MUSICA › PIPI PIAZZOLLA, LA BATERíA, LA DINáMICA CON LOS MúSICOS Y EL ORIGEN DE SUS PASIONES
Desde aquellos tiempos en que repartía su atención entre las jugadas de Enzo Francescoli y los ritmos de la hinchada, el músico ha hecho suficiente para no quedar pegado como “el nieto de Astor”. Mañana presenta su nuevo disco en la Usina del Arte.
› Por Santiago Giordano
Para el Pipi Piazzolla Trío, cada disco es una tesis. Algo así como una opinión, fundamentada desde la experimentación. Si con Arca rusa (2012), el Trío jugó con la idea de perspectiva y continuidad, grabando del primer al último tema en directo y en una sola toma, según el modelo de la película homónima del cineasta ruso Alexander Sokurov que había sido filmada en un solo plano secuencia sin interrupciones, en este nuevo Transmutación, la idea central pasa por el ritmo, sus intersticios y sus posibles transformaciones. “Soy un tipo muy inquieto, necesito continuamente hacer cosas nuevas, buscar, investigar, probar”, asegura Daniel “Pipi” Piazzolla a Página/12. “En este oficio de músicos es fundamental estar siempre motivado –continúa– y si no te proponés objetivos nuevos cada día, te quedás anclado y eso al final de cuentas es terrible.” Mañana a las 20.30 en la Usina del Arte (Caffarena y Mendoza), con entrada gratuita, Pipi Piazzolla (batería), Lucio Balduini (guitarra) y Damián Fogiel (saxo tenor y soprano) presentarán este nuevo trabajo editado por Club del Disco. Un álbum de nueve composiciones originales, más una versión de “Dance Cadaverous” de Wayne Shorter: la constatación de un estado de cosas tras un recorrido de búsqueda, que sintetiza lo que Piazzolla explica como “el ejercicio de un espíritu libre, que es la esencia del jazz”.
Esa libertad se refleja ya desde la formación del trío, guitarra, saxo y batería, una combinación poco frecuente, que por ejemplo prescinde del bajo. “Quería experimentar con algunas cuestiones rítmicas y necesitaba asumir más responsabilidades”, explica Piazzolla. “Cuando toco con un bajista normalmente se distribuyen las cargas y si uno se suelta un poco sabe que el otro se queda y cosas por el estilo. Son cosas que tienen que ver con las funciones que cada uno cumple en el contexto de un grupo. El objetivo principal de este trabajo pasaba por reflejar la experimentación de valores rítmicos especiales o artificiales como tresillo, quintillo, septillo y diferentes métricas superimpuestas que vengo trabajando en profundidad. Tratando de que suene de manera natural y fluida, buscando que la idea entre en la dinámica del trío, en los diálogos y en los intercambios que se producen entre nosotros. En este caso también necesité hacerme cargo de impulsar el groove sin la seguridad que te da un bajo, y esa fue una elección deliberada. Por supuesto que la elección de esta formación pasa también por la afinidad que tengo con estos músicos, con los que hace años compartimos músicas y charlas y que además son amigos”.
–En Transmutación hay una variedad de compositores que Arca rusa no tenía...
–Cada disco articula su totalidad de manera diversa. En Transmutación cada tema tiene su propia impronta, está trabajado de manera particular y por supuesto hay además una búsqueda a partir de la variedad, de lo que cada compositor abordado nos podía sugerir. Le pedí “Chopchi” a Mariano Sívori y “La era de los bebés” a Jesús Fernández, por ejemplo; el disco comienza con un tema de Wayne Shorter que siempre me gustó y que me parecía ideal para aplicarle ese trabajo rítmico que tiene que ver con ir transmutando, sin romper el compás original de tres por cuatro que tiene el tema. Hay también temas míos, de Lucio y de Damián. En eso no me condiciono, si veo que hay un tema que me gusta y siento que puedo aportarle algo distinto, lo abordo. Pero para transformarlo desde mi punto de vista. No podría tocarlo igual al original. En Arca rusa, por ejemplo, tomamos “Evidence” de Thelonious Monk, cambiándole la identidad rítmica, y quedó distinto sin dejar de ser “Evidence”. Cosas como estas son las que me entusiasman, me incentivan, me mantienen vivo como músico.
–Preguntarle a un pianista si compone desde el piano resulta natural. ¿Se le puede preguntar a un baterista si compone desde la batería?
–No lo sé. Yo en general compongo desde la melodía. Mi primer paso tiene que ver con encontrar un rasgo melódico interesante. Después sí, comienza el trabajo rítmico, un desarrollo desde el lugar del baterista. Yo soy baterista antes que nada, si surge algún tema bien, que venga, pero no es que estoy todo el día sobre el piano a ver si aparece algo.
La música de Transmutación presenta un trabajo casi puntillista sobre el ritmo, que sin embargo no altera las líneas melódicas, que son la marca de cada tema. Una especie de experimentación bien temperada, en la que el movimiento va por debajo, creando tensiones ligeras, colores que cambian continuamente. Sobre partículas mínimas de tiempo realiza especies de microvariaciones que van creando una tensión particular. Un movimiento que agita con levedad, sin endurecer. “Me resulta muy interesante trabajar las variaciones sobre partículas mínimas de ritmo –explica Piazzolla–, pero cuidando que el alma del groove esté, que se escuche una textura rítmica en continuo movimiento pero que sin embargo no suene rara, que no pierda la fluidez y la claridad. La idea es mantener la matriz de los ritmos; variar en su interior los términos mínimos sin alterar la suma general. También de este modo se crea un espacio para la improvisación que es muy estimulante, porque hay una distribución del tiempo diferente.
–¿Cómo grabaron este disco?
–Lo grabamos en vivo, los tres juntos en la misma sala y sin auriculares. Todo de una. Eso nos obligaba a escucharnos más entre nosotros y a partir de ahí ampliar el rango dinámico de cada ejecución de manera natural. Ese sentido de lo acústico le dio una vida muy particular a la respiración del trío. También eso forma parte de la búsqueda que encaramos.
–¿Qué otras cosas le preocupan en esta búsqueda?
–Me preocupan las posibilidades de diálogo que se pueden crear con mis compañeros. Soy el baterista y si bien busco mayor libertad, no puedo obviar que mi función pasa por crear un colchón para que mis compañeros se sientan cómodos. Tengo que estar atento a esa función pero sin quedarme inmóvil, seguir buscando la variación continuamente, pero sin romper la matriz rítmica general.
Daniel “Pipi” Piazzolla se formó con varios maestros argentinos, entre ellos Rolando “Oso” Picardi, Horacio López, Eduardo Casalla y Sebastián Peyceré, además de graduarse con honores en el Musicians Institute de Los Angeles, donde además se adjudicó el premio al Mejor baterista de ritmos latinos del año. Sin embargo, para encontrar la raíz de su vocación por la batería es necesario que remontarse a la pasión futbolera y a un regalo del abuelo Astor. “Un día mi abuelo me dio un sobre y me dijo ‘es para la batería’”, recuerda Pipi. “Con la plata que había adentro me alcanzó para una Pearl Export, que en esa época era lo mejor que venía acá.” Pero había sido la hinchada de River, antes, el lugar determinante, la inspiración definitiva del percusionista. “Desde chico voy a la cancha y ya entonces me copaba con el tema de los bombos, los tambores y los platillos”, evoca. “En la cancha estaba Francescoli y yo miraba la tribuna donde estaban los bombos”.
–Transmutación termina con un solo de batería y voz que usted llama “La gallardeta”...
– “La gallardeta” le decimos al estilo de juego de Gallardo con River, y el tema tiene que ver con eso que decía: yo arranqué a tocar en la cancha, con la hinchada de River. En este caso armé un set de tambor, bombo y platillo, comienzo con un estilo medio New Orleans, después cito algunos bateristas de rock y hacia el final cito “Love Supreme”, de John Coltrane. Qué sé yo... “La gallardeta” tiene altas influencias sin dejar de tener sabor a cancha. Me parece una linda síntesis.
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux