MUSICA › ALEJANDRO FASSI Y LA AMBICIOSA APUESTA DE FABULAS DE LA LOCURA, LO NUEVO DE ZUMBADORES
El músico prefiere no internarse en ese camino, aunque el quinto disco de la banda es un paquete que incluye canciones, ilustraciones y textos. “Tiene un concepto, pero es un todo muy entretenido con muchas ideas distintas”, reflexiona.
› Por Luis Paz
Fábulas de la locura, flamante disco del grupo de rock Zumbadores, es un equivalente modelo 2012 para El amor después del amor. Dejando el peso histórico de las canciones al margen, el alto impacto aparte y la cantidad de copias vendidas a un lado, lo que los Zumbadores lograron en este disco y lo que los homologa a lo conseguido por Fito Páez en 1992 es su condición de catalizadores de lo que en aquel momento y en éste eran y son las primeras planas del rock rioplatense. Si Páez sumó en su álbum a Charly García, Gustavo Cerati y Luis Alberto Spinetta, que por entonces (y aún hoy el primero, y el segundo si pudiera hacerlo) llenaban los estadios grandes de esta Capital, el grupo que comanda Alejandro Fassi unió a músicos de grupos escala GEBA (No Te Va Gustar, La Vela Puerca), Luna Park (Los Auténticos Decadentes, Catupecu Machu, Massacre, El Cuarteto de Nos) y autódromos (La Renga), a insignes miembros de la tradición rockera local como Richard Coleman y Gringui Herrera y exponentes de la música joven como Ale Kurz (El Bordo) o Arbolito.
De todas maneras y también como El amor..., Fábulas de la locura es más que un compendio de cantantes y músicos invitados. El disco de Zumbadores presenta, esencialmente, diez canciones nuevas que para Fassi son las mejores que hayan compuesto en sus diez años de trayectoria. Pero a ellas se suma, en la versión especial que acaban de lanzar de cara a su show de hoy en La Trastienda Club (Balcarce 460, San Telmo), un libro contenedor con igual cantidad de textos y de ilustraciones a manos de, también, apellidos ilustres y noveles, unificados pese a sus orígenes, tradiciones y repercusiones. Así, una ilustración de Rocambole convive con la del joven ilustrador Juan Manuel Tavella (que además realizó las obras para los once videos animados que vendrán), o una de Gustavo Sala puede dialogar con una de Hermenegildo Sabat u otra de Cacho Mandrafina. De la misma manera, un texto de Susana Villalba entra en tensión y relación con uno del músico Juan Pablo Fernández (ex Pequeña Orquesta Reincidentes, actual Acorazado Potemkin), o uno del periodista Reynaldo Sietecase acercarse a otro del escritor Sergio Olguín.
Así las cosas, estas Fábulas de la locura están enhebradas entre diez canciones (y una versión oculta y acústica de “Primavera 0”, de Soda), diez textos (y un prólogo de Adriana Franco), diez ilustraciones (y un diseño de tapa a cargo de Fernández), diez videos (y uno) y diez músicos (y otros once), todo para celebrar sus diez años (y unos cuantos meses). “Las diez canciones sostienen el proyecto”, antepone Fassi. “Tenemos todos esos invitados, pero es un disco con el que estamos conformes a nivel banda con las canciones. El disco tiene mucha tela para cortar, muchos elementos. Los textos son nuevos; no hablan de la letras, sino que las toman como disparadores para cuentos, poesías o ensayos nuevos. Hay un mix de nuevos talentos con gente consagrada que fue armado con mucha producción. Los músicos participaron luego de haber escuchado la canción y charlado, cada uno se empapó y cantó o tocó como si fuera una canción propia. Estamos muy orgullosos.”
Suspicacias adentro, el disco tiene gestos como compilar a un cover de Soda Stereo y otro de David Bowie y Brian Eno (“Héroes”) con una participación de Chizzo Nápoli (La Renga), de unir tradiciones cantantes como la de Martín Fabio (Kapanga) con la de Jorge Serrano y hasta de sumar al mismo tema a miembros de Arbolito, Eruca Sativa y El Cuarteto de Nos (“Santa desesperanza”). “Todos los músicos tienen que ver con nuestra historia, son amigos o nos gusta lo que hacen. En la historia de Zumbadores, siempre intentamos ir ampliándolos, pero a veces nos topamos con el prejuicio de la gente. Hay quienes te insultan porque te ponés un pañuelito para tocar y piensan que sos un careta de mierda, pero está en el músico no quedarse en una fórmula que le haya dado resultado, pequeño o grande, no importa. Comenzamos en 2001 y, naturalmente, Cromañón nos atravesó, como a todas las bandas. Frente a lo que pasó, afianzamos una decisión de apertura de la banda, porque en el primer disco teníamos un enrolamiento con cierto rock, pero eso se quebró.”
A la vez, y aunque tiene que ver con un esbozo de obra integral (en la que Zumbadores cree y en la que depositó ya cinco discos oficiales), la presentación de su nuevo álbum también responde a una adaptación para la supervivencia. Como explica el cantante, una adaptación “a cómo consume música la gente”. Dice que decidieron producir ellos mismos videos con cierta calidad “porque de cada disco que sale, la gente subió videos a Internet con audios e imágenes no muy buenas y quizá las bandas tienen muchas visitas con eso”, pero en general “uno quiere que se interprete lo que es, la búsqueda de la banda, aunque haya un montón de información que se te vaya de las manos”.
En la balanza, el cantante del grupo que completan los guitarristas Matías Barmat y Mauro Botta, el bajista Fernando Raggio y el baterista Manuel Caizza señala que aunque la realización de este disco fue “un proceso muy enriquecedor”, no volvería a meterse en algo así: “Algo no tan positivo es la presión que vamos a tener cuando hagamos el próximo disco. O cuando hagamos el de los 20 años, que va a venir con veinte iPads en lugar de veinte invitados”, bromea. Y suelta: “Una producción temeraria hace que uno pueda perder el eje de algunas cuestiones. Valió la pena, pero no es algo recomendable para el camino natural de una banda hacer muchas cosas como ésta, porque lleva mucha producción y coordinación y eso no te deja estar pendiente de hacer sonar las canciones”.
Sobre el final, Fassi escapa del cajón del autor conceptual: “Mucha gente me habla de Fábulas de la locura como una obra conceptual, pero la idea de la obra conceptual me suena medio aburrida, pretenciosa. Esto no nació así. Lo que me parece, aunque yo estoy muy metido, es que es algo muy entretenido que no tiene que ver con la pretensión de las obras conceptuales. Tiene un concepto que se fue armando con la aparición de los textos, porque uno puede encontrar una línea entre las letras, los textos y las ilustraciones, pero es un todo muy entretenido con muchas ideas distintas”.
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