El viernes 15 de agosto de 1969, Richie Havens debía subir al escenario a las 17 para inaugurar el Festival de Woodstock con cuatro canciones. Según los organizadores, ocurrió exactamente a las 17.07 y Havens debió sumar más piezas por dos motivos: es cierto que algunas bandas estaban atascadas en el ingreso al predio, pero también lo es que su breve set tenía dominados a los miles de asistentes. “Toqué todas las canciones que sabía”, declaró alguna vez, acerca de lo que fue una actuación que él mismo recordó como una de casi tres horas. La memoria de Havens no volverá a repetir esa tarde: el trovador estadounidense de 72 años falleció ayer.

El músico afroestadounidense, mayor de nueve hijos de una familia oriunda del suburbio de Brooklyn, publicó 29 discos (seis de ellos compilatorios) y fue una de las primeras figuras del Greenwich Village, la escena en la que cobraron fuerza Joan Baez y Bob Dylan. Pero de entre todas las piezas, la que más veces ha vuelto a ser reproducida es aquella versión de “(Sometimes I Feel Like A) Motherless Child” sobre la que zapó largo tranco en Woodstock, incorporándole unos pasajes en los que clamó por libertad: desde entonces, su intervención sobre aquel spiritual es conocido como su tema “Freedom”.

Según su agente, Tim Drake, de la compañía The Roots Agency, Havens falleció en su hogar de Jersey City, en Nueva Jersey. Su peculiar estilo permanecerá como uno de los más representativos de la renovación del folk estadounidense en tiempos de rock. De hecho, todavía en su sitio web oficial (Richiehavens.com) pueden hallarse algunas instrucciones del propio músico acerca de cómo relacionarse con la guitarra, el canto y el alma de la música negra.