MUSICA › CAETANO VELOSO Y GILBERTO GIL SE PRESENTARáN HOY Y MAñANA EN EL LUNA PARK
Con la excusa de celebrar sus cincuenta años de carrera, los dos fundadores del Tropicalismo emprendieron una gira en la que recorren sus repertorios, solos con sus guitarras. “Somos como hermanos, hemos compartido la vida entera”, dicen.
› Por Karina Micheletto
Dos amigos, un siglo de música: así es presentado este concierto. Y así de importante, de uno y otro lado de la coma, es el encuentro que esta noche protagonizarán Gilberto Gil y Caetano Veloso en el Luna Park, en un show que repetirán mañana. Sobre el escenario serán solo ellos dos, y nada menos que ellos dos, con sus voces y sus guitarras, recorriendo un repertorio que pensaron de la manera más abarcativa: con las canciones que marcaron las trayectorias de cada uno –y que no siempre forman parte de sus conciertos individuales–, también con versiones de otros autores, incluidas, prometen, dos en español. La excusa es la de la celebración de sus cincuenta años de carrera, pero podría ser cualquier otra: sobran los motivos y el entusiasmo para que los dos fundadores del Tropicalismo vuelvan a reunirse en escena.
Veinte años atrás, otro tour los llevó de gira por el mundo. Lo llamaron Tropicália, como aquel disco. Por la misma época, para celebrar los veinticinco años de ese disco fundacional del modernismo brasileño, habían grabado Tropicália 2, con joyas como “Haiti”, y con ese final susurrado a dúo: “Desde que o samba é samba...” Mucho más que eso condensan estos cincuenta años, advierten ellos: la amistad, la carrera, el exilio, la vida. “Gil es un gran inventor que no registra sus patentes. Su inmensa vanidad ejercida con demasiada modestia y su desprecio inocente por la propia grandeza son las dos caras de esta luna medio oscura, medio escondida que es la música de su persona”, ha sentenciado Veloso, en su estilo, sobre su compañero de escena. “Mi entendimiento de Gil de hoy: ser músico para él siempre fue una banalidad, e inherente a él, no le da trabajo. El quiere discutir qué pasa con la música; quiere planear una estrategia política con todos sus colegas, de la interferencia en el mercado que resulte en una desprovincialización y modernización de Brasil. Gil dijo una vez que, al contrario de refinar su percepción armónica, quisiera terminar tocando un tambor”, asegura.
“Con Caetano siempre ha sido la reiteración del acto ritual de la música, comprendiendo este acto en sus formas más devotas (como en el maestro Joao Gilberto), o el más bélico (como en el rock’n roll). Siempre por el zen de todos y la felicidad general del planeta. Con Caetano ha sido siempre amor y amistad”, devolvió gentilezas Gil. Fue una idea del agente italiano de ambos, Ettore Caretta, la de concretar una gira conjunta, en principio por Europa, que reuniera de este modo a dos figuras clave de la música popular brasileña en un mismo escenario. “¡Venía insistiendo desde que hicimos Tropicália en el 94!”, cuentan sus protagonistas. “Y en verdad teníamos ganas de girar juntos, pero a veces es difícil hacer confluir los compromisos individuales”, explican sobre el tiempo que le llevó al italiano, y a ellos mismos, concretar su deseo.
La invitación fue pensada y lanzada hacia el viejo continente, pero pronto se expandió: “De Europa vinimos para Brasil, ahora para la Argentina y Uruguay, de vuelta más Brasil, después Estados Unidos, y luego Asia... ¡Vamos a ver dónde y cuándo vamos a parar!”, se entusiasma Gilberto Gil en diálogo con Página/12, desde el bar de su hotel de Rosario, uno de los puntos de la gira, antes de salir a un almuerzo tardío y de lanzarse a pasear por la ciudad. “Parece que nuestra reunión contagia el entusiasmo, creo que la gente siente que no estamos juntos sobre el escenario porque sí, que hay toda una historia detrás de esto. Supongo que eso es lo que reconoce y valora.”
–¿Cómo llegaron a un repertorio que pudiese representar este encuentro, con tantos años y vivencias compartidos? ¿Qué no podían dejar de incluir y qué tuvieron que dejar afuera?
–Hicimos un brainstorm con nuestras composiciones desde el inicio de nuestras carreras, elegimos cada uno canciones del repertorio del otro que nos gustaban mucho, canciones de otros autores (¡incluso dos en español!). Cosas que creemos importantes para nosotros de varios momentos de nuestras trayectorias, esas canciones que el público a veces nos pide pero no están en los repertorios individuales, y esta fue la mejor oportunidad para rescatarlas. No es un repertorio nostálgico, pero hay de todo; ya lo tenemos bastante rodado y nos gusta mucho. Hay mucha emoción cada noche. Y nos gusta la situación musical de ser solo dos, cada uno con su voz y su guitarra en el escenario.
–Después de todo lo que giraron, ¿qué es lo que más están disfrutando de esta gira conjunta?
–Seguramente, pasarnos tanto tiempo juntos, en el escenario y fuera de él. Eso nos gusta mucho y es algo que, con nuestras carreras, giras, familias, etc, no siempre es posible. ¡Es que somos como hermanos! Piense en lo que son cincuenta años de compartir tantas cosas, los inicios de nuestras carreras, el exilio, canciones, haber madurado juntos... ¡La vida entera!
–Dos fundadores del Tropicalismo se reúnen en escena. Cincuenta años después, ¿cómo se traduce la herencia de aquel movimiento, cómo suena hoy?
–Es difícil para uno, desde adentro del movimiento, medir eso. Pero creo que la herencia más grande es la libertad de crear a partir de elementos que nos gustan, sin importar si son del norte o del sur, de adentro o de afuera de Brasil, con cosas dichas de buen gusto.. . ¡y también con otras de mal gusto! Más allá de una forma o de otra, de una idea musical o de otra, visto desde ahora, el Tropicalismo fue un estallido de libertad, y ese espíritu no lo perdimos. Algo nos sigue moviendo a encontrar siempre lo nuevo.
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