Miércoles, 18 de enero de 2006 | Hoy
MUSICA › ENTREVISTA A GUSTAVO SANTAOLALLA, GANADOR DE UN GLOBO DE ORO
El compositor y productor argentino obtuvo la distinción por el tema principal del film Brokeback Mountain. La película fue la más premiada en la ceremonia celebrada en Beverly Hills y se perfila como una de las favoritas para los Oscar. Santaolalla también aspiraba al premio a la mejor banda sonora, pero este galardón se lo llevó John Williams.
Por Karina Micheletto
Uno de los grandes ganadores en la entrega de los Golden Globe fue un argentino, Gustavo Santaolalla. El músico y productor se quedó con el premio a la mejor canción por A Love that will Never Grow Old, que compuso para la película Brokeback Mountain (Secreto en la montaña), la más premiada durante la ceremonia celebrada en Beverly Hills. Los prestigiosos Golden Globe son entregados por la Asociación de Prensa Extranjera y están considerados una suerte de termómetro de lo que pasará en marzo durante la próxima entrega de los Oscar.
Al lado del letrista Bernie Taupin, Santaolalla agradeció a su agente, a su esposa (la fotógrafa Alejandra Palacios, autora de las fotografías de la gira De Ushuaia a La Quiaca, recientemente editadas en un libro), a la producción del film y a su director, Ang Lee, “por haber hecho esta hermosa e importante película”. El músico también aspiraba al premio a la mejor banda sonora, pero este galardón se lo llevó minutos antes el veterano John Williams, por su trabajo en Memorias de una geisha. “Igual fue un lujo perder con Williams”, dijo Santaolalla a Página/12. “Si hace unos años me hubieran dicho que iba a estar compitiendo con él, o que iba a componer con Taupin, uno de los grandes letristas de la historia, el tipo que acompañó a Elton John en sus primeros ocho años de carrera, no lo hubiese creído.”
Brokeback Mountain encabezaba la lista de los nominados a los Globos de Oro con un total de siete candidaturas, dos de ellas para el trabajo de Santaolalla. Finalmente, además del Globo de Oro a la mejor canción el film se llevó otros importantes premios: mejor película dramática, mejor director (Ang Lee) y mejor guión (Larry McMurtry y Diana Ossana). La película se centra en una historia de amor homosexual entre dos vaqueros (aunque no es una historia de amor estrictamente homosexual, según se encargará de aclarar Santaolalla), y está basada en una novela de Annie Proulx de 1963. La historia, que ya ganó el León de Oro en el Festival de Venecia, es una de las favoritas para la próxima ceremonia de los Oscar. Por su temática, el film ya generó controversias entre algunos sectores conservadores norteamericanos. “La gente a quien le molesta la película y el libro quizás está insegura consigo misma y su propia sexualidad”, opinó la autora del libro, Annie Proulx, sobre la polémica.
Santaolalla, que ya había compuesto la música de las películas 21 gramos, Diarios de motocicleta y Amores perros, ganó recientemente el premio al mejor productor del año en los Grammy Latinos, y dos premios de asociaciones de críticos por su trabajo en este film. Brokeback Mountain se estrenará en la Argentina el mes que viene, cercana a otro estreno que también lleva música de Santaolalla: North Country, dirigida por la neocelandesa Niki Caro (Jinete de ballenas), sobre el primer juicio de acoso sexual en unas minas en Minnesotta. Mientras tanto, el músico y compositor trabaja en otros proyectos como productor discográfico: el próximo disco de Bajofondo, uno con el Ketama Antonio Carmona como solista, otro del grupo folk-rock Semilla. Y prepara la música de la que será su quinta película: Babel, de Alejandro González Iñárritu, el director de 21 gramos y Amores perros.
“Yo ya estaba muy feliz por tener dos de las siete nominaciones de la película, y obviamente que después de ganar me sentí más feliz todavía”, dijo Santaolalla desde Los Angeles, en diálogo con Página/12. “También estoy muy contento por la respuesta que está teniendo la película, estoy convencido de que se va a convertir en un blockbuster, cada fin de semana tiene más cines, es increíble. Así que la alegría es doble por tener un premio asociado a un proyecto como éste.”
–¿Qué significa este premio para su carrera?
–Es un reconocimiento importante. Yo vengo haciendo esto desde muy chico, siempre fui un obrero de la música, siempre trabajé mucho. Supongo que el secreto pasa por una suma de cosas: la elección de con quiénes trabajás, el esfuerzo puesto, y creo que también debo tener algo de talento... Pero, como decía Picasso, yo siempre espero que la inspiración me encuentre trabajando. En los últimos dos años el tema de los premios cobró una velocidad muy grande: los que recibí por Diarios de motocicleta, el Konex de Platino, la tapa de Time, como uno de los 25 hispanos más influyentes, los Grammy... Ya tenía ocho, y el pasado me gané dos más, incluido el de productor, que no tenía. Todo eso es fruto de muchos años de trabajo y de una visión estética y artística a la hora de definir por dónde pasa la cosa. Ahora en mi carrera llegó el momento de cosechar años de trabajo.
–Se dice que los Globos de Oro son la antesala de los Oscar. ¿Se imagina recibiendo uno?
–Con A Love that will Never Grow Old (la canción con la que ganó el Globo de Oro) hay un problema: fue descalificada por la Academia, porque considera que no suena suficiente tiempo en la película. La Academia es muy especial, ya se vio lo que pasó con Drexler y Diarios de motocicleta (se refiere a que el cantante fue reemplazado en la ceremonia por Antonio Banderas y Santana en la interpretación de la canción Al otro lado del río). Pero sí podría ganar la música de la película, con la que ya obtuve dos premios la semana pasada (los Chicago Film Critics Awards y los de Las Vegas Screen Critics Society). Tenga o no que ver con la música, estoy seguro de que la película va a tener algún premio.
–La prensa menciona que en Estados Unidos el film ya generó polémicas por tratarse de una historia de amor entre homosexuales. ¿Qué tipo de polémicas, por ejemplo?
–En realidad no se limita a una historia de amor entre homosexuales: es una historia de amor universal, y dos de los personajes involucrados, en un determinado momento de su vida, se encuentran y tienen una relación homosexual. Uno de ellos es un personaje más gay, el otro tiene una relación homosexual por primera vez en su vida. Se conocen porque consiguen un trabajo juntos en la montaña, y durante un tiempo están solos allá arriba. Después de la amistad nace una relación física, y cuando vuelven cada uno hace su vida: se casan, tienen hijos... Pero al tiempo se vuelven a encontrar y continúan la relación a espaldas de su familia. Nada de esto tiene que ver con una película gay, pensada únicamente para un público gay. Es una historia de amor y eso es lo interesante: muestra que por más diversos que seamos –por razas, religiones, nacionalidades u orientaciones sexuales– hay algo que nos hace iguales, y es esa especie de hilo espiritual que tiene que ver con el amor, la soledad y el dolor. Por supuesto que en Utah los mormones ya prohibieron la película, y también salieron grupos de ultracatólicos a hablar mal. Eso no dice nada a favor ni en contra del film. Al contrario: a la gente que tiene prejuicios sexuales, le haría muy bien ver una película como ésta.
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