Joaquín Sabina, que tiene una fuerte vinculación con Cuba, aseguró que no firmará ningún documento contra la situación en la isla mientras Estados Unidos mantenga la prisión en Guantánamo y el bloqueo económico. En una conferencia de prensa que brindó con motivo del inicio de su gira por México para presentar Vinagre y rosas, el músico fue interrogado acerca de diversos asuntos de política internacional. La situación cubana no podía faltar, por tratarse de un país que visitó en diversas ocasiones y por su encuentro pasado con Fidel Castro. Por eso es que enseguida se pusieron sobre la mesa las huelgas de hambre iniciadas por opositores al gobierno cubano y que dieron lugar a un debate internacional. Ante los insistentes pedidos de que sacara a la luz su postura política, Sabina se definió tan sólo como “un ciudadano que lee los periódicos”. Reivindicó, no obstante, al presidente estadounidense, Barack Obama, “por las esperanzas” que suscita. Como contrapunto situó al primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, a quien le adjudicaría el “vinagre” del título de su disco.

Otro asunto que apareció en la charla fue el narcotráfico en México y la labor del presidente Felipe Calderón. “Fue muy ingenuo cuando planteó esa batalla”, sostuvo Sabina, que se mostró escéptico ante la idea de que no supiera que la policía estuviese “infiltrada totalmente”. “Esa guerra no la podía ganar ni él ni nadie”, añadió sobre el mandatario, con quien se reunió hace un par de años con motivo de la gira que ofreció junto a Joan Manuel Serrat. “Lo único bueno de que este año no venga Serrat es que no tengo que comer con el presidente”, concluyó, entre risas. Sobre México también lamentó “la absoluta y brutal desigualdad” que presenta el país, con el cual se siente íntimamente ligado por haber dado allí su primera actuación en América latina.