Sábado, 24 de octubre de 2015 | Hoy
MUSICA › TIA JUANITA PRESENTARA UNA PARTE DEL MOVIMIENTO ESTA NOCHE EN MEDITERRANEA TEATRO
Los integrantes del grupo aseguran que el nombre tiene que ver con el espíritu abarcativo de su propuesta musical: “Es nuestra tarea como generación amar a Violeta Parra y también a Radiohead”. En el disco, entre temas propios, hay otros de Viglietti y Zitarrosa.
Por Sergio Sánchez
Tía Juanita se llama el grupo. Y sus integrantes explican que el motivo del nombre tiene que ver con el espíritu amplio y abarcativo de la propuesta musical. “Juanita es un nombre común a Latinoamérica, no es del campo ni de la ciudad, ni es propio de la Argentina”, fundamenta Josefina Rozenwasser, voz líder, compositora y bandoneonista del grupo porteño. “En nuestra música hay múltiples raíces. Es nuestra tarea como generación amar a Violeta Parra y también a Radiohead. A veces es un peligro repetir modelos de la música de tradición; nos interesa dejar una marca de época”, completa. Acaban de publicar su segundo disco (el primero en formato físico), Una parte del movimiento, y mostrarán de qué va la cosa hoy a las 21.30 en Mediterránea Teatro, Tucumán 3378.
Es que si bien el grupo está enmarcado o parte desde el folklore, en las canciones afloran naturalmente arreglos y elementos del jazz y el rock. Y ahí radica la riqueza y originalidad del sonido de Tía Juanita: “El sonido responde a muchas cosas. Por ejemplo, yo canté tango bastante tiempo pero nunca lo sentí con un enfoque tradicional –desarrolla Rozenwasser–. De alguna manera, todos necesitamos los encasillamientos, incluso para explicar lo a-genérico. Pero creemos que todas estas influencias que empezaron a aparecer en los temas fue nuestro manifiesto para explicar hacia dónde estábamos yendo. Somos todos músicos de Buenos Aires, entonces hay algo de la raíz más urbana que aparece, como la improvisación, el jazz o el rock. Los arreglos, por ejemplo, los hacemos en conjunto, una práctica más común en el rock que en las músicas de tradición. Sería poco sincero que no aparecieran todas esas influencias: todos fuimos criados en la ciudad y en la ciudad pasan todas estas cosas. Las ciudades puerto tienen mucha información dando vuelta. Creo que la música de proyección folklórica no es sólo el género folklore, sino también la fusión de músicas. Somos hijos de Mercedes Sosa, Charly, Fito y Spinetta, músicos que rompieron con la tradición”.
Curiosamente –o no–, las únicas dos versiones que hay en el disco son de autores uruguayos. Entre las diez composiciones, conviven “Negrita Martina”, de Daniel Viglietti, y la desgarrada “Adagio en mi país”, de Alfredo Zitarrosa. “Sucedió casi accidentalmente”, desliza la compositora y cantante. “Nos parece que ambas canciones son manifiestos que trazan a toda América latina. Lograron en esas obras contar una verdad latinoamericana. Los elegimos porque eran temas que se separaron de los otros que estábamos haciendo –del Cuchi Leguizamón y Víctor Jara–, y tienen mensajes muy directos y claros de una época de nuestro continente. Y, a la vez, tienen que ver con el nombre de la banda. Estos dos compositores, de alguna manera, estaban embanderando un mensaje que no era propiamente uruguayo, sino contextual y de época”. De todos modos, reconoce que en la actualidad la música uruguaya interpela aún más a las nuevas generaciones de músicos argentinos. “A los jóvenes nos llegó mucho (Eduardo) Mateo, (Martín) Buscaglia, El Príncipe, (Fernando) Cabrera, pero también tiene que ver con una cuestión regional”.
–La letra de “Adagio en mi país” fue escrita en otra contexto histórico (“En mi país, qué tristeza, la pobreza y el rencor”, reza), ¿Qué sentido cree que adopta en la actualidad esa canción?
–Hoy, el panorama en algunos espacios de nuestro continente cambió muchísimo. Pero estas canciones son llamados de atención, porque la historia es muy cíclica en América latina. Me parece que estamos en un momento en el que estamos a tiempo de atajarnos para no retroceder. “Adagio en mi país” es un himno del levantamiento de los pueblos. Tiene un significado muy importante a la hora de hacer memoria. La otra vez leía un libro de poemas de Gabo Ferro y hablaba de que siempre habría que hacer memoria. Y que eso no significaba que uno está mirando hacia atrás, sino que siempre hay que mirar hacia atrás para poder repensar el futuro. Este tema representa la historia menos Billiken de nuestra propia historia. Si uno olvida, en diez minutos volvemos a situaciones siniestras. Estos tipos se encargaron de no borrar la historia y seguir cantándolos hoy no es retroceder, sino actualizar.
En el disco, también se destacan “La Juana” y “Los que volvieron de la sombra”, canciones que remiten a la recuperación de la identidad y al campo de los derechos humanos en relación a las dictaduras que azotaron a los pueblos de América latina. “Fue una forma de entender la ausencia con la que vivieron las Abuelas y las Madres, por ejemplo, durante tantos años. Nunca se detuvieron y eso es muy difícil. Es increíble la idea de recuperar algo que no sabías que tenías. Cuando apareció Ignacio Guido Carlotto me hizo repensar muchas cosas”, cuenta Rozenwasser. Pero no está sola. La acompañan Matías Albamonte en guitarras, Sebastián Zanetto en piano, Alejandra Yuhjtman en vientos, Juan Fiori en contrabajo y Jerónimo Peña en percusión.
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