“Vale la pena el intento”, dice Víctor Heredia y le cae como una lluvia de sentido aquella canción que escribió, desencantado y triste, en 1980: “Yo quiero ver una fila entera de soldados desfilando / y todo un pueblo cantando con renovada pasión / Quiero de nuevo el honor aunque no existan victorias / quiero llorar con la gloria de una marcha militar / y un banderín agitar, frente a un ejército popular”. “Aquellos soldaditos de plomo”, finalmente editada en 1983, tal vez haya sido una premonición. Un presagio vestido de reminiscencias infantiles, “de tanques de lata, de cromo y níquel” que, a la luz de esos oscuros años, había trocado en traición. Pero, se sabe, la historia siempre da sus giros: hoy, pasadas las 11 de la noche, la vieja canción será una de las que consumarán el intento en un contexto impensado treinta años atrás: la Plaza de Armas del Edificio Libertador, con la Banda de Concierto de la Fuerza Aérea y la Agrupación Sinfónica del Ejército Conjunto Folklórico como teloneras y la exhibición estandartes y uniformes de las FF.AA., como marco. “Para mí es un gran halago participar, porque soy parte de una generación que perdió familiares y compañeros durante la dictadura, pero que también creyó que alguna vez podríamos modificar esa relación de fuerzas y luchó para ello”, enmarca Heredia, consustanciado con la causa.

El sintomático concierto será el primero de un ciclo de recitales –cuyos músicos por venir aún no están confirmados– congeniado por la ministra de Defensa, Nilda Garré, y el secretario de Cultura, Jorge Coscia, bajo el nombre de Ciclo de Música Popular, Exposiciones y Actividades Culturales, como parte de una voluntad política clave en las intenciones del actual Gobierno: poner a las Fuerzas Armadas en eje constitucional, ubicarlas cerca de los intereses de la Nación en su conjunto y lejos de aquellas elites que, durante buena parte de la historia del siglo pasado, las utilizaron como brazo armado de sus planes. Y qué mejor que hacerlo con canciones. “Cantar allí significa una sola cosa: que los sueños democráticos comienzan a cumplirse y podamos restaurar, no perdonar, restaurar algunos lazos para que el futuro sea posible –afirma Heredia–. Ello significa unas nuevas Fuerzas Armadas, una nueva sociedad, una clara comprensión de los roles que les corresponden a cada uno en el respeto de la letra de la Constitución. Si no creyera que eso es posible frente al juzgamiento de los represores que cometieron crímenes de lesa humanidad hubiera dicho que no, pero creo que una nueva Argentina es posible y para eso tenemos que aportar todos.”

–¿Eso significa que se puede hablar de un cambio de esencia en ciertos sectores militares, de una apertura?

–Si no hubiera cambiado algo, creo que jamás habría existido la más remota posibilidad de que yo cantara allí. Por otra parte, creo que está claro que el Gobierno actual está haciendo esfuerzos importantes para integrar, desde lo social, lo educativo y cultural, a las Fuerzas Armadas al proyecto nacional y popular que se está llevando adelante.

Heredia prevé un repertorio que, además de “Aquellos soldaditos de plomo”, colará en terreno militar canciones clave que el cantautor compuso como catarsis en esos años: “Coraje” e “Informe de la situación”, entre ellas. “Son cosas que escribí con la esperanza de que algún día las FF.AA. acompañaran la gesta popular y consolidaran, como en los albores de nuestra patria, la libertad y los derechos que este pueblo y la democracia merecen. San Martín, Belgrano, Güemes o Brown eran como los soldaditos de plomo con los que jugaba cuando era chico, y fueron un ejemplo que algunos olvidaron.” Además de los conciertos previstos, la iniciativa incluirá una exposición histórica sobre la Corbeta Uruguay, una reseña fotográfica sobre los aviones argentinos que hicieron flamear la bandera en el Polo Sur y en la muestra De cara al Bicentenario (en Alicia Moreau de Justo 550), una exposición sobre la ciencia y el mar a bordo de la Fragata Sarmiento (Alicia Moreau de Justo 980) y una muestra fotográfica sobre la restauración del Museo Histórico del Regimiento de Granaderos a Caballo General San Martín (Luis María Campos 554), entre otras actividades. “Espero que ciertos sectores compartan el sentido que tiene esta propuesta que esperanzadamente propone nuestro Gobierno... Es claro que estas fuerzas militares no son las de los ’70”, sostiene Heredia.

–Eso es claro. Pero usted, dada su experiencia de vida, ¿nota que está superada aquella antinomia civil-militar que cruzó buena parte del siglo pasado, o persisten resquemores, recelos, desconfianzas?

–Ninguna etapa está superada en su totalidad, pero pienso en el cuadro que bajó Néstor Kirchner de aquella pared de la ESMA, en lo que Madres de Plaza de Mayo hizo con ese monumento al horror, transformándolo en un espacio de vida y arte, y siento que estamos marcando un camino para nuestro país. Creo que las FF.AA., al igual que otras instituciones representativas, fueron cooptadas por sectores conservadores y claramente reaccionarios justamente por haberse alejado de la fuente esencial de su creación: el pueblo. Ese divorcio, premeditado alevosamente por intereses corporativos y egoístas, dañó la relación que debieran haber mantenido con las fuerzas populares que las nutren con sus hijos desde siempre. Una educación de base prusiana y elitista configuró en ellos una ideología opuesta a la de la Constitución que nos gobierna. La tarea es modificar ese sesgo e integrarlas definitivamente. De otra manera América siempre correrá peligro. Por eso, los ojos bien abiertos, “nada es sencillo aquí...”