Con la pompa y gala posible en el folklore, el martes pasado se entregaron los Premios Atahualpa, galardón que por segundo año consecutivo distinguió a los mejores exponentes del género en dos categorías: “Figura del año” y “Nueva hornada”. La heterogénea lista de ganadores incluyó a artistas como Chango Spasiuk, Raly Barrionuevo, Mario Bofill y José Ceña, a grupos como los folk-rock Arbolito, las ascendentes Aymama y los chamameceros Rudi y Nini Flores. También hubo un premio especial del público para el ex Nochero Jorge Rojas, otro a la trayectoria que volvió a quedar en manos de Nelly Omar y un homenaje musical dedicado a Mercedes Sosa.

La entrega del galardón fue organizada por el Instituto Cultural de la provincia de Buenos Aires y el grupo Vi-Da, a través del cual Daniel Hadad gestiona el canal de noticias C5N y las radios 10 y Mega. Hay que decir que la huella de este grupo empresario se notó en la premiación, desde la conducción de Teté Coustarot y Oscar González Oro, que logró transmitir la sensación auditiva de una mañana de Radio 10, pero por la noche y sin poder cambiar el dial. Salvó las papas el periodista especializado en folklore Marcelo Simón, que en sus entradas marcó párrafos que fueron reubicando la escena en la música y en el género convocante.

Casualidad o tendencia, un repaso por los ganadores de la noche muestra una mayoría de músicos que representan a la región del Litoral entre los que cosecharon la estatuilla más promocionada del folklore. Los que se llevaron la guitarra dorada fueron, en las categorías agrupadas como “Figura del año”, Mónica Abraham, Raly Barrionuevo y Mario Bofill, Arbolito, Chango Spasiuk y los hermanos Rudi y Nini Flores, correntinos radicados desde hace años en Francia. Dentro de las agrupadas como “Nueva hornada”, que premian a las figuras más nuevas del género (aunque ya con una carrera iniciada y reconocida), ganaron los Atahualpa Nancy Abalos (hija del gran Alfredo), José Ceña, el trío femenino Aymama y el charanguista Rubén Segovia (hijo de otro recordado del folklore, Zito Segovia). La elección estuvo a cargo de un jurado compuesto por artistas, periodistas y personalidades del género.

Hubo otros premios: el que resultó de la votación especial del público, que se fue en manos de Jorge Rojas, y los premios “Revelación provincial”, que apuntan a aquellos artistas que aún no han iniciado una carrera profesional y, además del reconocimiento, se llevan la posibilidad de producir y grabar su primer disco. Resultaron ganadores la charanguista Laura Caballero, el Conjunto Vocal Canto (con una mención especial) y el Ballet Municipal de Azul en el rubro de danza folklórica. Víctor Heredia, Liliana Herrero y el Festival de Cosquín (que en su próxima edición cumplirá cincuenta años) también recibieron premios especiales.

Más allá de estos galardonados, los más requeridos por el público que asistió a ver la ceremonia de entrega en el Teatro Colonial de Avellaneda fueron Rojas y el Chaqueño Palavecino, que llegó con su sombrero de ala ancha a entregar un premio. El momento más emotivo de la noche fue, sin dudas, el homenaje a Mercedes Sosa: Teresa Parodi, Víctor Heredia, Liliana Herrero, Marcela Morelo, Coqui y Claudio Sosa, junto al guitarrista Jorge Giuliano y Popi Spatocco en teclados (músico y director musical de la tucumana durante años), estrenaron la versión musicalizada del poema “Mercedes, madre cantora”, que Parodi escribió para ella en 1996 (y que la tucumana incluyó en el arte de su disco Escondido en mi país).

Además de Mercedes Sosa, en el encuentro del folklore se recordó a los artistas fallecidos este año: Suma Paz, Sixto Palavecino, Eduardo Lagos, Félix Luna y Patricio Jiménez, entre otros. Hubo música a cargo de Liliana Herrero y de la gran Nelly Omar, tan bella y afinada a sus 98 años, quien antes de cerrar con su himno “La descamisada” preguntó, pícara, a la audiencia: “Creo que a Atahualpa le canté una vez o dos ‘Los ejes de mi carreta’, no más. ¿Ustedes creen que merezco este premio? ¿Qué dicen?”.