Sáb 21.12.2013
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MUSICA › LA JOVEN GUARRIOR, UNA ORQUESTA DE MUSICA POPULAR ARGENTINA

“Hay espíritu de comunidad”

Se definen como una banda familiar, independiente, teatral, ecléctica, fiestera y oscura. Lo cierto es que su música está atravesada por el eclecticismo y la irreverencia. Tienen para mostrar su tercer disco: Las Invasiones Inglesas.

› Por Cristian Vitale

Se presentan como El Pastor y el Perro Viejo. Como las dos voces –y plumas– de una orquesta que trepa a catorce actores-músicos cuando está a pleno. Informan que se llama La Joven Guarrior (la gloriosa JG), que el nombre nació entre vinos y tangos en los bares de Almagro y que acaban de sacar el tercer disco a la fecha: Las Invasiones Inglesas. Prometen que lo mostrarán en público hoy por la noche en el Centro Cultural Teresa Israel (Acuña de Figueroa y Humahuaca) y aseguran que son una banda familiar, independiente, teatral, ecléctica, fiestera y oscura. “La banda es muy yin yang, tiene un costado lumpen, gracioso y pelotudo, y otro, donde se pone oscura, cruda. Pero por suerte en este disco hemos logrado que todo llegue a un equilibrio”, pinta de entrada Gonzalo Gamallo (El Pastor), el guitarrista que la fundó como cuarteto acústico (guitarras criollas, charango y percusión) hacia 2007, y que la fue llevando de a poco a status de Orquesta de Música Popular Argentina. “La Guarrior es una propuesta folklórica nacida de cierto agobio mío por el rock, un género que toco desde siempre. Busqué este lugar para poner ciertas canciones que no podía usar en mi banda pesada”, introduce.

–¿Ustedes son los líderes?

Gonzalo Gamallo: –No. La orquesta practica una horizontalidad muy grande.

Juan Isola (Perro Viejo): –Una ultrahorizontalidad, un exceso (risas)... y decidir algo es muy difícil porque somos amigos, familiares e independientes. Digamos que la orquesta excede a la orquesta en relación con los lazos que hay entre nosotros: somos compañeros de colegio, hermanos, primos, un quilombo (risas).

Las invasiones inglesas está poblado por quince piezas propias, esparcidas entre humores irreverentes, textos claroscuros, varios géneros (soul, folk, funk, pop, rock) y cierra la trilogía “revisionista” que empezó por Semana Santa (2008) y siguió por La Conquista del desierto (2010). Además del Pastor y el Perro Viejo, la integra una amplia gama de personajes que apodan Ze Pequenho (percusión, voz, guitarra y bajo), El Gasista (guitarra criolla, clarinete, charango), El Pochoclero (percusión, guitarra y voz), El Ingeniero (percusión, bajo y sonido), Junco (trompeta), El Minero (saxo), El líder de los Wichis (quena), El Delegado (trombón y bajo), El Nuevo (bajo y percusión), El Capitán (coros) y El Perro Nuevo en coros. “En los discos vamos por el revisionismo, porque los títulos son hechos políticos, sociales y económicos que sucedieron, y no dejan de suceder. En el caso de las Invasiones, la connotación es doble porque este disco es el más pop, el más influenciado por los ingleses”, se ríe Isola.

–¿Qué es el pop, para La Joven Guarrior?

G. G.: –Una porquería (risas), pero también una cosa variada, ecléctica, sin una matriz como tienen los géneros, ¿no?... el pop pareciera ser una paleta de colores.

J. I.: –O el capitalismo (risas). Digamos que el pop apunta a la venta y no a la creación. O a una creación que venda, en todo caso. Pero, no sé, después escuchás Michael Jackson y está buenísimo. No sé.

G. G.: –Prefiero a Prince, en todo caso. Y además no nos gusta sentirnos pop, pero usamos instrumentos acústicos y eso te levanta una barrera tímbrica como el rock. No nos dejan ser rockeros porque no tocamos guitarra eléctrica.

De las quince piezas, la orquesta les pone un asterisco a los “cortes de difusión sugeridos”. Es parte del chiste, claro, y entre ellos figuran el funk anticareta que abre el disco (“¡Fa!”); “Rincón”, definido como un “dulce hit de verano”; el folk “La oportunidad” y “De un hilo”. “Yo me quedo con estos dos últimos, porque reflejan el ritmo propio de la banda, su personalidad. Y se ven todas sus partes: la percusión, los vientos, las cuerdas y las voces... digamos que no son de un género reconocible”, define Isola, el perro viejo. “Y yo me quedo con ‘¡Fa!’, un funk a la Parliament Funkadelic, que refleja ese espíritu de comunidad que tiene esta orquesta familiar ¿no?, y pinta, además, cierta visión que tenemos sobre lo snob del ambiente. La verdad es que nos manejamos en los límites de los géneros, no nos interesa moverles el piso a los cimientos de la canción... ya estuvo Spinetta ¿no?”, redondea el Pastor Gamallo.

–¿Y “Chica de Puán” qué es?

J. I.: –Yo hice el intento de estudiar historia en filo, en Puán. Cursé el CBC, me puse a estudiar y después me di cuenta de que no tenía mucho que hacer ahí dentro, que me gustaba más estar tocando la guitarra con amigos. Esa letra salió precisamente de un baño de la universidad y habla de la inocencia y la corrupción que vive dentro de las mujeres. Es un tema que habla de eso y está tocado “a lo Sui Generis” (risas).

G. G.: –Digamos que es una reivindicación a Porsuigieco, al Acusticazo.

–¿Otras influencias?

G. G.: –La Funkadelic, los Abuelos de la Nada y Cha cha cha...

J. I.: –Por la teatralidad, sí. Lo serio y lo gracioso tiene que ver con que hacemos mucho teatro en la banda y los shows portan escenas teatrales, performáticas. Se para la música y actuamos “de una”.

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