Ocurrió en Mar del Plata: recientemente se inauguró el MAR, es decir, el Museo de Arte Contemporáneo de Mar del Plata. Y ocurrió que allí hubo –y seguirá habiendo–, además de muestras y obras como la Ola pop, o el lobo de mar que Marta Minujin hizo con los papelitos de 80 mil alfajores, música frente al mar. Y entre la música frente al mar que sonó, hubo una particularmente potente, por sumar a la fiesta al aire libre a chicos y grandes. Fue la de Mariana Cincunegui, protagonista de dos propuestas que, ante la gran convocatoria, se repetirán en las noches de vacaciones de enero. Los jueves, Cincunegui propone su Noche de linternas, una intervención adentro del museo. Y los viernes reeditará las canciones en el escenario montado al aire libre en el patio del museo, frente al mar.

Cincunegui contagia entusiasmo en el relato de lo vivido el domingo pasado, en el primero de los shows que dio al aire libre, en una noche que compartió con Kevin Johansen y Liniers. “Eran unas ocho mil personas, cantando, bailando bajo la luna, frente al mar... Muy, muy emocionante”, describe. “Para alguien que canta para niños, la escala es otra: estoy acostumbrada a mirar a los ojos, a tener una conexión de otro tipo con mi público, y esto era tipo Buscando a Wally... ¡Quería mirar a alguien, pero eran todas caritas a lo lejos!”, se ríe. Sobre lo que recuerda como grandes momentos de esa actuación, está, por ejemplo, aquel en que con el tema de Rubén Rada “La tía Juana” invitó al público a hacer pogo: “En esa escala, los grandes empezaron a subir a los chicos a upa para bailar. Y yo les decía que es muy hermoso estar de vacaciones, entre otras cosas porque uno ejecuta el músculo del abrazo: estás todo el día más cerca de tus hijos, te trepan como a un árbol, los llevás a caballito, a upa...”.

Mañana y el próximo viernes, Cincunegui volverá a mostrar sus temas –a los que definió como “canciones para orejas verdes, para chicos, para grandes, para todos los que tengan las orejas abiertas”– en espectáculos que también programan a Palito Ortega (mañana) y a figuras como Peteco Carabajal y Lito Vitale (el próximo viernes), propuestas que reúnen a un público diverso. “Es la primera vez que vengo a actuar a Mar del Plata, y realmente estoy impresionada –cuenta la artista–. Es lindo estar en una ciudad que a todos nos trae el recuerdo, o la conciencia, de que vivimos en un territorio, y de que ésta es la ciudad de veraneo de ese territorio. La posibilidad de que gente de toda clase social venga y haya venido a veranear acá, durante todos estos años, hace de éste un lugar muy especial”, asegura.

Los jueves, Cincunegui propondrá dos intervenciones de su Noche de linternas, dado que en este caso el cupo es limitado, con grupos acotados a unos doscientos integrantes cada uno. “En el recorrido entramos a una de las salas, iluminamos con linternas esas obras, y cerramos en una obra genial, de la escenografía de los años ’60, donde los chicos se pueden meter adentro. Ahí hacemos, entre otros temas, ‘Yellow submarine’”, cuenta. “Hacemos intervenciones en la penumbra del museo, los chicos llegan con linternas, los recibo con los guías y nos lanzamos a descubrir los rincones y las sorpresas que hay en el museo. Como la obra de los colchones de Marta Minujin, ahí te podés poner a saltar arriba de los colchones. ¡Yo me tiré a saltar y nadie me podía sacar de ahí!”, se ríe.

“Que los chicos tengan un permiso para jugar de otra manera, que un museo se permita jugar con el arte, lo arrima a un borde de cierto desorden. Y finalmente, de eso se trata el arte, ¿no?”, sonríe la intérprete sobre la experiencia que ya había llevado a cabo en museos de la ciudad de Buenos Aires. Y cuenta que los guías que acompañaron la propuesta la recibieron entre el entusiasmo y cierto susto: “¿Apagar la luz? ¿Con tanta gente? ¿Entre la multitud de Mar del Plata? La verdad, los programadores tiraron una propuesta osada, y funcionó”, cuenta.

Junto a su banda –Santiago Valiente en guitarra y voz, Agustina Gómez en charango y voz, Javier Mareco en dirección, arreglos, bajo y voz, Nicolás Cattaneo en piano, Martín Sánchez en vibráfono y percusión, Francisco Paz y Martín González Puig en batería–, Cincunegui recorre en este espectáculo canciones como “Son boriqueño”, “El llavero de los duendes”, “Sopa del bebé”, “Carta al viento” y “El chirigüare”, además de versiones entre las que entran canciones de María Elena Walsh, Rubén Rada o Luis Alberto Spine-tta. La magia de esas canciones, pensadas para emocionar, para bailar y compartir, seguirá presente los jueves y viernes de enero en el mar, y en Mar del Plata.