Lo primero que hay que entender, para entender la Fiesta Nacional del Chamamé, es que no todo pasa por un anfiteatro (el Mario del Tránsito Cocomarola, claro) colmado de gente escuchando músicos. Sí que allí, a partir de esta noche y hasta el domingo 25, expondrán sus diversas maneras de abordar el género –tras el Himno Nacional en guaraní entonado por Toto Semhan– Ramona Galarza, Los Sena y Amboé, entre otros, en la primera luna correntina. Y que les sucederán –esparcidos en las nueve subsiguientes y entre muchísimos más, por supuesto– Antonio Tarragó Ros y Juan Carlos Jensen (sábado 17); Joselo Schuap y Ofelia Leiva (domingo 18); Raúl Barboza y el Cuarteto Santa Ana (lunes 19); Pocho Roch y Lucas Monzón (martes 20); Los Sheridan y Brisas Mercedeñas (miércoles 21); Coqui Ortiz y Los Núñez (jueves 22); Ramón Ayala, Mario Bofill y las Hermanas Vera (viernes 23); Rudi y Nini Flores, y el Bocha Sheridan (sábado 24); y un cierre dominical (el del 25) con el Chango Spasiuk y Soledad, quienes, como todos, harán rodar cantos y creaciones a sólo cincuenta pesos la jornada.

Pero los veinticinco años del festival veraniego que más ha crecido en el siglo van por más. Por bastante más que lo propio de su escenario principal: la tradicional y esperada bailanta chamamecera del Puente Pexoa, por caso. O el foro, la tienda y la radio abierta del Teatro Vera, las elecciones de la reina y el Jeroky Yara, y otras actividades que se han ido estableciendo junto al crescendo de la fiesta como el mercado chamamecero, en el que confluirán músicos y productores en torno de cómo gestionar arte en clave independiente; los ciclos de cine, las exposiciones y una novedad propia de esta edición: el Chamamé en los Barrios, que reunirá, mateada de por medio, a Los Alonsitos y la gente del barrio La Paz y a artistas multidisciplinarios correntinos, quienes pintarán un mural comunitario en la sede de una cooperativa de transporte y consumo del barrio Ongay.

“La Fiesta Nacional del Chamamé es mucho más que el espectáculo en el anfiteatro Cocomarola”, refrenda entonces el presidente del Instituto de Cultura de la provincia de Corrientes, Gabriel Romero, sobre esta vigesimoquinta edición de la fiesta –y undécima del Mercosur– que será transmitida en vivo a todo el país por la televisión pública, y que también pondrá en acto “25 años-25 obras”, un concurso de fotografía en el que se seleccionarán tal cantidad de obras para conformar una muestra itinerante por los confines de la provincia anfitriona y se darán premios en dinero: cinco mil pesos para el primero; tres mil para el segundo y dos mil para el tercero.

Una parte más de un todo que, como se dijo, contemplará la tradicional bailanta chamamecera en el Puente Pexoa, considerado el segundo escenario en importancia, que este año se llevará a cabo entre mañana y el domingo final, entre las 13 y las 19. Y en el que ya comprometió su presencia gente de peso en el rubro como Amandayé (sábado 17); Los de Imaguaré y el Cuarteto Santa Ana de Ernesto Montiel (domingo 18); Monchito Merlo (jueves 22); Coquimarola (sábado 24) y Chingoli Bofill (domingo 25), entre otros. Otra de las partes del festival (el Foro de Cultura Chamamecera) tratará en esta edición la temática de la memoria chamamecera, los días 18 y 19 en el Museo de Bellas Artes, bajo la consigna “Memoria: Por la Senda de Plata”, que evocará vidas y haceres de próceres de la región como Pedro Ranalletti, Raúl Díaz, loa Hermanos Barrios, las Hermanas Vera, Pocho Roch y Enrique Piñeyro.

Otra variante de la fiesta total serán las Muestras Chamameceras, que expondrán trayectoria, instrumentos, partituras e indumentarias de destacadas figuras del palo en el Museo de Ciencias Naturales y el Museo Histórico. También, la presentación del libro Un camino de plata, que cuenta la historia del evento y que será presentado el miércoles 21 a las 19 en el Teatro Vera. “Va a ser una celebración basada en la memoria. Llevamos adelante un gran trabajo previo de recopilación de información, lo que nos permitió acercarnos más a la historia de esta fiesta nacional, además de aportar los insumos necesarios para poder rendir los homenajes”, resume Romero, en sintonía con la intención global.