Van al hueso. Allí, donde los vínculos humanos duelen. No en vano –guiño a Edmundo Rivero mediante– se pusieron de nombre el áspero 34 Puñaladas, y varios de sus temas, “Astiya” o “Milonga de luto”, por caso, son un cross a la mandíbula. Se trata de un quinteto que lleva dieciocho años de vida, seis discos, mucho vaivén con la flor y nata del tango de hoy con olor a ayer –o al revés– y en la coyuntura salta un recital por venir (hoy a las 21 en Hasta Trilce, Maza 177) que ancla en dos motivos: compartir fecha con Barsut, grupo afín que debe su nombre al personaje de Los Siete Locos, de Roberto Arlt. Y recrear piezas de Altertango (“La viajera”), el Tata Cedrón (el candombe “Para el que hasta ayer reía”) y ¡Manal!, entre más. “Vamos a hacer una versión puñalera de ‘Porque hoy nací’, porque creemos que hay letristas del rock que junto a muchos poetas, fueron los primeros que supieron engendrar grandes obras de arte con una personalidad muy argentina”, anuncia y define Maximiliano Gómez, guitarrista, sobre la densa pieza existencialista de Javier Martínez que posiblemente se sume al próximo disco del quinteto, el séptimo. “El proyecto es muy incipiente, tanto que aún no definimos si lo vamos a publicar en CD o en algún soporte alternativo”, cuenta Edgardo González, también guitarrista. “La idea original estaba basada en la interpretación de tangos compuestos en el siglo XXI. Con la puesta en marcha se flexibilizo un poco, pero sin correrse del eje principal que, en este caso puntual, es el de grabar a nuestros contemporáneos”, prosigue el hombre y desliza una larga nómina de versionados que incluye a Julio Coviello, Victoria Di Raimondo, Yuri Venturín, Javier Martínez, Luis Alposta y Juan Cedrón, entre otros.

“La verdad es que la mayoría de los grupos de nuestra generación tuvimos un recorrido similar al comenzar como intérpretes, y abordar luego la composición. Y una buena forma de consolidar el fenómeno es que los ‘tangos contemporáneos’ cuenten con varias versiones. Este proyecto pretende aportar a eso”, se explaya González. “Sí, nos estamos guiando por las ganas de interpretar a otros autores contemporáneos, porque nos provoca curiosidad ver cómo pueden sonar composiciones ajenas en el formato 34 Puñaladas. Es un momento en el que los nuevos repertorios empiezan a circular. Varias obras nuestras fueron registradas o son interpretadas por colegas como la Fernández Fierro, la Baigón, El Afronte, etc, y nos pareció que era un buen ejercicio interpretar obras de contemporáneos”, se pliega el cantor Alejandro Guyot.

–González habla de “tangos contemporáneos”. ¿Qué entienden por tal concepto?, porque puede dar –da, de hecho– lugar a muchas interpretaciones, incluso a bravos debates dentro del género.

Alejandro Guyot: –Nosotros lo entendemos como una música compuesta dentro de un género, que tiene más de cien años de tradición y al que se le ha cargado la responsabilidad de reflejar las alegrías y las tristezas de los ciudadanos de las grandes urbes, que sin embargo asume el riesgo de permitirse retomar muchos de los aspectos de esa tradición, pero no de manera sacramental, como un corpus legislativo de prohibiciones, sino como una plataforma, como un punto de partida para poder enmarcar nuestras inquietudes estéticas.

Edgardo González: –Varias codificaciones acompañaron a nuestra generación desde que irrumpió en escena en los noventa. Desde la naif “tango joven” que el paso del tiempo agotó inexorablemente hasta la pretenciosa y vacía de contenido “tango de ruptura”. Era necesario entender y tipificar lo que parecía una rareza. De hecho, la pregunta recurrente de la mayoría de los reportajes era “¿por qué siendo jóvenes les interesó el tango?”. A medida que el fenómeno se consolidó ese afán fue cediendo. Creo que si bien hay algunos giros estéticos en las composiciones que remiten a lo que alguna mirada eurocentrista llama “música contemporánea”, no hay un vínculo profundo con esa categoría. A esta altura de los acontecimientos podemos afirmar que se trata ni más ni menos que de tango, y el rótulo “tango contemporáneo” se circunscribe sólo a lo etimológico. Es tango de este tiempo, y no creo que El Arranque, Astillero o la OTFF vayan a tener menos peso en la historia del tango que Caló, D’Agostino o Mederos.

A.G: –El tango es una riquísima tradición, que si querés apropiártelo como lenguaje discursivo para poder decir algo nuevo y genuino, también tenés que poder permitirte “traicionar” esa tradición centenaria. De hecho, así lo hicieron las grandes figuras del género,

Cortez, en tanto, considera al tango contemporáneo como tango de hoy compuesto por hombres y mujeres de hoy, y con búsqueda de símbolos, personajes, atmósferas, rítmicas e instrumentaciones actuales “con todo el respeto y el aprendizaje de lo anterior, pero asumiendo la responsabilidad de que el género no sea sólo un estampita”, sentencia. “El Tata Cedrón es un buen ejemplo de esto. Para mí es un gran faro dentro de la nueva generación de tangueros, yo me siento tan influenciado por Gardel, Fiorentino y Goyeneche, como por él. Y encima está acá tocando en los mismos lugares que nosotros. Para mí eso es un privilegio”, agrega Guyot y le tira un link al segundo motivo que explica la coyuntura inmediata de 34 Puñaladas: la liga con Barsut, trío que casualmente viene de compartir un ciclo con el Tata. “Hace tiempo que estamos encarando algunos cruces, compartir noches en distintos escenarios con grupos con los cuales tenemos afinidad. Y Barsut es uno de esos grupos que está traccionando la nueva escena tanguera por medio de la composición. Con ellos compartimos no sólo una atmósfera, una mirada de la actualidad, del paisaje y de la poesía urbana, sino que también ellos son una formación guitarrera con cantor.” “Siempre nos interesó compartir fechas en las que el denominador común fuese el género en diversas expresiones, con la idea de contrastar lenguajes en una búsqueda enriquecedora”, refrenda González, y remata con una nueva: “La novedad, en el caso de Barsut, es que por primera vez lo hacemos con artistas de la generación posterior a la nuestra”.