Miércoles, 18 de julio de 2012 | Hoy
MUSICA › A CINCUENTA AñOS DEL DEBUT DE LOS ROLLING STONES
En la embajada británica se realizó un evento para conmemorar el aniversario del primer show de la banda. Una muestra de fotos de Michael Cooper y una videoconferencia con el creador de Glastonbury fueron el mascarón de proa para promover la marca británica.
Por Federico Lisica
A cincuenta años del primer show del grupo de los Rolling Stones, la autotitulada “capital mundial stone”, se sumó oficialmente a los festejos de oro que comenzaron el pasado jueves y culminarían con un nuevo tour en el 2013 (ver aparte). El evento fue organizado ayer al mediodía por la embajada británica en Buenos Aires. Y si parece algo inusual para la conmemoración de un hecho ligado a la cultura rock, cabe preguntarse si no es más extraña la “simbiosis” entre una banda cuyo bautismo fue en el Marquee Club londinense medio siglo atrás y lo generado desde entonces a más de 11 mil kilómetros de distancia.
Dicho de otra forma, el único flequillo con jardinero de jean que pudo verse en la embajada apareció en un “video tributo” de la banda hacia Buenos Aires. Entre imágenes del frenesí desatado durante sus tres visitas al país (y los doce recitales en el estadio de River), Charlie Watts expresa que lo vivido aquí fue “absolutamente enfermizo”. “Buenos Aires es diferente”, agrega diplomáticamente Mick Jagger. Mientras que una frase de Keith Richards (“la audiencia es tan entusiasta, pueden morir y pareciera no importarles”) agrega un matiz doloroso por lo sucedido un año antes de su último show en la Argentina, en febrero de 2006. Otras secuencias del corto sobresalen y conmueven: la felicidad del público atravesada por la maquinaria más duradera, icónica y exitosa que ha parido el rock (por este mes estará podrá verse en el sitio web http://ukinargentina.fco.gov.uk.es).
El encuentro se llevó a cabo en la residencia diplomática situada en Recoleta, más específicamente en el microbarrio La Isla. Nombre exacto para los fines de la recepción; en palabras del propio embajador John Freeman, el cumpleaños de Los Rolling Stones sirvió de “pretexto” para promover a la música británica en su conjunto. Music is Great (Britain) es el nombre de la campaña que aglutina una serie de recitales, encuentros comerciales y concursos planificados para el resto del 2012, y que incluyen a la Argentina. Algunos datos: el Reino Unido es el cuarto mercado mundial más importante de la industria musical global, sólo por detrás de Estados Unidos, Japón y Alemania, y constituye una de sus principales exportaciones: genera cerca de dos mil millones de dólares anuales.
Entre tapices y alfombras con leones, cuadros de Isabel II y un largo de piano de cola preparado para la ocasión con fotos de Jagger y Richards en Buenos Aires, surgió desde una pantalla Michael Eavis. En la videoconferencia, el creador del Festival de Glastonbury (que se emplaza en el medio de la campiña inglesa), lamentó que Los Rolling Stones nunca hubiesen tocado allí y dejó entrever que hubo negociaciones para que lo hagan en el 2013. Con toda su bonhomía y sencillez de hombre de campo, habló de vacas y acres (una de las tradiciones es que cada banda que toca en el “Glasto” se lleva un queso artesanal) pero también de los cambios en el negocio de la música y de rock: “Diría que mi show favorito fue el de The Smiths a mediados de los ’80; en la primera edición, en 1970, estuvo Marc Bolan y fue genial; Radiohead, Coldplay y Oasis han sido asombrosos también; pero aquí hay espacio para música folklórica irlandesa, tocan en unas colinas y le dan esa sustancia simple y fundamental al festival”.
Otro atractivo de la jornada fue la selección de fotos de Michael Cooper, quien tomó cerca de 3500 imágenes de la banda en sus primeros años. Entre los veinte retratos estaba la célebre “Once Manos”, la cubierta de Their Satanic Majesties Request y otras de entrecasa, como una en la que Marianne Faithfull y Mick Jagger juegan con el propio vástago de Cooper. “Michael sólo sacaba fotos. Hacía eso. Estar cerca de nosotros y ser además la única persona que yo soportaba allí era algo completamente natural para él. Siempre fue un tipo increíble.”, señaló Keith Richards en el prólogo del libro Early Stones, publicado por Planeta algunos meses atrás. Tras la muerte del fotógrafo en 1973, su hijo Adam es quien se ocupa del legado. También presente en el evento (y como no podía ser de otro modo, casado con una argentina) aseguró que esas fotos fueron la antesala de una exhibición a realizarse a fin de año en el Centro Cultural Borges.
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