“Un gran agradecimiento para Harold Camping”, envía Vito Roccoforte, de The Rapture, antes de terminar la entrevista. Se refiere al presidente de la señal cristiana Family Radio, que alcanza 150 ciudades estadounidenses, un nonagenario que usa el título nobiliario de “profeta”. Su más resonante yerro (también su mayor golpe) ocurrió el 22 de mayo. Sus seguidores le donaron bienes por un valor cercano a los 80 millones de dólares, luego de que lo indicó como el día del fin del mundo, pero días antes desapareció. El; el mundo sigue aquí. Camping reapareció para explicar que se refería a un fin de tipo espiritual y que la solución física sería el 21 de octubre. Pero aquí siguen él (en una casa de reposo luego de un derrame cerebral), Vito Roccoforte (presto a actuar en Groove hoy, desde las 21, con sus compañeros The Rapture) y los lectores de esta nota (leyendo esto y enterándose ahora de que el saludo fue simplemente un gesto irónico del baterista neoyorquino).

¿Cuál es la relación entre Camping, Roccoforte y el fin del mundo? The Rapture: una referencia nominal directa tanto hacia el apocalipsis como en dirección con el éxtasis de la desintegración (de la conciencia individual en la pista de baile), a la vez que una banda que replica esas tensiones en músicas oscuras, ambientales (por indicadoras de un ambiente enrarecido) y extáticas en un sentido psicodélico. “Es cierto que la psicodelia está muy presente en The Rapture por nuestras influencias, especialmente en lo que tiene que ver con cómo producir nuestra música; de la misma manera que la música bailable y de boliches. De la psicodelia, casi nadie se había dado cuenta”, admite uno de los fundadores del ensamble. “Pero respecto de lo del fin del mundo, creo que han leído muy mal las profecías mayas”, opone.

El combo se gestó en las entrañas rockeras, existencialistas, darks y bolicheras de Roccoforte y su amigo cantante y guitarrista Luke Jenner, que hace unos años estuvo a punto de dejar la banda luego de una racha de maldiciones de esas que desaniman a cualquiera (coronada con el suicidio de su madre), pero que tras el nacimiento de su hijo y su conversión a un catolicismo practicante, retornó al trabajo grupal para cerrar las formas de In the Grace of Your Love, cuarto disco del trío (desde la partida en 2010 de Matt Saffer) que completa Gabriel Andruzzi, productor y músico desde 2002; y bajista hace un par de años. “Con Gabriel cerca, trabajar las bases rítmicas no fue complicado, ya que nos entendíamos de antemano. Hizo menos tremenda la salida de Matt, difícil de llenar con un extraño.”

“Tengo la virtud de ser un tipo muy enfocado, así que durante el proceso de retiro y regreso de Luke, y luego de la partida de Matt, pude seguir en el estudio trabajando en música nueva con Gabriel, incluso sin cantantes (tarea que, en su momento, se repartieron Jenner y Saffer). Siempre creí en la música que hacíamos, así que no tuve tiempo para desanimarme”, pone sobre la mesa. “Y ahora estoy, al igual que ellos, contento y con mucho orgullo por este disco, que es tan expansivo como profundo. Igualmente, imagino que pronto vamos a empezar a hacer nuevas canciones, basados en este disco para ir más allá.”

La actuación en Groove significará la cuarta visita de The Rapture a la Argentina y la más ubicua de todas. La primera, en 2007, venía apuntalada por el alboroto causado por sus dos discos fundamentales, Echoes (2003) y Pieces of the People We Love (2006), pero chocó contra las butacas de un Gran Rex poco prudente para su show, un enjambre al que se intentó definir como indie dance, dance punk y hasta new no-wave, pero que coloquialmente se podría identificar como un puente de rock sobre ritmos turbulentos. Más tarde regresaron como DJ, en 2009 y 2010. Ahora, el boliche Groove (Santa Fe 4389, Palermo) será mejor escenario para su alta fiebre disco pogo.

En ese escenario, a comienzos del año pasado y en el marco de su gira despedida, actuó LCD Soundsystem, proyecto de James Murphy, notable músico con una estrecha relación con The Rapture: los produjo, fue ingeniero de grabación, los mezcló y aportó sus programaciones e instrumentaciones a Echoes, que tuvo en “House of Jealous Lovers” a una antena generacional para la Nueva York pos 11-S. Además, Murphy, Tim Goldsworthy (de Mo’ Wax) y el manager Jonathan Galkin, de la disquera y productora DFA, representan actualmente a The Rapture. “Es muy bueno estar de vuelta en DFA, viniendo de un sello major (Universal), ya que con las grandes discográficas hemos tenidos experiencias dudosas. Para nosotros, no hay nada mejor que DFA”, dice Roccoforte, compositor de “House of Jealous Lovers” y de “Out of the Races and onto the Tracks”.

–Pasaron cinco años desde la aparición de su último disco y casi una década desde su irrupción con “House of Jealous Lovers”. Por entonces, la cosa pasaba por otro lado y su mixtura de post punk y música bailable no era norma. Que en la actualidad exista tanto movimiento en ese mestizaje, ¿genera un mejor panorama para The Rapture o provoca alguna saturación?

–Es difícil ser concluyente, porque tendría argumentos para decirle que ambas son opciones posibles y correctas. Creo que, cuando comenzamos, estábamos reaccionando contra lo que ocurría alrededor, contra el dominio de ciertas músicas y contra la división de la música joven, en la que no había unión entre los universos del dance y el indie. Ahora escucho bandas con influencia de ambas corrientes por todos lados. Por eso, por entonces, “House of Jealous Lovers” fue algo tan único. Hoy no hay nada único en una banda indie punk que incorpore música bailable. No lo hay en absoluto.