Miércoles, 22 de enero de 2014 | Hoy
MUSICA › SE REEDITA MARTROPíA, LIBRO DE CONVERSACIONES CON LUIS ALBERTO SPINETTA
El trabajo, fruto de cinco años de encuentros entre el Flaco y el periodista Juan Carlos Diez, había sido editado en 2006 y estaba agotado. Será presentado mañana en el bar La Perla.
Por Cristian Vitale
En 2006, tras cinco años de largas e íntimas conversaciones con Luis Alberto Spine-tta, el periodista Juan Carlos Diez publicó un libro destinado a conmover: Martropía. Doscientos sesenta y cuatro páginas, a fuente generosa, desgranaban lindes y aristas clave del riquísimo mundo musical y poético del primus inter pares del rock argentino. El sentido de sus creaciones, su mirada respecto de las musas que lo fueron impregnando (Beatles y Piazzolla; Hendrix y Castaneda; Van Gogh y Miles Davis; Mahler y el Cuchi Leguizamón), la aproximación a muchas de sus canciones (incluso inéditas) y un contexto poblado de mates sustanciosos, aromas de azafrán, discos de vinilo y humos de los lindos, se plasmaron, pluma a tono mediante, en un libro que –como era de prever– se agotó. Se transformó, igual que Crónica e iluminaciones, de Eduardo Berti, en un incunable para una grey fiel. Para una hueste seguidora y profundamente enraizada en la cosmovisión del artista.
Felizmente, tras un período tolerable de inexistencia, Martropía se reeditó y será presentado mañana –el mismo día que Spinetta cumpliría 64 años– a las 20.30 en el remozado Bar La Perla (Rivadavia al 2800). “Hoy, a la luz de la aciaga realidad de su partida, el libro cobra otro sentido. Para mí, es una manera de volver a él y a sus visiones del mundo, del arte y de la vida. Una forma de volver a conversar con él y sentirlo siempre cerca. También, en la relectura, se puede descubrir una nueva mirada, tal la profundidad de sus reflexiones”, señala su autor ante Página/12.
La reedición de Martropía contiene algunas novedades respecto de la original. Entre ellas, un texto de Diez, a modo de agradecimiento y homenaje al Flaco, llamado “Tanto”; una discografía actualizada por Iris, el disco que Spinetta grabó con el trío Los Amigos (Rodolfo García en batería y Daniel Ferrón en bajo) poco antes de dejar este mundo, que verá la luz mediando el año que corre, y un nuevo diseño de tapa, que respeta el dibujo original –hecho por el mismo Spinetta– y el deseo primigenio de Diez, que era el de poner precisamente un dibujo y no una foto. “El Flaco me hizo tres. Uno más lindo que el otro y bien diferentes entre sí. El tema es que él no quiso elegir uno, sino que me hizo elegir uno a mí. Me puso contra las cuerdas, y bueno, elegí a este ser tan particular de la tapa con esas orejas-parlantes que escuchan los sonidos de todo el universo y los proyectan. Y que tiene mirada, nariz y boca humanas. En fin, creo que el libro es un testimonio de la riqueza espiritual e intelectual de Spinetta; de su personalidad tan envolvente y profunda. Su propia obra, sus canciones, fueron las llaves para abrir ese mundo. A partir de ellas surgían sus reflexiones y la hondura de sus pensamientos ligados a este ‘andamiaje flotante de música y lirismo’, que había creado. Así lo intenté definir”, detalla el autor que, en tanto periodista, ha colaborado en numerosas publicaciones (La Maga, Cosmopolitan, Luna y Espectador, entre ellas) y que actualmente trabaja como redactor en los suplementos zonales de Clarín. Y que, en tanto poeta, tiene un libro publicado apenas después de Martropía: El nacimiento de los peces (2007). Diez también evoca la devolución inmediata de Spinetta como “la mejor que se pueda imaginar”. “El Flaco estaba muy contento y entusiasmado con Martropía. Fueron más de cinco años de encuentros y, si el trabajo que estábamos haciendo y la buena onda y el entendimiento que logramos no hubiese sido algo alentador, no habríamos persistido tanto tiempo, ¿no es cierto? Nunca me voy a olvidar el momento en que tuvimos el libro editado en nuestras manos: estábamos tan emocionados que apenas nos cruzamos unas palabras antes de abrazarnos con ganas”, detalla y luego revive el momento en que estuvo. Pone el pasado en presente. “Esos encuentros me vuelven en forma de recuerdos entrañables e inolvidables. A veces me parece que soñé todo, pero la realidad de todo lo que viví tiene una espesura tan profunda, que la idea del sueño se evapora. Ahora recuerdo todo con otro sentido y muchas veces la tristeza me arrebata, entonces los recuerdos hacen mal. Esos mágicos encuentros en pos de la realización de un libro, en pos de un proyecto que siempre pretendió tener un sentido artístico y su final concreción es algo que llevaré conmigo siempre. Tengo total conciencia de que fui un privilegiado.”
El primer acercamiento cara a cara entre Diez y Spinetta ocurrió en épocas de Pelusón of Milk. Rodolfo García, un amigo en común, ofició de puente humano entre ambos y los primeros encuentros –más informales que los que vendrían– fueron en el viejo estudio del creador de “Para ir”. “Grababa algunas charlas, algunas preguntas, pero todavía no tenía la idea de Martropía, no veía tan concretamente ese proyecto como lo vi diez años después... le preguntaba muchas cosas y básicamente el bonus track del libro (la parte en que L. A. S. cuenta sus orígenes) es casi todo producto de aquellos encuentros. No el resto del libro”, evoca Diez, “pero, bueno, nos fuimos conociendo y teníamos buena onda. Lo veía trabajar y grabar en Fuego gris, por ejemplo. Pasaron muchos años en que nos perdimos un poco de vista hasta que nos volvimos a encontrar y yo le planteé una idea que tenía muy firme en mi cabeza y con ítem muy concretos. Un proyecto de libro en el que estaba dispuesto a trabajar el tiempo que fuera necesario y ése fue, finalmente, Martropía. Para mi suerte y alegría, Luis se entusiasmó de inmediato con mi proyecto, estaba terminando de mezclar Silver sorgo, y después de esto empezamos a laburar inmediatamente. Sí, claro, fui un privilegiado”, determina el autor, mientras el resto se expide a través de su obra.
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