MUSICA › CUCUZA CASTIELLO ACTUARA ESTA NOCHE EN EL TORQUATO TASSO
Personaje tanguero, canta desde los seis años, grabó con numerosos amigos y colegas pero solo tiene registrado un CD compartido con Moscato Luna. Dice que su inquietud es “abrir el juego”. Algo de eso hará hoy, cuando se presente con su Trío Inestable e invitados.
› Por Andrés Valenzuela
Cucuza aparece rápido en el radar tanguero. Si un neófito pisa tres o cuatro recitales del palo segurísimo que ahí se sube al escenario él, que hace cuarenta años era un Hernán Castiello de 6 años que ganaba un concurso de canto y desde entonces jamás largó el tango. La paradoja es que resulta casi imposible encontrar un disco suyo en las bateas de las disquerías porteñas. Tiene una única grabación “oficial” propia y es a dúo con Moscato Luna. Lo demás son participaciones en discos de amigos, de los que tiene muchísimos. No es casual esto. Además de su talento como cantor, Cucuza se muestra generoso arriba y abajo del escenario. Cuando se le pregunta por el recital que ofrecerá con su Trío Inestable hoy a las 21 en el Torquato Tasso (Defensa 1575), él pide hablar primero de los invitados: Horacio Avilano, Brian Chambouleyron, Lidia Borda. Abre el juego a consagrados y a pibes que recién arrancan, tanto en ocasiones como la de esta noche como en el bar El Faro de Villa Urquiza, donde se mueve como en su propia casa. “Es un placer que me inviten tanto a cantar, pero es un ida y vuelta con todos ellos”, celebra Castiello.
Con cuarenta años poniendo la garganta, Castiello tiene un repertorio extenso, tanto con los clásicos como con las canciones más nuevas. “En el Tasso me tienen un poco de miedo”, sonríe con picardía. “Estoy más contenido pero como ya nos conocemos, son bastante flexibles conmigo y me dejan hacer un par de horas larguitas de función”, anticipa. “El repertorio viene por el lado tradicional, pero siempre con la oreja y el corazón abiertos a lo que está pasando ahora con el tango, por eso meto siempre, aunque sean los menos, temas de tipos como Acho Estol, (Jorge) Alorsa, o el Tape Rubín, que son los que más me gustan”, repasa. Además, concede incluir alguno de sus propios tangos –tiene apenas cinco–, como “Tibieza”, que incluso llegó al tope del ranking musical de la radio especializada Malena. “Me sorprende que me lo pidan”, cuenta.
–¿Por qué le sorprende?
–Porque en realidad no soy ni compositor ni autor de lleno. Soy un cantor que a veces se le da por escribir algo.
–¿No lo tienta tirarse más al costado de compositor?
–No me tienta, pero de hecho tengo cinco tangos escritos. No tengo la necesidad imperiosa de sacarlos a la cancha.
–¿Y grabarlos en un disco propio?
–Tocaste un tema “sabú” (sic, ríe). No, yo grabé en vivo un disco con Moscato, El tango vuelve al barrio. Y es mi único disco oficial, y en realidad es un disco a dúo. Tengo participación en discos de amigos y colegas. Lo que ha pasado es que no tengo otro disco, entonces, para difusión, junté todas esas colaboraciones en un compilado que se llama Es lo que hay. Porque toda la gente me pregunta “¿cuándo grabas?” Y bueno, lo que hay es esto.
–Bueno, en lugar de preguntar cuándo graba, la pregunta es otra: ¿por qué no graba?
–Es una pregunta casi psicológica la que me hacés. Este año creo que voy a grabar y tengo ganas. Pasan varias cosas, la primera es que tengo la suerte de cantar mucho en vivo, cosa que disfruto mucho y creo yo que es lo que más me gusta. Para grabar un disco hay que hacerse un tiempo importante para pensarlo, planear arreglos, hacerlo bien. Yo tengo todo craneado, pero no tengo el tiempo todavía. ¿Qué pasa? Una vez que me decido a hacer el disco, tengo tres ideas y no sé por cuál empezar. Una, la idea de la menesunda, que son los temas del rock hechos tango, algo que me encanta y me gustaría grabarlo. Después hay otra idea de grabar con mi hijo Mateo un disco más íntimo de guitarra y voz. Y después está lo de ser un poco más fiel a lo que vengo haciendo en vivo, que es un disco con el trío. O sea que estoy ahí buscando qué grabar.
–Con todo eso también puede salir un disco triple.
–Y... que no te extrañe porque forma parte de mi personalidad, del caos guionado que soy yo. La otra vez estuvimos hablando con Horacio Avilano, que es uno de los invitados, y me dice “Cucu, mirá que cuando haya un disco a mí me gustaría participar”. Entonces hay dos temas de Avillano, dos de Amores tangos, dos de... ¿Y qué hago? ¿Voy a dejar todo eso afuera? Entonces va a terminar siendo un hermoso cambalache.
–Con invitados.
–Siempre la inquietud de abrir el juego, la puerta, compartir el tango. Que siempre tuvo una cosa medio canuta.
–¿Cómo?
–Y sí, siempre hubo una cosa medio egoísta en el tango, más allá de cierto celo que puede haber en cualquier ambiente artístico; el tango en cierto momento era muy cerrado. 15 años atrás no metías un tango nuevo ni loco. Eso también habla de una apertura artística de este momento. Sí, antes hubo un Piazzolla, una Eladia, pero costaba, era jodido entrar.
–Si se va para atrás, tal vez a Pugliese cuando trataba de meter algo nuevo lo resistían con los mismos argumentos que después se usaron para resistir a Piazzolla u hoy se resiste a un pibe nuevo, ¿no?
–Exacto. ¿Y sabés qué? Es importante esto: yo soy tanguero muy, muy tradicional. Antes estuvimos hablando de Pugliese, Troilo, Goyeneche, Ruffino. Vengo de ahí, aunque tengo la cabeza, el cuore abierto a lo nuevo. Pero también hay que tener cuidado. Me gusta la mixtura. Tampoco hay que hacer todo tango de hoy. Sino hacemos lo mismo que los tangueros viejos que querían hacer sólo tangos tradicionales. Entonces ojo con esa. Yo puedo hacer las dos cosas. Hoy por hoy podemos pelear por los tangos nuevos. Hoy estamos haciendo el laburo para que más adelante esté todo adentro, que Cadícamo esté con Rosales, que Goyeneche esté con Juan Villareal. Julián Peralta con Troilo. Es tango. Después va a pasar. No tiene que haber un divorcio.
–Así se plantea los shows.
–Sí, es coherente con cómo soy yo.
–Canta desde los 6 años. En 2015 hizo un festejo de los cuarenta años con el tango. ¿Se puso a hacer un balance del resultado?
–No hubo balance ni antes ni después. Porque en realidad me di cuenta de los 40 años hablando con un amigo, por una fecha que al final no se llevó a cabo.
–¿Ni siquiera le dio algo de vértigo?
–Bueno, un poquito sí. Porque a raíz de eso cuando hicimos los afiches y la promoción empecé a mirar fotos. Y la foto te baja. Desde lo físico, verte con corte taza, flaco. Desde lo superficial empezás a recapitular. ¡40 años, loco! Y después hasta se piensa lo trágico, hacerte a la idea que capaz no voy a estar 40 años más cantando. Pero caí todo junto. Que hace mucho que canto. Y quizás el secreto es no hacer demasiado balance. Todo lo bueno que me pasó y me sigue pasando, fue muy poco pautado. Yo sólo sabía que quería cantar.
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