Entusiasmado por el presente y por lo que por estos días le espera con su trío, Pipi Piazzolla se anima a hablar también del futuro. El baterista cuenta que entre los próximos pasos del grupo está el abordaje de la música del compositor húngaro György Ligeti, una de las personalidades musicales más complejas del siglo XX tardío, figura que por la variedad y las influencias de su producción, y lo amplio de su mirada, bien puede saltar desde el universo de la música contemporánea académica hacia otros horizontes. “La de Ligeti es una música cautivante, de gran interés rítmico y una complejidad que atrae”, asegura Piazzolla. “Será otro desafío importante. Vamos a ver qué somos capaces de hacer sobre eso con el trío. Ya hemos comprobado que es posible explorar sin alejarse demasiado de un determinado público y eso nos estimula y nos inspira.”

Piazzolla también comenta algunas novedades respecto a Escalandrum, el sexteto que formó a fines de la década del ’90, del que también forma parte Damián Fogiel. En más de quince años de vida continuada, con más de cuarenta países recorridos y siete discos editados, la formación que se completa con Nicolás Guerschberg en piano, Mariano Sívori en contrabajo, Gustavo Musso en saxo alto y soprano y Martín Pantyrer en clarinete bajo y saxo barítono, ha logrado reconocimientos notables en el mundo, a partir de una música que pensada desde las dinámicas del jazz ha sabido encontrar acentos propios. “Escalandrum está en un gran momento –asegura Piazzolla–, es una nave espacial que pase lo que pase ensaya todos los martes. Ultimamente logramos consolidar nuestro proyecto sinfónico, una ambición importante que finalmente pudimos concretar. En este sentido hace poco actuamos junto a la Orquesta Filarmónica de Montevideo en el Teatro Solís. Además tenemos algunos proyectos con Elena Roger y estamos poniendo a punto música nueva original para el próximo disco, que queremos grabar antes de fin de año.

La discografía de Escalandrum es la mejor lente a través la cual mirar la evolución del sexteto. Desde Bar los amigos (2000) hasta Las cuatro estaciones porteñas (2014) –un proyecto eléctrico al que se sumaron Esteban Sehinkman en sintetizadores, Nicolás Sorín en IPad, Lucio Balduini en guitarra eléctrica, Lautaro Greco en bandoneón y Daniel Hugo Piazzolla en percusión–, se percibe el trabajo por la consolidación de un estilo que encuentra su punto de inflexión cuando Pipi abordó la música de su abuelo Astor. Piazzolla Plays Piazzolla se llamó el disco editado en 2011, con el que además de la nominación a los Premios Grammy y del reconocimiento internacional, acá fue distinguido con un Gardel de Oro, además de las estatuillas sonrientes al Mejor álbum de Jazz y Producción del año.

–¿Cómo imagina un próximo disco de Escalandrum?

–Estamos pensando un disco potente, que tendrá como invitados a músicos como Miguel Zenón, y donde tocaremos a dos baterías con Antonio Sánchez (baterista mexicano, integrante del Pat Metheny Group). En fin, tenemos muchos proyectos para cuando regresemos de las próximas giras por Brasil y Europa con el grupo. Pero ahora quiero disfrutar este presente con el trío y este Transmutación que me entusiasma.