Sábado, 19 de enero de 2013 | Hoy
MUSICA › JORGE GONZALEZ, ALAMBRE GONZALEZ Y JORGE ARAUJO, OTRO TRIO DE LUJO
Convocados por el legendario contrabajista, el guitarrista y el baterista bajaron los decibeles habituales para darle forma a Ni Fu Ni Fa, proyecto de pura libertad a la hora de la recreación. El miércoles, en Jazz & Pop, habrá otra oportunidad de disfrutarlos.
Por Cristian Vitale
Afrenta y guiño a la vez para los que miran desde atrás, colgados de una pared. Las auras de Duke Ellington, Oscar Alemán y Charles Mingus –parte del panteón del viejo y querido Jazz & Pop– andan ahí, por el aire, mientras dos rockeros más un jazzman meten una coda. Jorge Araujo marca “un, dos, tres”; Jorge “el Negro” González esboza la primera línea con el contrabajo fabricado por él, y Daniel “Alambre” González, guitarrista rabioso “amainado” por el contexto, reinventa a Pappo a través de “Blues para mi guitarra”. La gente aplaude mucho. Suena un blues en el corazón del jazz. Suena impecable. Suena un trío de cruce bien apto para la zapada y la improvisación, donde los prejuicios entre géneros casi hermanos en esencia son amablemente invitados a evaporarse. “Lo único que le pedí a Alambre es que toque suave, porque si tocás fuerte hay un montón de sutilezas de la música que te perdés”, se ríe el Negro, una vez consumado el show. Un show íntimo, de entrecasa, imbuido en la mística del lugar y a cargo de una juntada a la que no le hacen falta decibeles para ser una especie alter de power trío y manifestarse a través de versiones distintas de sus originales. De “No pibe”, por caso. O del Flaco Spinetta por dos (“Despiértate nena”, “Rutas argentinas”). O de “Mañana en el Abasto”, onírica. O de más Pappo, mediante “El viejo” y el espeso “Gato de la calle negra”. Un temazo en su original, y también en la revisita.
Ni Fu Ni Fa se llama el trío que precisamente inventó el Negro González –hombre con apenas 58 años de jazz encima– para darle un toque de distinción al cálido antro de Paraná al 300, donde existe música en vivo –y en serio– de lunes a lunes, todos los días del año. Ni Fu Ni Fa se llama porque se le ocurrió a él. “La verdad es que cuando se armó el trío, la pregunta fue: ¿qué música vamos a hacer?, ¿qué onda? Y, la verdad, ninguno de los tres tenía idea... y esto es un ni fu ni fa auténtico, ¿o no...? Además está bueno por el fa de la nota musical, y porque es cortito y difícil de olvidar”, se ríe el experimentado contrabajista que anuncia una nueva presentación del grupo para el miércoles 30 de enero. “Por supuesto que la idea es seguir tocando lo máximo que se pueda, y hasta donde nos dé. Yo pienso que este trío da para largo, porque tiene una consigna elemental: tocar para divertirse y disfrutar, porque la música no es un trabajo, la música es todo. Cuando me preguntan si me voy a jubilar, yo respondo: ¿cómo me voy a jubilar si hago esto porque me gusta? La jubilación es un castigo para el músico, y yo no podría vivir sin tocar, es como comer”, sentencia el Negro, que cuenta con un pasado muy cercano a Litto Nebbia (formó parte de su banda entre 1973 y 1981), a Jorge Navarro (integró su trío durante 20 años) y a figuras del lustre del Gato Barbieri, Dino Saluzzi y Fats Fernández, entre muchos más.
El setlist de la noche contempla también una alucinante versión de “Superstition”, de Stevie Wonder, y otra vez Pappo, bien heterodoxo, a través del arrastrado “Whisky malo”. Alambre, guitarrista con muchos y vastos años de rock y blues encima, ataca el instrumento, se luce con solos, y a veces canta. Araujo, ex Divididos y actual Gran Martell, le pone el toque elegante y sutil a cada tema. Y también canta. Los dos marchan detrás de las líneas de contrabajo que ubican las piezas en otra dimensión. El Negro no es un rockero ni un blusero, pero su alto sentido de la improvisación lo ubican perfecto en la entraña de cada versión. Marca territorio. “Si vos sos convocado por un contrabajista, hay cosas que se van a regular a partir de eso, ¿no? Primero que nada el volumen. Alambre y yo tocamos a medidas de volumen infernales con nuestros proyectos, y acá hay que bajar... Hay melodías con el contrabajo, y eso regula una situación artística, además de la improvisación, claro, porque siempre tiene que haber una libertad incluso a nivel estructural, por si la cosa se pone aburrida”, explica Araujo.
“Además hablamos muy poco cuando empezamos a tocar”, interviene Alambre en la mesa redonda post-show. “El otro día, en un ensayo, el Negro me dijo que haga la melodía de ‘Viento dile a la lluvia’. Jorge apuntó: ‘Parece un tema de Joe Zawinul’. Y yo empecé a tocarlo a la antigua... Salió algo increíble. Yo creo que se trata un poco de desaprender los temas, de no estar atados a cómo lo hicieron sus creadores, ¿no? Y fundamental: dejarse llevar por la intuición.” “Claro –tercia González–, porque hacer un tema tal cual no tiene gracia y siempre va a ser mejor la versión del autor. Lo ideal es cambiarlo, hacerlo bien diferente y nada rígido, porque lo rígido, en la música, aterra.” El trío que, dicho está, es parte de las juntadas estables que animan Jazz & Pop, se originó en la inquietud de Jorge González de “contrabajear” clásicos de blues y rock. “Primero hablé con Alambre; y después con Araujo, que como tiene experiencia en ambos géneros, podía unir las cosas. Y salió bien, porque ellos dos tocan algo y yo, de acuerdo con lo que escucho, empiezo a tocar otra cosa que se me ocurre, y que por ahí no tiene nada que ver con el tema original”, describe González, mientras Araujo toma la última palabra: “Cuando el Negro desconoce algún tema, nos pregunta cómo es originalmente, pero no para que se parezca sino todo lo contrario... siempre lo quiere transformar, y esto nos despierta la intuición a todos. Nos mueve directo a improvisar”.
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