Mié 01.02.2012
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MUSICA › EL CUARTETO NEOYORQUINO HIZO BAILAR A TODOS EN GROOVE

La resurrección de The Rapture

Después de altibajos emocionales que pusieron en duda el futuro de la banda, los pioneros del dance punk retornaron a escena el año pasado con In the Grace of Your Love. Y en su segunda visita a Buenos Aires demostraron que están en buena forma.

› Por Roque Casciero

La carrera de The Rapture sí que ha tenido altibajos... No había pasado demasiado desde que Luke Jenner y Vito Roccoforte, amigos de la infancia, decidieron armar una banda, cuando estaban en boca de medio mundo gracias al hit “House of Jealous Lovers”. Todo parecía ir bien: el álbum debut Echoes (2003) era aclamado por prensa y público debido a su mezcla de ritmo irresistible con aspereza post punk –¿alguien recuerda el término “nu rave”?–, el cuarteto no paraba de dar vueltas por el planeta, el siguiente disco (Pieces of People We Love, 2006) era incluso más infeccioso que el primero, cada vez atraían a más gente a los conciertos... Pero en el frente interno la cosa no funcionaba. Mientras estaban de gira, Jenner se enteró de que su madre se había suicidado; poco tiempo después se convirtió en padre: si ya venía con problemas de comunicación con sus compañeros, la situación se le hizo insoportable y pegó el portazo. Matt Safer, bajista y cantante, dio el paso al frente que estaba esperando, pero Jenner volvió a los pocos meses. Resultado: Safer se fue para no volver. Mientras tanto, el tiempo pasaba y ese dance punk que el cuarteto había instalado junto a sus compañeros de sello LCD Soundsystem se diluía entre copias mediocres y una industria musical que no le encontraba la vuelta a los cambios del mercado. Recién en 2011 The Rapture publicó su tercer álbum, In the Grace of your Love, con la incorporación de nuevos elementos pero las mismas ganas de hacer bailar sin caer todo el tiempo en la tentación del bombo en negra.

Y fue la gira de presentación de ese disco la que los trajo por segunda vez a Buenos Aires, tras un show extraño –poco público y butacas “antibaile”– en el Gran Rex en la época de Pieces... Groove en enero no parece ser la mejor combinación si uno quiere evitar salir empapado de sudor, pero a los que pusieron la combustión humana en el local palermitano evidentemente eso les importó poquísimo. Como con el último show de LCD Soundsystem un año atrás, el reencuentro con The Rapture fue entregarse al movimiento desde que empezó a sonar el tema que le da nombre al último disco, con notables picos de transpiración en “Get Myself into It” y “House of Jealous Lovers”.

¿Cómo provoca esta banda que el público haga pogo en una canción con beat discotequero? ¿Y cómo logra sonar bien en un recinto que hace sufrir a los sonidistas? Ambas preguntas pueden hallar respuesta en la economía de elementos con las que The Rapture construye sus canciones. Roccoforte salta sobre su banqueta mientras crea ritmos monolíticos, que complementa el invitado Harris Klhar. Sí, un poco se extraña a esa bestia del groove que era Safer en la banda, pero los riffs mínimos y efectivísimos de los teclados de Gabe Andruzzi hacen que uno no le preste tanta atención a la ausencia. Y menos cuando el tipo pasa al frente del escenario con el saxo o para hacer sonar el cencerro (clave en los dos hits más celebrados de la noche). Además está Jenner, claro, cuya voz aguda tiene algo de Robert Smith (The Cure) y otro poco de John Lydon (Sex Pistols, P.I.L.): su nombre debería ser citado con respeto cada vez que se mencionan juntas las palabras “guitarra” y “rítmica”. Su virtud como violero está, precisamente, en ocuparse con asepsia post punk (ESG, Gang Of Four) a la vez de la melodía y del ritmo.

Parte de la “resurrección” de The Rapture tuvo que ver con que Jenner (que le dedicó “Children” a su madre) encontró su camino en el catolicismo. Afortunadamente para los oyentes, las letras de In the Grace... carecen de esas constantes incitaciones a pasar al “lado bueno” que tanto aburren en el rehabilitado Richard Ashcroft, aunque sí una mirada espiritual y una invitación al amor. En poco menos de una hora de show antes de los bises, el cantante y los suyos se las arreglaron para tirar ese mensaje mientras nadie podía dejar de bailar. Y aunque no todas las canciones del último álbum sean tan consistentes como las de los dos primeros (¿otra vez la ausencia de Safer?), en vivo al menos mantienen la electricidad de los cuerpos hasta el próximo estallido. Como ése del final con “How Deep Is your Love?”, cuya melodía el público se quedó cantando un largo rato, cuando la banda ya había abandonado el escenario. Era el reclamo de un bis más que finalmente no llegaría. Una lástima: por una vez, el pedido era sincero y provocado por las ganas de continuar la noche, no parte de ese implícito ritual de los conciertos de rock.

8-THE RAPTURE

Músicos: Luke Jenner (voz y guitarra), Gabe Andruzzi (teclados, percusión y saxo), Vito Roccoforte (batería y programaciones). Invitado: Harris Klhar (bajo, coros y teclados).

Lugar: Groove, 30 de enero.

Público: 1200 personas.

Duración: 75 minutos.

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