MUSICA › LUCAS MARTí PRESENTA TERCER Y úLTIMO ACTO DE NOCIóN EN LA OREJA NEGRA
El álbum del ex A-Tirador Láser cierra una trilogía en la que muestra su faceta más experimental y despojada, y en el que predominan los samples. “Me parece que tres discos alcanzan para generar un mundo o un concepto con cierto peso”, sostiene el cantautor.
› Por Sergio Sánchez
Lucas Martí es uno de los músicos independientes más inquietos. Desde que en 2005 se largó como solista tras la disolución de A-Tirador Láser, publicó un disco por año, además de oficiar como productor y compositor de proyectos propios y ajenos, como el disco colectivo Varias Artistas. Si le preguntan cómo se define, no duda en decir que lo suyo es la canción de autor, pero sobre todo la composición. “Mis canciones son más importantes que mi imagen, que yo como protagonista. Mi fuerte no es ser cantante o guitarrista, sino componer. No necesariamente tengo que estar para que suenen mis canciones”, dice a Página/12. El músico acaba de publicar Tercer y último acto de noción, que cierra una trilogía y en el que muestra su faceta más experimental y despojada. “Me gustan las trilogías y me parece que tres discos alcanzan para generar un mundo o un concepto con cierto peso”, sostiene. Martí presentará el disco hoy a las 21 en La Oreja Negra (Uriarte 1271).
A diferencia de Segundo y último acto de noción (2009), aquí predominan los samples y la guitarra acústica pasa a un segundo plano. No hay una banda ni una instrumentación cargada. “El hecho de haberlo realizado solo, entre otras cosas, tiene que ver con una cuestión de tiempo. No cuento con una banda para cada disco que quiero hacer o para cada capricho que se me ocurre. Por lo general, los discos en los que me junto con una banda son un poco más espaciados”, explica Martí. Las únicas invitadas que suman sus voces en casi todas las canciones son María Ezquiaga y Julieta Brotsky. La invitación surgió, en parte, de una necesidad artística. “Desde que encontré mi registro de voz prefiero que esas frecuencias las maneje gente que canta naturalmente en ese registro. Sentía que para estos temas necesitaba esa dimensión. Ellas están involucradas en Varias Artistas, así que tengo buena relación y les pedí que participaran.”
–¿Qué implica este Tercer y último acto de noción?
–Es el cierre de una trilogía. Las características que tienen son que están compuestas por canciones un poco más complejas que el resto de las que suelo poner en mis otros discos. Son canciones que tienen un desarrollo un poco más extendido en las letras y también tienen una producción que se diferencia bastante de mis otros trabajos, que son más pop. Estos discos carecen casi siempre de batería o acompañamiento rítmico. Son discos más “raros”, aunque “raro” es una palabra que no termina de esclarecer mucho. Es material que inclusive muchas veces no voy a presentar en vivo. Entonces, están muy enfocadas desde ese lugar. De todas formas, no sé bien si hay un hilo que las une.
–¿Por qué la decisión de no trabajar con banda?
–Si bien podría haber llamado a otros músicos, un material de estas características se presta para trabajar de manera solitaria. El trabajo siempre tiene que ser diferente para que me sienta motivado. Y también la necesidad de expresar. En estos discos me pongo bastantes límites para hacerlos. Si hay algo que no me faltó a través de los años fue libertad para hacer las cosas como yo quisiera, quizá por haber trabajado con bandas independientes. Y eso, por momentos, se vuelve algo aburrido. Porque hasta la libertad a veces a uno lo puede complicar para trabajar. Entonces, en el momento se presentaron demasiadas posibilidades para la música y ahora me interesa hacer cosas más puntuales. Si estoy haciendo un disco de tal estilo, sé que con determinadas cosas no me voy a meter.
–¿Qué lugar cree que ocupa hoy la canción de autor?
–Creo que, desde el 2000 en adelante, la canción ha recuperado inspiración. La década del ’90 fue un momento de explosión enérgica. Es fabuloso que siempre vaya cambiando. Y también fue como empezar un poco de cero, porque se cayó la estructura de las grandes compañías que bancaban los discos y a los artistas. Y me parece que el resurgimiento fueron muy buenos compositores como Coi-ffeur, Lisandro Aristimuño, Pablo Dacal, los chicos de Rosal, Los Látigos y la chilena Javiera Mena. Metí a todos en la misma bolsa pero son todos bien diferentes. Rescato a gente que más allá del estilo realmente recuperó y entendió el valor de la canción y la posibilidad de decir cosas. Incluso, grupos de los ’90 como Babasónicos, que se arrimaron más a la canción. Sin embargo, la gente con la que me vinculo o se me vincula, no sé si es con la que más comparto gustos musicales. En la época de A-Tirador Láser me sentí cerca de Los Látigos y Adicta, que ya no existen. Estoy en una etapa en la que siento que viajo solo. No surgí con una corriente. Aparecimos en el medio de una cosa y pasamos bastante inadvertidos y después quizá mi nombre fue tomando un poco más de forma a lo largo de los años. Hace un par de años me enteré de que era “indie”. Ya había hecho un montón de discos y no había escuchado nunca el término “indie”. Y de repente me empezaron a llamar así. Igual, no hay algo en lo que se me pueda enmarcar muy fuertemente. Yo digo que hago pop rock, a veces más pop y otras más rock. La canción de autor es mi fuerte, más que cualquier otra cosa, más que tocar o cantar.
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