Aunque tiene 40 millones de discos vendidos, el sueño de presentar su nuevo álbum –Covers– en Europa estuvo a punto de hundirse y encontró una curiosa solución: James Taylor realizó un trato con la empresa Cunard Line para cantar a bordo del “Queen Mary 2” a cambio de los costos de traslado hasta Inglaterra. No es la primera vez que sucede: el músico sigue los pasos de Shirley Bassey y su propia ex mujer Carly Simon, quienes filmaron sus performances a bordo del crucero en 2005.

Taylor, autor de hits como “Carolina in my mind” y uno de los músicos que actuó en las celebraciones de la asunción de Barack Obama, viajará a bordo de uno de los transatlánticos más grandes, a cambio de tocar para los pasajeros. “Parece un sueño hecho realidad... aunque probablemente se convierta en una pesadilla en el mar abierto”, bromeó el cantautor. “Mover a toda esta gente y el equipamiento suele ser un gran contratiempo, un problema financiero a resolver. Por eso llegamos a este acuerdo con la Cunard: ensayaremos a bordo y daremos un par de shows al final del viaje.” La compañía confirmó el trato, señalando que así continúa una tradición a bordo del buque que se remonta a los tiempos de Noel Coward, cuando los miembros de la Era Dorada realizaban performances para los pasajeros. “El entretenimiento es muy importante, y es una gran recompensa para quienes viajan en estas naves encontrarse con estrellas de este tipo”, dijo un vocero. Lo cierto es que el hecho de que un músico con el historial de James Taylor deba recurrir a esta clase de maniobras demuestra la gravedad de los problemas que afrontan los músicos en este momento.