Jueves, 1 de octubre de 2015 | Hoy
MUSICA › GIORGIO MORODER SE PRESENTARá ESTA NOCHE Y MAñANA EN NICETO
El productor italiano de 75 años es una leyenda de la música dance desde los 70, cuando fue precursor de la electrónica y el eurodisco. Volvió al foco del público gracias a Daft Punk, grabó Déjà Vu y se estrenó como DJ, rol que mostrará en Buenos Aires.
Por Yumber Vera Rojas
“Te pareces a este muchacho... A Bruno Mars”, dispara sin anestesia Giorgio Moroder contra el cronista al momento de la presentación. Si bien parecía que algo se traía entre manos mientras posaba para la foto que ilustra esta nota, lo que evidenciaba su mirada radiográfica entre clic y clic, la analogía con la joven estrella hawaiana del R&B (quizá por el sombrero o también por la tez de piel) desató la risa cómplice entre los que estaban presentes en el café del hotel palermitano en el que se hospeda la leyenda de la música dance. Además de su agudo y raudo sentido del humor, llama la atención su impecable castellano. Lo aprendió gracias a su esposa, Francisca, de origen mexicano, y de la que se enamoró a primera vista en un restaurante de Los Angeles. Ya tienen veinticinco años de casados, un hijo adolescente, y la canción que más le gusta de su marido es “Flashdance”. “También aprendió italiano gracias a mí”, advierte el artista nacido en Ortisei, una comuna de Italia ubicada muy cerca de la frontera con Alemania.
Gracias a su marcado acento italiano, Moroder, quien pide a todo el que le hable en español que lo haga despacio, podría pasar sin problema, aparte con esa cabellera plateada, por uno de esos tanos que se juntan con los compinches en el club del barrio para recordar sus años de glorias. No obstante, para la leyenda de 75 años, que reconoce su poca pericia al momento de bailar, Buenos Aires es una ciudad ignota. “No sé mucho de la cultura local, salvo que hay un montón de italianos, que el Papa es argentino, que tienen muy buenos jugadores de fútbol y que la comida es maravillosa”. Por eso llegó un par de días antes para conocerla, ya que hoy y mañana se internará en la noche porteña para hacerla vibrar cuando se suba al escenario de Niceto Club (Niceto Vega 5510), a las 23 (el viernes lo hará luego de las 24), en su reciente rol de DJ. “Voy a tocar unos 28 clásicos de mi trayectoria”, adelanta. “En el set también incluiré temas de mi nuevo disco, y algunos tracks de amigos míos como David Guetta y Avicii”.
Si bien su obra forma parte de la banda de sonido de las vidas de varias generaciones, a través de sus canciones más pisteras y de esos himnos del pop de origen tecnicolor (como “Take My Breath Away”, de Top Gun o “La historia sin fin”), Moroder volvió a captar la atención del público luego de que Daft Punk lo invitara a participar, en 2013, en su elogiado disco Random Access Memories. Aunque todos le atribuyen su resurrección a partir de ese álbum, en el que prestó su voz para el tema “Giorgio by Moroder”, el padrino de la música dance le pone paños fríos a la euforia. “No es que no hice nada en los últimos años”, explica este colaborador de David Bowie, Blondie, Japan e Irene Cara. “Seguí componiendo y haciendo muchas otras cosas, pese a que no hayan terminado en un disco. Aparte de crear música para películas que estuvieron nominadas al Oscar, hice la banda de sonido del Mundial de Fútbol de 1990. Luego me tomé un tiempo para relajarme un poco y decidí salir del retiro una vez que terminé mi nuevo disco”.
A treinta años de su último álbum de estudio, Innovisions, y de un trabajo a cuatro manos al lado de Philip Oakey (líder de The Human League), Moroder lanzó en junio pasado su más reciente trabajo, Déjà Vu, para el que se dejó crecer el bigote (su indetikit a lo largo de la década del ‘80), luego de que llamara la atención su ausencia en las fotos promocionales de Random.... “A mi esposa no le gustaba y yo también llegué a detestarlo, a pesar de que quería deshacerme de él. Pero no podía porque la música con la que bailaba todo el mundo en esa época la hice mientras lo tenía”, recuerda el DJ más longevo en actividad. “Después de que volví al ruedo y tras mucho tiempo sin tenerlo, ella me sugirió que me lo dejara crecer, pues la gente lo iba a reclamar. Y, contra mi voluntad, acepté su recomendación. Aunque le previne que, una vez que me jubilara, el bigote desaparecería para siempre”. El artista, establecido en la actualidad en Beverly Hills, hoy disfruta de un equilibrado presente.
–Al momento de preparar Déjà Vu, ¿quería que sonara actual o prefería aferrarse a su sonido clásico?
–Eso fue un pequeño dilema, especialmente al comienzo. Cuando estaba haciendo Déjà Vu, la duda era si mantenía mi sonido tradicional o si intentaba modernizarme. Pero al final decidí combinar las dos corrientes. Por eso mi nuevo disco redime el estilo que me dio a conocer, con guitarras y conjunto de cuerdas, aunque, al mismo tiempo, se acerca a tendencias actuales de la electrónica como el EDM (Electronic Dance Music).
A diferencia de sus discos anteriores, el décimo séptimo trabajo de estudio de Moroder está plagado de estrellas de la música pop y del R&B contemporáneos, quienes prestaron sus voces para darle vida a una docena de temas orientados a la pista de baile. Además de Kylie Minogue (la más veterana de las partícipes del álbum), Kelis, de la inglesa Foxes, de la australiana Sia y del estadounidense Mikky Ekko, en Déjà Vu interviene Britney Spears, en “Tom’s Diner”, cover del clásico de Suzanne Vega. “Cuando le pregunté a la compañía discográfica cuáles artistas invitados podía tener, me dijeron que Britney estaba interesada en trabajar conmigo. Así que pensé que ‘Tom’s Diner’ podría irle bien”, explica el músico italiano, quien en 2013 debutó en el rol de DJ en Estados Unidos. “Así que para mí fue una linda experiencia trabajar con un gran icono mundial del pop como ella”.
–¿Conocía a Daft Punk antes de colaborar en Random...?
–Sí, claro. Pero los conozco desde sus principios, cuando se dieron a conocer por intermedio de canciones hermosas y revolucionarias como “One More Time”.
–¿De qué manera se dio su participación en ese disco?
–Ellos me llamaron. Estaba en París, desayunamos en su estudio, y me hablaron sobre el proyecto. Meses más tarde, volvimos avernos allá, y Thomas (Bangalter) me pidió que hablara sobre mi vida. Estuve dos horas contando cosas, rodeado de un montón de micrófonos antiguos, y en el medio de eso grabaron mi voz. Fue muy fácil hacerlo.
“Giorgio by Moroder”, el tema en cuestión, fue creado por Daft Punk a manera de metáfora de la libertad musical. La propia dupla francesa señaló, comunicado mediante, que ese monólogo de Giorgio Moroder acerca de su trayectoria serviría de símil sobre la historia no de la electrónica, sino de la música como canal de experimentación. Eso ocasionó que una nueva generación de artistas se rindiera ante una figura que hasta hace unos meses desconocía. Incluso, el propio productor reconoció que esa invitación le dio credibilidad entre un movimiento que él mismo, a base de ingenio, tecnología y lisergia pop (lo que sintetizan álbumes del calibre de E=MC², editado en 1979), ayudó a diseñar. “Me parece que la escena está muy bien ahora”, afirma este alquimista del sonido, que a mediados de los 80 apostó sus fichas por el arte digital. “Si bien hace tres décadas teníamos muy buenas canciones, me parece que la presencia de DJ en esta época no pasa tanto por la calidad técnica, sino por la impronta que tienen las canciones”.
–¿Cómo ha sido para usted la sensación de que una nueva generación de jóvenes lo haya descubierto?
–Es una gran experiencia, sobre todo ahora que estoy en mi faceta de DJ. Y las audiencias que me vienen a ver van desde los 20 hasta los 50. Para mí, exponerme a públicos jóvenes es genial porque luego esos chicos van a Internet, se conectan y van a las canciones y el trabajo que hice a lo largo de mi vida. Es maravilloso conectar con ellos.
–Considerando que en los 70 el estudio era su laboratorio sonoro, ¿qué tal le resultó adaptarse a las nuevas tecnologías? Hoy sólo necesita una laptop para hacer todo un show...
–Aunque no lo creas, no soy demasiado técnico, por lo que esta evolución tecnológica es un proceso que tengo que ir aprendiéndolo. Empezó como una casualidad lo de ser DJ, y dentro de esta aventura aprendí cada día más y más. Uno de los últimos shows que di fue en Londres ante una audiencia de 55 mil personas y no te puedes imaginar lo sensacional que fue esa experiencia.
–Si “I Feel Love” (1977) fue la primera canción futurista del dance, Four Seasons of Love (1976), en el que también participa Donna Summer, fue quizá la primera obra conceptual de la música disco. ¿Está de acuerdo?
–Four Seasons of Love es un gran disco, con muy buenas canciones (canta uno de los pasajes de uno de los temas del álbum, “Spring Affair”). No creo que ponga nada de eso en mis shows de Buenos Aires, pero lo que es cierto es que Donna cantaba hermoso.
–¿Hay alguna cantante de esta época que esté al nivel de Donna Summer?
–Hay muchas y muy buenas cantantes jóvenes. Me gusta Lady Gaga, porque toca muy bien el piano y es una gran compositora, al igual que Beyoncé y Rihanna.
–A pesar de que existe un resurgimiento de la música disco, ¿por qué cree ha sido tan perseguida y satanizada desde su aparición?
–Hubo una pequeña recaída en Estados Unidos con respecto al dance, pero en Europa se siguió tocando. Antes se llamó música disco, luego se denominó dance, y hoy lo llaman EDM. Pero a lo largo del tiempo sobrevivió la música disco.
–Junto con Kraftwerk, usted es considerado uno de los pilares europeos de la música electrónica. ¿Siente que su obra tiene algún tipo de afinidad con el de la agrupación alemana, por más que la propuesta de ellos haya sido más sintética?
–Kraftwerk y yo, de hecho, comenzamos juntos, a principio de los 70, a experimentar con los sintetizadores, lo que ellos supieron reflejar en un disco como Autobahn. Si bien su propuesta electrónica es diferente a la mía, los sonidos que lograron siguen siendo geniales aún hoy. Hace poco tiempo tuve la chance de ver un show suyo en la televisión y realmente son muy buenos.
–También fue pionero del techno pop... ¿Por qué decidió llevar a la música disco a una expresión más minimalista?
–Le propuse a Donna Summer usar el sintetizador de otra forma, y básicamente lo que hicimos fue poner todos esos sonidos en el en un instrumento. Las cuerdas, la batería, todo. Eso fue revolucionario y fue considerado la música del futuro. Y ahora son canciones electrónicas.
–¿Hoy se siente mejor sobre el escenario o en el estudio?
–Son dos cosas diferentes. Ahora, en esta etapa de DJ, me gusta mucho tocar ante grandes audiencias. Me siento bien y me encanta que la gente pueda acceder a mi historia en la música. Aunque es un proceso diferente, entrar al estudio, tomar las cosas de una manera más tranquila, también me encanta. No hay nada mejor que empezar a pensar y prepara cuál podría ser el próximo material que voy a editar o conceptualizar, o el próximo disco que quiero hacer.
–¿Y cómo ve el futuro? Es un tema recurrente en su obra...
–Estoy bastante ocupado porque estoy preparando material para Disney, para una serie de televisión, y para Broadway. Pero quiero tomarme el tiempo para mapear lo que será mi próximo disco. Si bien estoy muy ocupado, lo más importante es mi nuevo álbum.
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