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Viernes, 1 de noviembre de 2013

MUSICA

Mapa de la modernidad

La edición 2013, siempre con la idea del riesgo estético entendido como valor, se enriquece con dos producciones del Colón, el concierto de apertura, esta noche, y el Prometeo de Luigi Nono.

 Por Diego Fischerman

Ni “impresionista” ni “barroco” quisieron decir, al principio, lo que con el tiempo llegaron a significar. Podría pensarse que tampoco la palabra “contemporánea” ligada a la música tiene ya el mismo sentido de otras épocas. Categoría –o género– más que indicación temporal, sus amplias fronteras abarcan la creación más actual (aunque no necesariamente toda), pero también obras y estéticas de hace cien años. La historia, ya se sabe, no son los meros hechos, sino el discurso que los relaciona. Y de la misma manera, la noción de “música contemporánea”, uniendo poéticas tan distantes en el tiempo y en el espacio como la de Charles Ives, Toshio Hosokawa o Marcos Franciosi, pone el acento, sin embargo, en alguna parte. No se trata de la época, obviamente, pero sí de una cierta idea del riesgo estético entendido como valor y, claramente, de la reivindicación de una vieja idea a la que incluso el posmodernismo acabó tributando: la modernidad.

Todo mapa depende del cartógrafo tanto como del territorio y, en el caso de la “música contemporánea”, en Buenos Aires, sus contornos son, en gran medida, los que viene trazando el ciclo de conciertos del Teatro San Martín, que comienza hoy a la noche por decimoséptimo año consecutivo. Si nombres como los de Salvatore Sciarrino –que será protagonista de la producción que el Teatro Colón le prestará al ciclo para que abra su nueva edición a todo lujo–, Helmut Lachenmann o Grisey forman parte, hoy, de este paisaje, y si en el diseño tienen el peso que tienen, como pioneros, Ives, Edgar Varèse, John Cage o Morton Fledman, es por lo sucedido en cada noviembre, a lo largo de todo el mes, durante estas casi dos décadas. Los nombres podrían ser otros, desde ya, pero el cartógrafo del caso es Martín Bauer, creador y director de este ciclo y, naturalmente, es su atribución –y su mérito– que el mapa acabe pareciéndosele. “No hubo un planteo previo acerca de qué nombres incluir”, dice a Página/12 recordando los comienzos, en la época en que Ernesto Schoo era el director del San Martín y Darío Lopérfido el secretario de Cultura de la Ciudad. “Como siempre, al principio uno recurre a lo que tiene a mano.” En ese primer año, la dirección del ciclo era tripartita. Bauer, Gerardo Gandini y Francisco Kropfl programaban tres conciertos cada uno.

Este año habrá, además del concierto inicial, otra gran producción del Colón, Prometeo. Una tragedia de la escucha, de Luigi Nono. “La diferencia entre el ciclo Colón Contemporáneo –que también es programado por Bauer– y el del San Martín es de escala”, dice. “Pero la escala tiene una influencia inevitable en lo que se programa en cada caso. En ese sentido, lo que propone Pedro Pablo García Caffi (director artístico del Colón) es que allí se hagan cosas que sólo pueden hacerse allí.” André Richard, el director de producción artística de la obra (fue quien trabajó junto a Nono en cada una de las versiones que se hicieron en vida del compositor), manifestó, al principio, alguna reticencia a que la obra se hiciera en un teatro de ópera. “La resistencia terminó cuando hicimos la primera prueba sonora, poniendo algunos instrumentos en distintas partes de la sala. En ese momento dijo inmediatamente que sí. Y es que el proyecto de Nono es convertir un teatro en instrumento y, con el Colón, ese instrumento es absolutamente insuperable.”

Además de esta obra, que se presentará en esa sala el sábado 16, a las 20.30, y el domingo 17, a las 17, el ciclo presenta varios puntos de gran interés: el concierto monográfico dedicado a Gérard Grisey, uno de los compositores fundamentales de los últimos años –lamentablemente fallecido muy joven–, que con dirección de Santiago Santero tendrá lugar el próximo miércoles 6; la reposición de Rothko Chapell, de Morton Feldman, obra seminal que se escuchó en Buenos Aires hace once años, en este mismo ciclo (el martes 5), y de la notable ópera El gran teatro de Oklahoma, escrita por Marcos Franciosi por encargo del Centro de Experimentación del Teatro Argentino de la Plata y estrenada allí en 2010 (el sábado 23 y domingo 24), sumados a las visitas de Salvatore Sciarrino, del violista irlandés Garth Knox y del grupo neoyorquino Bang on a Can –un impactante grupo de cámara fundado por los compositores David Gordon, David Lang y Julia Wolfe–, más la participación de algunos de los más destacados solistas y grupos argentinos, entre ellos el Grupo Vocal de Difusión, que dirige Mariano Moruja, y el coro Nonsense Ensamble, que conduce Valeria Martinelli.

Con el apoyo de la Fundación PROA, la Universidad Tres de Febrero, Siemens Stifung, la Embajada de Francia en la Argentina y el Instituto Goethe, el ciclo de este año se desarrollará en varias sedes, incluyendo por primera vez la Usina del Arte, en Caffarena y Pedro de Mendoza, en La Boca. El concierto de hoy, en el Colón y a las 20.30, estará a cargo de la Orquesta Estable de ese teatro, dirigida por Tito Ceccherini y con Francesco Dillon como solista de cello haciendo un programa dedicado mayormente a Salvatore Sciarrino, quien visita la Argentina por primera vez y actuará como narrador en La muerte de Borromini, de 1988. Del mismo autor se interpretará Variazione, para cello y orquesta (1977), y el concierto se completará con la suite de El mandarín maravilloso, de Béla Bartók. Sciarrino será también el protagonista del segundo encuentro, este domingo, a las 20, en la Sala Casacuberta del San Martín, cuando se presente Quaderno de Strada, para barítono y ensamble de quince músicos. La obra incluye textos explícitamente heterogéneos, que van de Kavafis a Rilke, Brecht o Giovanni Testori, pasando por proverbios populares y leyendas pintadas en paredes urbanas, y será interpretada por el cantante alemán Otto Katzameier y el Ensemble Lucilin de Luxenburgo, junto a instrumentistas argentinos, con la conducción de Pablo Druker. El programa se completará con Como vengano prodotti gli incantesimi, de Sergio Catalán. Y al día siguiente, el Ensemble Lucilin hará en la Usina del Arte, a las 20, un programa dedicado a música actual: Omaggio, de Arturo Fuentes; Vertical Song, de Toshio Hosokawa (un autor japonés radicado en Alemania, discípulo de Lachenmann, pero notablemente influido por la poética del sonido de Giacinto Sclesi); Sounding the Fragility of Line, de Malcolm Goldstein; Infra la nieve y Tres bagatelas, de Marcel Reuter, y Pluvia, de Brice Pauset.

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Salvatore Sciarrino será hoy el relator en La muerte de Borromini.
 
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