Jueves, 16 de julio de 2009 | Hoy
MUSICA › LA POLICíA DE LOS ANGELES ESTARíA TRATANDO EL CASO COMO HOMICIDIO
Aunque hay versiones contrapuestas, son cada vez más fuertes los rumores acerca de que la investigación sobre Michael Jackson es encarada como un asesinato. El principal sospechoso sería Conrad Murray, el médico que le habría administrado Propofol.
El tironeo de versiones y rumores que rodean la misteriosa muerte de Michael Jackson tuvo ayer una nueva escalada. El portal TMZ –que tuvo la primicia del fallecimiento del Rey del Pop– aseguró que, de acuerdo con “múltiples fuentes”, la policía de Los Angeles trata al caso como un homicidio y que el principal sospechoso es el médico Conrad Murray. La versión de TMZ indica que existe “mucha evidencia convincente” de que el médico –quien no tenía autorización para prescribir drogas en el estado de California– le administró a Jackson el analgésico Propofol, que supuestamente le causó la muerte al cantante. Sin embargo, Access Hollywood, otro conocido sitio web sobre farándula, desmintió la afirmación de su rival TMZ citando a un vocero policial llamado Tenesh Dobine. De todos modos, éste no descartó la posibilidad de que el fallecimiento haya sido en realidad un crimen.
El martes, el forense Ed Winter había declarado que el misterio en torno del fallecimiento de Jackson podría quedar resuelto a fines de esta semana o principios de la próxima, cuando estén todos los resultados de los análisis practicados al cadáver. Durante un registro en casa de Jackson, la policía encontró Propofol, aparatos para inyecciones intravenosas y un tanque de oxígeno. La droga, cuyo nombre comercial es Diprivan, es usada por los médicos para inducir la inconciencia, para anestesias generales durante cirugías practicadas en hospitales.
Por otra parte, el dermatólogo que atendió durante muchos años a Michael Jackson, Arnold Klein, recibió el martes una segunda citación judicial, según el diario Los Angeles Times. Los forenses exigen al médico que entregue documentación importante sobre el artista. “Hacen falta más registros médicos” para establecer las circunstancias de la muerte del astro del pop, afirmó el especialista Craig Harvey. La semana pasada se informó que Klein sólo había cumplido parcialmente con el requerimiento de las autoridades para que entregue todos los registros de su paciente.
Mientras tanto, Murray, que trató de reanimar al artista el 25 de junio cuando tuvo un paro cardíaco, hizo saber el martes a través de su abogado que nunca ha tenido contacto con Klein. “Nunca se encontró con él, no tenían contacto y nunca habló con él sobre Michael Jackson”, dijo el letrado Ed Chernoff. Murray, que negó públicamente haberle inyectado Demerol u Oxycontin al artista, no les contestó a los periodistas que le preguntaron sobre el Propofol, que también es potencialmente mortal. La policía de Los Angeles está investigando al menos a cinco médicos que trataron al cantante y le prescribieron medicinas.
Tito Jackson, hermano de Michael, dijo por su parte en una entrevista que la supuesta dependencia de éste a los medicamentos había sido motivo de una fuerte discusión con miembros de su familia poco antes de su muerte. “Hizo todo para que no sepamos nada” sobre su consumo de medicamentos, declaró Tito. Pero frente a la cantidad cada vez mayor de informaciones que le llegaba sobre el tema, la familia comenzó a preocuparse por la salud de la estrella, agregó. “Teníamos que actuar, yo, mis hermanas Janet, Rebbie y La Toya y mis hermanos Jackie y Randy”, explicó en una entrevista publicada ayer por el Daily Mirror, que no aclaró cuándo fue esa discusión en el rancho Neverland. “Irrumpimos en su casa y estaba sorprendido de vernos. Fuimos a uno de sus cuartos y tuvimos una discusión. Algunos lloraban. No dejamos de preguntarle si lo que habíamos escuchado sobre su consumo de medicamentos era cierto. Lo negó todo el tiempo”, agregó Tito Jackson.
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