Lun 03.02.2014
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MUSICA › MUSICA EL SOL DEL SUR, LA PEñA DE LA FOLKLORISTA COSCOíNA PAOLA BERNAL

Legados de tradición y modernidad

Fue uno de los espacios alternativos del Festival de Cosquín que terminó anoche. Si bien el folklore latió con fuerza, también sonaron allí cumbia, rock, cuarteto, músicas de Latinoamérica y el mundo. La de Bernal heredó, en parte, la mística de la peña del Dúo Coplanacu.

› Por Sergio Sánchez

Desde Cosquín

En el Festival de Cosquín, las peñas ocupan un papel muy importante. Son espacios que ofrecen una propuesta diferente, otras formas de dialogar con la música y de relacionarse. Si en la plaza Próspero Molina se apuesta a las luces y a las grandes puestas en escena, en las peñas –o en la mayoría de ellas– el público juega un papel más activo y se respeta a los artistas, por sobre todas las cosas. Frente a la plaza mayor, sobre la calle Tucumán, existe uno de esos refugios en donde públicos y artistas se vinculan de otra manera: El Sol del Sur, la peña de la folklorista coscoína Paola Bernal. “El escenario está tomado por un modelo único, un concepto a la hora de armar y programar un espectáculo. Pero afuera pasan otras cosas”, destaca Bernal. Y completa la idea: “Entonces, nosotros planteamos otras formas, que a lo mejor no alcanzan esa dimensión, que son más pequeñas, pero son las cosas en las que creemos. No desmerezco lo demás, simplemente trato de revalorizar lo que sentimos y pensamos. Uno de los de- safíos es que en la peña haya tolerancia y flexibilidad”.

Esa otra “forma” a la que hace referencia Bernal tiene que ver, entre otras cosas, con la selección de los artistas. Sin dudas, si un rasgo caracteriza a la peña El Sol del Sur es su eclecticismo musical. Si bien la tradición folklórica late con fuerza, la variedad de estilos que se escuchan por noche es muy amplia. Suenan cumbia, rock, cuarteto, músicas de Latinoamérica y el mundo y mixturas entre todo eso. Y todos conviven en armonía. No hace ruido, entonces, que después de una banda con la distorsión al palo suenen Juan Carlos Denis y su Bohío, un mítico de la cumbia santafesina. Y también suceden juntadas mágicas que serán difíciles de olvidar, como la guitarreada entre Peteco Carabajal, Raly Barrionuevo y Duende Garnica, y el bailarín Juan Saavedra. O el recital de Orozco-Barrientos para no más de cien personas.

Dice Bernal: “Se da naturalmente esa variedad. Y tiene que ver con los compañeros con los que uno se va relacionando. Entonces, de alguna manera, ése es nuestro folklore, nuestra idiosincrasia, lo que nosotros vivenciamos cotidianamente”. Entre la larga lista de artistas que tocaron por noche (aunque, en realidad, la peña le da duro y parejo hasta las seis o siete de la mañana), se puede nombrar a Mota Luna, Nenes Bian, Jorge Cuello, la Bruja Salguero, Emiliano Zerbini, Mariana Carrizo, Coqui Ortiz, La Cruza, Armando Flores, Pata Trunca, Andrés Arias y Paganas, entre muchos otros. “También la idea fue plantear y mostrar cuál es el lenguaje creativo hoy en Córdoba. Muchos de los artistas que estuvieron en la peña son cordobeses y, por supuesto, interactúan con los compañeros que vienen a tocar al festival, que es en realidad lo que los convoca. Pero comulgan con lo que hacemos y por eso vienen a tocar. En este momento hay un movimiento cultural muy fuerte en Córdoba y eso es lo que estamos mostrando. Músicos como el riojano Ramiro González o los jujeños Inti Huayra viven en Córdoba y permanentemente interactuamos y generamos los espacios.” Otro colaborador de la peña es el bailarín Jorge “El Negro” Valdivia, quien también impulsa el encuentro de San Antonio de Arredondo que se realiza en diciembre.

Si bien es el segundo año que funciona la peña en el patio de la casa de Paola Bernal, tuvo otros antecedentes. “En 2000 hicimos en el galpón de la casa de mis viejos una obra que se llamaba Mudanzas. Después hicimos otra acción que se llamaba Sumar y durante dos años hicimos la peña De la Piel al Alma, pero en otro espacio.” Uno de los aspectos más curiosos es que muchas de las personas que asisten a la peña no van a ninguna de las fechas que se realizan en la plaza Próspero Molina. El circuito de peñas es un universo paralelo, con sus códigos y reglas. Se dice también que la peña de Bernal, en parte, viene a ocupar el espacio vacío que dejó la peña del Dúo Coplanacu, en 2011. “Ellos trazaron una huella y no- sotros la seguimos –resalta–. Durante muchos años llevaron adelante una peña donde la impronta era diferente. A nosotros nos toca en este tiempo llevarla de otra forma, pero la peña de Los Copla ha sido un estímulo.”

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