Sáb 11.11.2006
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MUSICA › ENTREVISTA AL CANTANTE DE TANGO CARACOL

“Hay mucho terreno por recuperar”

El cantor platense es muy crítico respecto del momento actual del género. Dice que se le está “metiendo la mano en el bolsillo al turista” y que los tangueros siguen cargando estereotipos. Caracol sostiene que todo suena “muy antiguo o demasiado modernoso”.

› Por Karina Micheletto

Cantar, el tema que da nombre al último disco del cantante Caracol, es una suerte de declaración de principios, en la poesía de Héctor Negro: “Cantar sin sentir es pasar sin vivir”, entona allí el tanguero platense. Con esos versos, dice, habla de sí mismo y de su oficio. Roberto “Caracol” Paviotti presentará este disco mañana a las 20 en Los 36 billares (Av. de Mayo 1265). “Lo grabé así, desprolijo, como salió”, aclara el cantante enseguida. “Porque estoy cansado de la involución que trae la evolución, de la masterización de todo. Yo he visto corregir la afinación en un estudio sílaba por sílaba, con la computadora. Lo mío no es eso. Yo pongo la voz una, dos veces, y a la lona. En el vivo se ven los pingos.”

En el análisis de Caracol, el panorama tanguero actual deja bastante que desear. “Le están metiendo la mano en el bolsillo al turista, le venden una cosa demasiado antigua o demasiado modernosa”, diagnostica, serio. “El arte no se busca, se encuentra. Cuando gestás un hecho artístico vos no sos el dueño: se dio, te cayó la ficha. Ahora todos buscan reeditar algo, los dúos, por ejemplo. Pero los dúos fueron grandes en el tango porque los que lo formaban no se precisaban mutuamente: Troilo y Manzi no se precisaban, Cobián y Cadícamo tampoco. Piazzolla no necesitaba de nadie, en todo caso hubo quien necesitó de él para hacerse famoso, y el tiempo juzgará”, avanza Caracol. “En el disco puse a propósito un par de temas muy viejos (‘Pobre gallo bataraz’, ‘El conventillo’), para demostrar que puedo cantar como cantor de tangos”, sigue explicando. “El problema aparece cuando un cantor de tangos no puede cantar un bolero.”

–Entonces usted no es cantor de tangos.

–Yo soy cantante. Lo que pasa es que el tango era lo único que se escuchaba en mi tiempo. Crecí con eso.

Pruebas al canto, la foto de “Roberto Robertito Paviotti” (sic) luciendo trajecito y gomina, frente al micrófono de la legendaria Radio Belgrano, ilustra la portada de su disco anterior, Destino de canto.

–Pinta un panorama bastante triste en el tango actual. ¿No hay nada que le interese entre lo nuevo que se escucha?

–La verdad, últimamente escucho más folklore que tango, encuentro más novedad ahí. No veo que cambien los sonidos, todo suena muy parecido, con moldes que se repiten. En el tango queda mucho por hacer, y eso lo van a hacer los chicos. Hay mucho terreno por recuperar, porque al tango lo mutilaron.

–¿Con qué?

–Hubo un famoso programa de televisión que congeló un modelo de tango y de tanguero. Fue la mejor forma de alejarnos a los que entonces éramos jóvenes del tango. Ese programa fue la expresión de toda una forma tanguera que hoy todavía persiste. Hoy el tango sigue cargando estereotipos, formas de mirar, de torcer la boca, imposturas. La otra vez un chico muy joven me preguntó: “¿Cómo tengo que hacer para cantar tango?”. “Mirar a un cantor de tango”, le dije. “Y hacer todo lo contrario.”

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