Sáb 10.03.2012
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MUSICA › EL TRIO EPUMER-MACHI-JUDURCHA TOCA ESTA NOCHE EN BORIS CLUB

“Más que un estilo, tenemos un sonido”

Además de presentar su primer álbum, el apropiadamente titulado Power Trío, la banda adelantará temas nuevos, de un disco que se propone grabar durante este año. “Estamos a mitad de camino entre el jazz y el rock”, dicen sus integrantes.

› Por Santiago Giordano

No hay duda, es un power trío. Guitarra, bajo y batería hilvanados por una química capaz de conjugar diversidades y potenciar similitudes. Entre músicas de Billy Cobham, Luis Alberto Spinetta y composiciones propias, Lito Epumer, Machi Rufino y Cristian Judurcha son las tres puntas de un triángulo poderoso y versátil. Conversan con Página/12 en la pausa de un ensayo. Hablan del año que empezó con varios shows, de la posibilidad de recuperar un disco que no casualmente se llama Power Trío y que todavía no presentaron como se debe, por los avatares de las compañías grabadoras. Hablan también de las ganas de grabar, durante el año, otro disco y de lo que significa tocar en trío, de poner a jugar sus propias historias más allá de las referencias que elevaron a esta combinación de instrumentos entre las más prestigiosas posibles para esa música que navega zonas francas entre el rock y el jazz.

Hoy a las 22.30, Epumer-Machi-Judurcha actuarán en Boris (Gorriti 5568), para dar continuidad a esa costumbre que desde hace cuatro años los mantiene unidos. “La idea es tocar los temas del disco, por supuesto, además de mostrar cosas nuevas”, advierte Judurcha y continua: “Seguramente haremos algún tema de Invisible y otro de la etapa solista de Spinetta, y además tendremos también invitados: Graciela Cosceri, una cantante increíble, y Juan Pablo Rufino, el hijo de Machi, un bajista que se las trae”. “No lo digo porque yo sea el padre, pero es un muy buen músico. Para mí, Juan Pablo es una gran influencia y una fuente continua de información”, interviene Machi sin ningún interés por ocultar su orgullo. “En esta época nos interesa sobre todo mostrar los temas de ese disco que por motivos extramusicales quedó en el freezer –continua Machi–. Estamos con mucha polenta, sólidos en lo musical y en lo humano.”

–¿Es posible “recuperar” sobre un escenario un disco grabado hace unos años, teniendo en cuenta el devenir continuo de la dinámica del trío?

Machi Rufino: –Justamente ése es el secreto. Este es un power trío que está a mitad de camino entre el jazz y el rock. Es cierto, los temas nunca son idénticos, porque en la dinámica del trío hay espacio para la improvisación, pero creo que hemos logrado plasmar un lenguaje propio, un sonido, y desde ahí es posible recuperar el pasado inmediato.

Lito Epumer: –Hay versiones de versiones y eso hace que al escenario lo disfrutemos como la primera vez, pero tenemos cuatro años de trabajo y en este tiempo logramos una sonoridad propia que tiene que ver con nosotros.

–¿De qué manera equilibran composición e improvisación?

M. R.: –Con sentido común.

Cristian Judurcha: –Ese es el juego que nos gusta jugar: cada concierto se plantea de manera diferente y ahí está parte de la riqueza del trío, aun cuando a la hora de improvisar se trata de no dar más de lo que el tema pide.

L. E.: –Yo tengo una manera muy spinetteana de componer, quiero decir que soy muy intuitivo, voy a donde me lleva el oído, y para improvisar es más o menos lo mismo. Tiene razón Machi, al final es el sentido común lo que hace que aparezca el equilibrio. De todas maneras, las composiciones tienen un desarrollo, no son una simple excusa para improvisar. El tema tiene una presencia y un significado, y los solos en general tienen que ver con la composición.

–¿Cómo definirían la música del trío?

C. J.: –Para los rockeros somos jazzistas y para los jazzistas somos rockeros.

L. E.: –A cada uno de nosotros, mal que nos pese, se nos identifica de un modo u otro con el rock argentino. Pero los tres tenemos trayectorias muy variadas, en diferentes estilos. De distintas maneras pasamos por el jazz y por otros palos. Eso se refleja la versatilidad del grupo.

M. R.: –Personalmente, no puedo encasillarme ni me interesa hacerlo. Respeto a los puristas, pero mi historia pasa por otro lado. Me gusta todo, escucho y trato de aprender de todo. La música es demasiado maravillosa.

–¿Cómo administran tanta versatilidad a la hora de buscar un estilo propio?

L. E.: –Es muy interesante la mezcla de orígenes. Ninguno de nosotros pertenece a la raza de los ortodoxos. Toqué con músicos que van desde Dino Saluzzi a Pappo, pasando por Celeste Carballo y Raúl Carnota. Cristian tocó con Pedro Aznar, Spinetta y Lito Vitale. Machi fue parte de Invisible y Pappo’s Blues. En fin, no sabría explicar hacia dónde va esa confluencia, pero está. En realidad, más que un estilo, tenemos un sonido.

M. R.: –Este trío es muy exigente. Las composiciones de Lito son bravas y te exigen todo. Ese es el desafío que me encanta del trío. Estuve diez años sin tocar y volví con una invitación de Divididos para tocar con ellos, y después de Lito Vitale para participar en el disco de los 40 años del rock nacional. Después de eso podría haber formado una banda para tocar clásicos del rock, pero no quería trabajar de dinosaurio del rock. Apareció la oportunidad de tocar con Lito y Cristian y enseguida me subí, pero tuve que hacer los deberes para tocar estos temas. No quería tocar cosas fáciles, quería seguir creciendo, y este trío me da esa posibilidad. Ese es el objetivo de todo músico que tenga la cabeza en su lugar.

C. J.: –Las cosas se equilibran con el propio peso. Lito es un bicho raro como compositor, haga lo que haga tiene su sello, y Machi, más allá de ser una leyenda viva, para nosotros es un ancla, un lugar seguro, un sonido inconfundible. Esas cosas se te contagian enseguida.

–¿Escuchan el rock que se hace en la actualidad?

M. R.: –Muy poco. No me siento representado por el rock de hoy, mucho menos por el que se hace en la Argentina. Eso del rock chabón me parece medio espantoso. No lo entiendo. De la música siempre entendí los valores musicales, y si me vienen a hablar de trapos y de bengalas, no sé de qué me hablan. Pero no es una exclusión prejuiciosa. Si consideramos que la música de Spinetta es rock, entonces sí, ahí soy rockero. Cuando empecé a tocar estaban Los Beatles y eso fue lo que me voló la peluca. Me formé escuchando a Los Beatles y los Rolling Stones, y eso marcó definitivamente mi sonido, pero no me impidió descubrir otras cosas.

L. E.: –También mi origen es rockero. Yo escuchaba a Hendrix cuando empecé a tocar; y mi primer grupo fue Madre Atómica, con el Mono Fontana y Pedro Aznar. Era un rock sinfónico y ya entonces nos decían que éramos muy intelectuales.

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