Así como hay artistas que, aunque les sobre talento, precisan años para lograr reconocimiento, hay otros que en apenas algunos meses pueden catapultarse a nivel internacional. El segundo es el caso de Isabelle Geffroy, más conocida como Zaz, una joven cantante y compositora francesa que maravilló al mundo –principalmente a Europa y Latinoamérica– con su fuerza vocal, su frescura y, por qué no, su belleza. “La heredera de Edith Piaf” o “La revelación de la chanson francesa” son algunas de las etiquetas que se ganó tempranamente, allá por 2010, cuando lanzó su primer disco (Zaz), que vendió más de dos millones de copias en todo el mundo. En marzo de 2014 hizo su debut en Argentina: llenó Niceto por partida doble, sin campaña de difusión y gracias al “boca en boca” y las redes sociales. Su canción más conocida, “Je Veux”, por ejemplo, tiene casi 30 millones de visitas en YouTube. “Un suceso siempre sorprende, pero cuando se traslada de un país a otro parece bastante irreal. Vivo esto como un sueño hecho realidad”, le dice Zaz a Página/12, vía mail, acerca del fenómeno que generó su música. Hoy a las 20 se presentará en el Luna Park (Corrientes y Bouchard), con Las Taradas como banda soporte. Lo hará en el marco de la gira de presentación de su tercer disco, Paris, publicado a fines del año pasado. Ya pasó por México, Bogotá y Colombia y la esperan con los brazos abiertos Argentina (el sábado también toca en Córdoba, el domingo en Rosario y el 31 en Mendoza), Chile y Brasil.

Zaz nació hace 34 años en Tours y desde muy pequeña se relacionó con la música. Desde los cinco años estudió violín, piano, solfeo, guitarra y canto coral en el Conservatorio de Música de Tours Conno. A los 20 consiguió una beca en el Centro para la Información y las Actividades Musicales de Burdeos. Pero el salto definitivo lo hizo en 2006, cuando se trasladó a París, la ciudad que la vio crecer artísticamente. Comenzó su camino profesional con el grupo de blues Fifty Fingers, luego formó parte de un quinteto de jazz y después se convirtió en una de las cuatro cantantes de la orquesta vasca Izar Adatz, con la que realizó giras por los Pirineos y el País Vasco. “Cuando me instalo en París comienzo a cantar en cabarets y en la calle y es ahí donde adquiero un sentimiento importante de contacto con el público”, recuerda. Es en las calles de Montmartre en donde sorprendió con su espíritu divertido y su talento como cantante. “No sé si represento una escena, pero sé que en Francia hay toneladas de jóvenes artistas que merecerían más atención”, cuenta.

En 2007, el productor Kerredine Soltani rastreaba en Internet una voz femenina de jazz, “cascada y un poco rota” y ahí apareció Zaz. Tres años después, las canciones de su disco debut se expandirían a la velocidad de la luz. En 2013 publicó Recto verso, un disco que superó todas las expectativas. “On ira”, el corte de difusión de ese material, será la que abrirá el concierto de hoy en el Luna Park. En Paris, Zaz vuelve a evidenciar un rasgo que aparece en todos sus discos: la mezcla de estilos. La chanson convive con el gypsy jazz, el swing y hasta aires de tango. “Adoro mezclar ritmos y no me prohíbo nada. Percibo la música como una combinación permanente de colores diversos”, señala. De hecho, promete que las canciones que sonarán hoy contarán con arreglos de salsa, rock, rap y otros estilos.

La motivación por grabar un disco dedicado íntegramente a la ciudad de la Torre Eiffel surgió, en parte, por la gran cantidad de pedidos que recibió para que registrara versiones de clásicos, como “Sous le ciel de Paris”, de Edith Piaf. Ya había grabado piezas popularizadas por Piaf, como “Dans Ma Rue”, y en más de un concierto en vivo interpretó “Padam padam”. De hecho, suelen compararla con “La Môme”. “Es una comparación halagadora, pero las épocas son diferentes y difícilmente comparables”, se desmarca. Y cuenta sobre la génesis del nuevo disco: “Inclinándome hacia el repertorio de la música francesa, me di cuenta de que había una cantidad enorme de bellas canciones sobre la ciudad donde yo vivo. Naturalmente me dieron ganas de cantar este repertorio”. El disco es un trabajo exquisito integrado por 13 canciones que evocan los tiempos dorados de la música urbana francesa. El tema de difusión es una colorida versión de “Paris sera toujours Paris”, compuesta en 1939 por Maurice Chevalier. Pero también incluye canciones que se hicieron conocidas en boca de los estadounidenses Ella Fitzgerald y Frank Sinatra.

Como en los dos anteriores, sobresale la interpretación vocal de Zaz, pero también se destacan los arreglos de jazz y el trabajo grupal. Fue producido por el reconocido músico estadounidense Quincy Jones. Una de las perlitas es la colaboración del cantante francés Charles Aznavour, de 90 años, quien grabó junto a Zaz el clásico “J’aime Paris au mois de mai”. Y la canadiense Nikki Yanofski aportó su voz en “I Love Paris” y Thomas Dutronc hizo lo suyo en “La Romance De Paris”. Es la primera vez que incluye cantantes invitados en sus discos. “Para mí París es una ciudad abierta y de intercambios. El repertorio elegido me permitió trabajar con personas que admiro”, señala esta artista que se considera “humanista”, pero no de “izquierda”. En los versos de “Je Veux”, canta: “Dame una suite en el Ritz, no la quiero / Las joyas de la casa Chanel, no las quiero / Dame una limusina, ¿qué haría con eso? (...) Quiero el amor, la alegría, el buen humor / No es su dinero el que me hará feliz / Yo quiero morir con la mano en el corazón / Vamos juntos a descubrir mi libertad”.

–Lo que quiero decir es que la sociedad en general está enferma y que el mundo está en crisis. Hace falta tomar conciencia de nuestros actos y hacia donde vamos y rápidamente hacer un giro con sabiduría.