MUSICA › ATTAQUE 77 PUBLICó ACúSTICO - TEATRO OPERA, BS. AS. ARGENTINA
En su segundo trabajo como trío, Mariano Martínez, Luciano Scaglione y Leo De Cecco lograron desarmar y rehacer parte de las canciones de su repertorio en formato acústico. “No queríamos desaprovechar la oportunidad de hacer algo diferente”, dicen.
› Por Leonardo Ferri
El comentario podría quedar reservado para una charla ocasional, casi de ascensor, porque no alcanza ni siquiera para un chiste: un actor y un músico comparten el mismo nombre. No hay remate. Un galán y un rockero (también galán para algunas, por qué no) que se llaman igual, y listo. Pero todo cambia cuando esa coincidencia deriva en una confusión, y la mañana en que los miembros de Attaque 77 tenían acordado el encuentro con Página/12, una mínima equivocación en una publicación hizo que el nombre de Mariano Martínez (el cantante, guitarrista y productor de Attaque 77) quedara asociado con una foto del otro Mariano Martínez, del actor. Nada grave, claro, pero que sirve de excusa para arrancar con la charla y recordar otra confusión, más graciosa y que no merece ser ocasional ni de ascensor. “Una vez estaba en Córdoba y me llamaron de una radio de Rosario para hablar con Mariano Martínez; y aunque me pareció raro, estaba desocupado y atendí. Después de un rato de preguntas generales me empecé a dar cuenta de que algo raro pasaba, y promediando la entrevista era claro que querían hablar con el actor, pero seguí hasta que no se pudo disimular más. Todo eso pasó en vivo y tuve que decírselos”, cuenta entre risas.
Más allá de las anécdotas e historias que en esta banda con 24 años de carrera parecen abundar, el objetivo de la charla es la música, y tanto Martínez como el bajista Luciano Scaglione y el baterista Leo De Cecco tienen mucho para contar sobre Acústico - Teatro Opera, Bs. As. Argentina, el disco que acaban de editar y el segundo en su etapa iniciada como trío con Estallar. En él la banda consiguió desarmar y rehacer parte de las canciones de su repertorio para lograr algo distinto, tal como es su costumbre álbum tras álbum. La idea no era sólo grabar las canciones con instrumentos acústicos, sino interpretarlas de nuevo, volviendo incluso a tocarlas tal como fueron concebidas. El resultado es un combo de temas de todas las épocas de la banda, con un sonido amigable para los nuevos oídos y novedoso (y desafiante) para los escuchas de siempre, con arreglos de un cuarteto de cuerdas, piano, saxo, acordeón e invitados como Gillespi en trompeta y Andrea Alvarez en percusión. “Un disco nuevo siempre es una etapa nueva, que nos pone de cara al público y de gira una vez más, y el acústico es aun más nuevo para nosotros, porque es un formato y una manera de plantear el show muy diferente a la nuestra”, explica el cantante y guitarrista. Durante gran parte de este mes, la banda estará tocando en distintos teatros de las provincias de Tucumán, La Rioja, Catamarca, Córdoba, San Luis y Mendoza.
–Attaque 77 tiene como costumbre tocar mucho y en todos lados. ¿Qué tiene de distinto este formato?
Mariano Martínez: –La idea es tocar en todos los lugares que se pueda, algo bastante difícil en nuestro país. Parece mentira, pero para este espectáculo es más difícil aún, porque somos nueve personas.
Luciano Scaglione: –Si bien no hay equipos ni grandes cosas, el escenario es un quilombo y uno termina agotado como en el show de rock más intenso. Es todo un desafío y está bueno poder estar a la altura, no quedarse a la mitad de lo que uno pretendía al principio. Este acústico es el resultado de un proceso largo que fue de menor a mayor en todo aspecto. Estuvimos ensayando casi un año antes del show del Opera, los temas fueron madurando gracias a la producción de Mariano, que intentó desarmar los temas y trató de recomponerlos.
–Al ver el DVD es fácil darse cuenta de que la idea no fue sólo desenchufar los instrumentos, porque hay nuevos arreglos y con instrumentos que no les son familiares. ¿Cómo fue ese trabajo?
M. M.: –Yo estaba en Tanti grabando unos demos y me programé unos sonidos de cuerdas en un teclado. Lisandro Fiks, el director de cuerdas, transcribió todo eso, porque no sé escribir música, y volvió a arreglar y a adaptar esas partituras para los distintos instrumentos. Es un trabajo muy pro, porque mientras que nosotros necesitamos ensayar un mes, ellos lo tocan dos veces y ya les queda súper claro lo que tienen que hacer. Y claro, las cuerdas dan una profundidad distinta. Muchas canciones volvieron a su estado original y se parecen mucho más a como fueron compuestas que a como quedaron después grabadas, como “El ciruja”. No queríamos desaprovechar la oportunidad de hacer algo diferente, a mí me interesó más lo distinto, no ir por lo fácil.
L. S.: –Intentamos desarmar una canción que históricamente sonaba de una manera y que su esencia siga siendo la misma. Esto también sirvió para revalorizar las letras, porque al no haber distorsión, bajar el volumen y la rítmica, la letra ocupa otro lugar junto con la voz.
–¿Podrían haber hecho esto, por ejemplo, quince años atrás?
Leo De Cecco: –Creo que nos hubiéramos frustrado. Hace trece años hicimos Otras canciones, que también fue un disco que buscó una diferencia respecto de lo que la gente esperaba encontrar de nosotros, con temas de Gilda, de ABBA, de Roberto Carlos...
L. S.: –Hace quince años teníamos 25. Y teníamos muchos prejuicios, también.
M. M.: –No se nos hubiera ocurrido, teníamos otras cosas para hacer. Estábamos en una búsqueda diferente, la de un disco fuerte, de rock, y que sonara bien... Y Otras canciones fue un disco provocativo a su manera.
–¿Attaque 77 es una banda provocativa?
L. S.: –Este disco es, en alguna forma, una actitud punk.
M. M.: –Creo que es provocativo. Me parece bien que las expresiones artísticas sean movilizantes, me gusta que sean así. Nosotros no pensamos desde el lado del negocio o de lo comercial, de la comodidad de repetir una fórmula que funcione.
–Más allá de un estilo, Attaque no parece ser una banda que haya repetido fórmulas. Por ejemplo, el cambio de Amén! a Un día perfecto fue muy brusco desde las letras, y siempre tuvieron ese ida y vuelta. ¿Cuánto les dura esa comodidad que mencionan?
M. M.: –No creo que vayamos a hacer otro disco acústico después de éste, pero sí va a ser un aporte para lo que viene, para tener una apertura más interesante. Hicimos muchos discos que para cualquier otro grupo hubiesen sido demos, y que incluso se vendieron un montón. Pero bueno, no sabíamos y recién estábamos aprendiendo a tocar en público. Fuimos creciendo disco a disco hasta que llegó el momento de empezar a sonar en serio, como cuando fuimos a grabar a Estados Unidos y nos agarró un tipo (el productor Jim Wirt) que nos enseñó a ordenar las cosas. Recién ahí pudimos decir que teníamos un disco de un grupo de verdad, más profesional. Todavía hay un camino que no se termina, necesitamos hacer discos buenos... para tener igual cantidad de discos buenos que malos (risas).
–¿Hay discos con los que no estén conformes?
M. M.: –No, al menos yo los veo con mucho cariño. Todo está al revés suena horrible, y cada vez que nos juntamos con Adrián Taverna hablamos de grabarlo todo de nuevo.
L. S.: –Y además fue lo mejor que pudimos hacer en ese momento.
M. M.: –Claro, éramos muy chicos y ya estábamos grabando nuestro primer disco, y fuimos fogueándonos con el correr del tiempo. Encima el segundo fue muy exitoso y quedamos muy expuestos en un lugar muy complicado. Cualquiera podía decir: “¡Pero si son malísimos!”, y tener razón.
–¿Y qué tanto les importa esa mirada externa?
L. D. C.: –No nos importaba en aquel entonces, menos ahora. Pero tampoco nos creíamos buenísimos, éramos conscientes de nuestras limitaciones en aquel entonces tal como lo somos ahora.
M. M.: –No nos dábamos cuenta de que éramos malísimos. Nos entusiasmaba componer, ensayar, grabar y tocar; lo hacíamos con ganas y convicción, por eso no nos importaba lo que dijeran los demás. Teníamos ganas de ser un buen grupo y todavía las tenemos. Cada uno vive eso de manera muy personal... Yo soy muy crítico conmigo y con lo que hacemos, y una vez que el disco está terminado no puedo volver a escucharlo porque necesito seguir mejorándolo, es casi patológico.
–¿Qué les queda por hacer?
M. M.: –Un disco sorprendente. Somos el conejo que corre tras la zanahoria, y el disco que viene tiene que ser mejor. No me gusta pensar que tenemos que repetirnos, siempre hay que intentar correr ese límite y romper el molde. Algunas veces pensé que lo habíamos hecho –entre Amén! y Un día perfecto hay diferencias–, pero después me di cuenta de que no, que seguimos siendo una banda con una dirección lógica, pero aún nos falta hacer ese quiebre.
–¿Estar en una etapa de búsqueda y no tanta popularidad implica que estén más cerca de la autogestión que antes?
L. S.: –Siempre tuvimos la suerte de estar con una compañía discográfica, que para un grupo argentino y de este estilo es casi imposible. El respaldo siempre estuvo, pero nuestro modo de manejarnos es independiente en cuanto a las giras y las decisiones sobre el producto, el arte, la música y las letras, y eso nunca nadie pudo cuestionarlo. Cada vez que presentamos ideas lo hicimos de manera contundente y quizás eso genere la imposibilidad de ser cuestionado: no hay lugar para eso.
M. M.: –Con respecto a las giras, Attaque es una banda que se educó siempre en la ruta, y aunque cada vez es más difícil seguir así, lo hacemos igual, porque somos nosotros quienes queremos llegar a todos lados, sin aburguesarnos en eso de “tocamos dos veces por año y que todo el mundo vaya a vernos”. Nos gusta ir a visitar a la gente, nos gusta recorrer el país, conocer cada pueblo y ciudad, no ser el centro y que todos se trasladen para ir a vernos.
L. S.: –Y una cosa es salir con un súper hit sonando en todos lados y otra es salir con un álbum como éste. La base de fans sigue estando, pero con un hit la ecuación se invierte: en vez de estar uno buscando a donde ir, nos llaman de todos lados.
–A lo largo de su carrera se los pudo ver militando por distintas causas sociales, pero sin expresar una postura política concreta. ¿Cómo ven hoy al rock que toma partido en política?
L. S.: –Le escapamos a la política. Nos interesa la cuestión social, cultural, la salud y la educación, pero la política no nos gusta. Obviamente que vamos a avalar y apoyar todo lo que sea en beneficio del pueblo, de la verdad, de la justicia y de los derechos humanos... Está claro que vamos a estar más cerca de algunas cosas que hizo este gobierno a partir de 2003 que de cosas que hizo Menem, no hay duda de ello, pero sin ser partidarios.
L. D. C.: –Si hay bandas que creen en los partidos políticos que gobiernan, está bien que militen, porque creen en lo que hacen, pero nosotros no creemos en los políticos.
M. M.: –Nuestra militancia es ésta, nuestro grupo es como nuestro partido político, no creo que tengamos que estar atrás de una bandera en particular. Siempre estuvimos cerca de la lucha de las Madres, las Abuelas y de H.I.J.O.S., pero eso fue desde toda la vida, no de ahora que se les da bola a otra escala. Antes nadie las escuchaba, y por eso creo que en ese sentido la sociedad avanzó en su totalidad, y ese crecimiento de la sociedad impone determinado tipo de gobierno. Ya no se puede volver atrás, no podríamos volver a tener una dictadura militar porque esta sociedad en la que vivimos no lo permitiría. Hay ejemplos de artistas muy grandes, como Spinetta o León Gieco, que siempre están ahí, y son su propio partido político, y por eso creo que nuestro aporte como músicos debe ser otro: la música está para unir, no para dividir, para eso ya están la política, la religión, el fútbol y tantas otras cosas... Pero no la música.
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