“Ayer llegué a Buenos Aires y, cuando me fui a dormir, pensé que hoy tendría una conferencia de prensa a la una del mediodía y un ensayo a las seis. Aquí estamos, a las seis, en la conferencia de prensa”, bromeó, aunque no demasiado en broma, Plácido Domingo. El notable músico, que desarrolló gran parte de su carrera como tenor y actualmente encara papeles de barítono, además de ser director de orquesta, vino a esta ciudad para actuar mañana. La idea del concierto, organizado por la Fundación Beethoven y patrocinado por el Gobierno de la Ciudad, era que su primera mitad se desarrollara en el Teatro Colón y la segunda en la calle, frente al Obelisco. Pero, claro, la dirección del Colón sigue sin poder solucionar el conflicto con sus orquestas, por lo que el concierto es, todavía, bastante improbable.

“Hemos estado hablando con la orquesta hasta ahora”, contó Domingo. “Y todavía no tenemos una solución. Quiero decir que entiendo absolutamente a los músicos, que entiendo las protestas sindicales y que de ninguna manera me considero una víctima. Quiero cantar, estoy preparado para hacerlo y espero que sea posible. Pero si así no fuera, comprendo el reclamo de la orquesta y, definitivamente, lo apoyo.” El cantante relató que estaba informado de la situación desde hace unos diez días cuando un amigo le mostró por Internet el titular de un diario argentino que decía “Domingo se quedó sin orquesta”. Hoy seguirían las conversaciones con los músicos y la organización esperaba poder confirmar al mediodía la realización o la cancelación del concierto. Mientras el jefe de Gobierno, Mauricio Macri, culpó desde Francia a “un grupo minoritario” y, en una interpretación bastante curiosa de las leyes argentinas caracterizó el paro de los músicos como “un delito”, en la conferencia de prensa, llamativamente, no hubo ningún representante del Poder Ejecutivo porteño y, tampoco, del Teatro Colón. “Esperamos poder hablar con alguno de ellos”, aseguró Plácido Domingo. “Hemos llegado con mucha ilusión; creo que es la vez que hace más tiempo que he estado sin venir a esta ciudad y eso ya me sabía mal”, se explayó el cantante.

“Hubiéramos querido traerles noticias definitivas, porque sé cuál es la ansiedad de la gente, y el público es lo más importante. Pero nos hemos interiorizado de la situación de la orquesta. Siempre alabé al Teatro Colón y no me canso de repetirlo en donde esté, que sus dos grandes pilares son la orquesta y el coro. Hay una gran tradición; los ha dirigido Toscanini. Allí dejó su marca el gran Erich Kleiber. Y hay trabajadores altamente capacitados y que se han formado toda una vida para estar allí. Han pasado muchos años en ese teatro y es necesario conocerlos y comprenderlos. Me gustaría hablar con las autoridades gubernamentales, con el director del Teatro Colón, porque, además, hay una situación muy injusta y es que quienes han dado la cara por sus compañeros, porque nunca pueden ser todos los que hablen, tienen problemas jurídicos y los demandan por una cantidad de dinero que jamás podrían pagar, trabajando como trabajan en este teatro. En el Colón hay una gran fuerza, que es lo que lo distingue. No es sólo el edificio que, desde ya, es maravilloso. Y su acústica fantástica, por supuesto. Es la gente. Con esto no quiero decir que estoy en contra del teatro. Simplemente digo que, como director de un teatro y como músico, comprendo a las dos partes. Cada vez es más difícil dirigir un teatro de ópera. Pero en este caso hay trabas que creo que pueden desaparecer si hay voluntad de hacerlo. Existe la posibilidad de que se hagan los dos conciertos, en el Colón y en la calle, que sólo sea posible el de la 9 de Julio o que debamos trasladarlo para más adelante. No querría irme sin cantar, si me voy lo haré con tristeza, pero si este momento difícil sirve para que se encuentren soluciones y el Colón pueda volver a funcionar, me alegrará haber contribuido a esa solución. En cualquier caso, expresé a la orquesta que estoy con ellos.”