hay una razón por la que soy capaz de hacerlo, y es que soy un hombre mayor. Veinte años atrás, no hubiera podido.